~El señor barbon~

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<<Hay personas triste con el alma más bonita que cualquiera>>

La joven llevaba ya dos días sin despertar, no daba señales de querer hacerlo.
Poppy tranquilizaba a Albus, diciendo que era normal estaba muy débil, ella intentaría hacer todo lo posible por conseguir que reaccione; aunque de igual forma necesitaba que la pequeña no se dejara morir.

—Hija, despierta por favor. Te prometo que no dejaré que nadie te vuelva hacer daño.—dijo Albus acariciando la frente del cuerpo inconsciente de su pequeña y observándola tiernamente.

—¡Albus!.—le habló Minerva colocándose a su lado.

—¿Que pasó Minerva?.—preguntó posando su vista en la profesora.

—Te llegó esto.—dijo extendiendo una carta. Albus la tomó.

Vio el sobre y noto que venía del Mágico Congreso de USA. Deseaba que fueran buenas noticias, por ejemplo que Grettel fue atrapaba y encontraba culpable, no le quedaba ninguna duda ella era la causante de todo el maltrato que ha sufrido su hija.

Cuando comenzó a leer se llevo las manos a su frente para masajearla, no podía creer lo que leía.
La carta informada qué la Macusa había mandado a los aurones a la casa de la mujer, para investigarla. Lamentablemente no encontraron a nadie, solo un cuerpo sin vida de un joven de alrededor de 16 años que había sido asesinado con la maldicion imperdonable.

—No lo puedo creer.—dijo Minerva después de haber leído la carta.—Era su hijo.

—Lo se Minerva.—suspiro con tristeza.

—Como puede existir un ser sin sentimientos, hacerle eso a sus propios hijos.

—Grettel no tiene sentimientos.—dijo viéndola atrás de sus lentes de medialuna.—Es un ser que nunca se tentaría el corazón, le haría daño al ser más indefenso y no le importa que lleve su sangre.—agregó observando el cuerpo de su hija.




Unas más horas más tardes en el gran comedor del castillo se rumoreaba que la joven que había llegado ya estaba muerta, solo que el director no quería decir nada para no tener problemas. Igual decía que los culpables de esa muerte habían sido, dos Gryffindor de quinto año, esto era gracias a cierto Slytherin.

—Lunático, ya te repetimos más de mil veces, que eso es falso es un invento de Quejicus.—dijo James.

—Lo se, es que otros alumnos los vieron James, dicen que Sirius traía al cuerpo ensangrentado.—les dijo él ojos color miel.

—A ver Remus eres nuestro amigo nos conoces perfectamente, crees que haríamos algo así.—hablo Black ya cansado de ser acusado.

—No... Pero los vieron.—volvió a lo mismo Lupin.

—La estábamos ayudando, solo la encontramos así.—repitió como milésima vez Potter.—La chismosa de Quejicus es el que está inventado otra cosa.

—Les creo..., solo que me preocupa que los expulsen. Son mis mejores amigos.—dijo Remus viéndolos fijamente.

—Creo que eres el único que nos crees, mi Lily le cree a su perro faldero.—se lamentó James observando a la pelirroja que no le dirigía la miraba.

—Colagusano, igual les cree... ¿verdad?.—le dijo Lupin al ojo azules que solo escuchaba.

—Si.—contestó nervioso Peter.

—No me importa, quien nos crea. Lo que ahora es más importa es saber si es verdad que murió.—dijo Sirius que estaba preocupado por el estado de salud de la rubia.

𝚂𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚑𝚊𝚜 𝚜𝚒𝚍𝚘 𝚝úDonde viven las historias. Descúbrelo ahora