«Lo misterioso de las fiestas es que siempre termina haciéndote cometer una locura o dejándote sin un zapato.»
En la fiesta de los Malfoy, aparentar que Severus y Amely Snape eran un matrimonio muy enamorado; fue más fácil de lo que ambos pensaron.Tal vez las miradas que le daba la señora Snape a su esposo, la forma en que sonreía y se le iluminada los ojos mientras él hablaba; o, a lo mejor, era la manera en que Severus sujetaba de la cintura a su esposa, le hablaba mientras la miraba a los ojos cautivado; dándole a entender a cualquiera que él no veía a nadie tan perfecto como su esposa.
Aunque era muy obvio creer que aquel matrimonio se había realizado por amor. El cuestionamiento que Severus previo, sí se realizó, fue por parte de Evan Rosier el que empezó hacerle preguntas a Amely.
—¿Por qué decidieron hacer una boda tan apresurada?, cuando se casaron, no llevaban ni siquiera dos meses de relación.
—Severus fue el de la idea —respondió Amely a la vez que le daba una mirada sutil y una sonrisa de enamorada a su esposo. Sin quitar el gesto de sus labios, volvió a mirar a Evan, y añadió—: y fue la mejor idea que pudo haber tenido. Aparte de que me hizo muy feliz al cumplir mi sueño de casarme a finales de otoño; demostró que estaba muy enamorado de mí.
—¿Y tú estás enamorada de él? —esta vez fue Avery el que pregunto. Su miraba estaba fija en Amely. Severus sospechaba que trataba de leer su mente.
—Sí —respondió Amely sin titubear y bloqueando al invasor que quería entrar en su mente.
—¿Desde cuándo? —Avery y Amely juntaron las mirabas. Los dos parecía estar en un duelo mental—. Si puedo saber —añadió, al darse cuenta que Severus se estaba irritado por el cuestionario.
—Desde el colegio —contesto ella.
El chico encarnó una ceja curioso, y preguntó.
—¿Desde el colegio? ¿acaso no estabas muy enamorada de Sirius Black? —Sonrió malicioso al ver que Amely perdió el color de la cara a la mención de Sirius—. Rechazabas a todos por él. ¿Tan pronto dejaste de querer a Black o nunca lo quisiste?
Amely no respondió. Ni en veinte segundos después. Ni siquiera en treinta. Fue más de un minuto que Amely se quedó sin palabras. La sonrisa burlona no se le quitaba de los labios a Avery. Severus le pellizco con ligereza la costilla a su esposa, haciéndola reaccionar, y si que reaccionó.
—Todavía te duele que te haya rechazado, Michael.
Severus reprimió una carcajada. Michael era el nombre de Avery, uno que claro su compañero odiaba y, por ende, poco mencionada. Casi nadie sabía el nombre de Avery, le cayó de sorpresa que Amely sí lo supiera, y también le sorprendió la manera en que su esposa estaba jugando.
Avery se había puesto rojo, Snape no sabía sin del coraje de que Amely lo llamara por su nombre, por mencionar que lo rechazo o por las risas escandalosas de sus demás compañeros.
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𝚂𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚑𝚊𝚜 𝚜𝚒𝚍𝚘 𝚝ú
RastgeleDespués de haber sufrido tanto, Amely Dumbledore, al fin podía ser feliz, su vida había cambiando por completo, ahora estaba rodeada de personas que la quería, tenía a su familia, amigos y estaba conociendo el amor. Todo era mágico y hermoso. Pero s...