~La culpa~

299 34 4
                                    

<<La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento>>





La culpa es algo que nos invade a todos, después de haber hecho algo que no era correcto, y más si por tu mala acción una persona puede salir herida.

Amely tenía la mirada perdida, sus yemas de los dedos golpeaban una y otra vez con la mesa de la biblioteca, estaba en el lugar más apartado que pudo encontrar. Ahora debía de estar en clases de adivinación, pero no se sentía bien para estar ahí.

Por que se siente tan mal, si no hizo muchas cosas. Solo fueron unos apasionados besos, caricias por varias partes de su cuerpo y unos cuantos gemidos. Eran algunas cosas sin tanta relevancia...

Hay a quien engañaba, si era algo relevante.

Dejó caer su cabeza en el libro que leía.



—Sirius... —jadeo Amely mordiendo su labio.

—Mmm —gruñó Sirius concentrado besando el cuello de Amely.

Su mente olvidó lo que iba a decir. Estaba llena de placer en ese momento, temblaba al sentir los húmedos labios de Black besar su cuello de manera suave y lenta. Suspirada jadeante, era morder, besar y lamber, Black hacia de todo un poco, era una órbita de placer sentirlo devorándose su cuello.

No sabe como llegaron hasta aquí, si hace unos momentos solo se besaban y, le desabotonada la camisa. Y ahora está hasta sin sostén, recargada en la mesa, siendo deleite de los besos y caricias que Black proporcionada por toda su piel.

—Me gustas —susurro a su oído Sirius de manera seductora—, y yo siempre obtengo lo que me gusta —mordió el lóbulo de su oído.

Sus senos, fueron apretados de manera suave por las varoniles manos de Sirius, causando que  gimiera cerca del oído del joven.

¡Merlin!

¿Por que le fascinaba tanto esto?

Era una maldita adición sentir sus manos de Sirius, juntar y separar sus pechos. Su cuerpo estaba tan excitado y ardiente. Su entrepierna se sentía humedecía, y en cada caricia o beso, le provocaban cosquilleos de gozo. Esto era tan fantástico, los húmedos besos, mordidas en su cuello, y las manos de Black, jugando con sus pechos, era la combinación más perfecta que existía.

Black bajo sus besos por todo su cuello, hasta que llegó a su clavícula. Levantó el rostro, la miro detenidamente a sus ojos azules y le regaló una sonrisa. Bajo la mirada latente que ella le proporcionaban, llevó uno de sus dedos a su boca.

—Sirius... —gimió, el dedo mojado por la saliva del Gryffindor, hizo un círculo en su areola, provocando que la área del pezon se encogiera y los pequeños botones se respingaran un poco más.

Le empezó a acariciar el pezon de manera suave con su dedo. Él, jugaba con la pequeña cosa, como si fuera una canica, parecía que le divertia lo que hacía. Comenzó hacer lo mismo con el otro seno. Solo los acariciaba o apretada con sus dedos pulgar y índice.

Su respiración estaba acelerada, no entendía como se podía sentir tanto deleite con tan solo poco.

Sus piernas temblaron, estaba nerviosa, no sabía que iba hacer Sirius, cuando tomó su seno derecho con sus manos y se empezó a acercarse a el, esperaba que no fuera lo que estaba pensado... Por Agripa, si lo era, ¡Ay Merlin mio! Era mucho mejor esta sensación de tener su pecho en la boca de Black.

𝚂𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚑𝚊𝚜 𝚜𝚒𝚍𝚘 𝚝úDonde viven las historias. Descúbrelo ahora