~Want sex~

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<<No me tientes, que si nos tentamos no nos podremos olvidar>>

<<No me tientes, que si nos tentamos no nos podremos olvidar>>

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—A veces siento que no puedo, Lucius. Es algo que no puedo contralar, quiero hacerla mía... Si tan solo supieras como me la imagino.

Severus Snape había salido de su primera reunión después de las "vacaciones" que tomo con Amely. Iba caminando junto a Lucius hacia las afueras de la mansión Ryddle, lugar cede de las reuniones.

Ahora que tuvo la oportunidad de ver a Lucius, puede desahogarse con él, y expresar todo ese que lleva guardado en su interior. Ese sentimiento de las hormonas que lo estaban torturando.

Da gracias a Merlín que no ha tenido otro de sus arranques. Esta semana ha sido tranquila, aunque claro las erecciones siguen presentes y esta consiente que es algo que no se irán.

—Ya te lo he dicho, Severus. No sé porque te quieres resistirme a ella, es tu esposa, no creo que se niegue a cumplirte... O ya sé, tienes miedo a fallarle y no ser lo que ella espera —dijo Lucius Malfoy con diversión a decir lo último.

—No —contesto rápidamente—, Amely es muy inocente, no creo que tenga mucha experiencia. Ve su cara, se nota que hasta pena le da dar un beso —dijo, recordando la ternura que esparce la sonrisa de su esposa y esos ojos azules claros que están repletos de inocencia.

—Buen entonces tiene miedo a lastimarla —siguió adivinado el rubio.

—No.

—¿Entonces que te lo impide, Severus?

Era muy fácil responder esa pregunta. El jodido orgullo que tiene de herencia. No quiere dejar caer esa promesa que se hizo de no tocar a Amely. No quiere que, por solo por sus hormonas, incumpla uno de sus juramentos. Él jamás ha sido una persona que cambia de opinión y esta vez no será la excepción.

Además, hay otro, Porque... Si toca a Amely, capaz podría ser difícil olvidarla y quitarse las ganas de tenerla de nuevo. La tiene en la misma casa. No es como otras mujeres que solo las ve una vez y ya.

Miro a su amigo. Ambos se habían detenido unos metros después de las afueras de la mansión.

—Jure no follármela, y cuando juro algo debo de cumplirlo.

—Deja tu orgullo de lado, Severus. Debes de vivir tu vida, disfruta la oportunidad que tienes entre tus manos... Además, tu esposa, no siempre te creerá tus excusas... Mira quien viene ahí, la persona que quisiera estar en tu lugar.

Snape observo a Amycus, Avery, Evan, Mulciber y Alecto, acercarse hacia ellos.

—Hasta que al señor Snape, nos dio la dicha de iluminarnos con su feliz presencia —bromeo Mulciber—, y se va tan rápido.

—Como ahora ya es un hombre casado, ya lo mandan —siguió el juego Evan.

—Cuéntanos, Severus, como es tu gloriosa vida de casado... Más específico en la hora del sexo —pidió Amycus.

𝚂𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚑𝚊𝚜 𝚜𝚒𝚍𝚘 𝚝úDonde viven las historias. Descúbrelo ahora