~El salón abandonado~

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<<Me gusta respirar de tu boca y probar la miel de tus labios>>

Amely y Regulus, caminaban por los solitarios pasillos, tomados de las manos. La rubia se dirigía hacia la orilla del lago negro, iba con mala gana, no por la compañía de su hermoso y apuesto novio, si porque se encontraría con el mandón de Snape, ya que la primera parte del plan del Slytherin, comenzaría.

—Me gusta el animo que tienes —dijo Regulus con una sonrisa.

—Eres mi novio, porque no hiciste algo, para que no, estuviera haciendo esto.

—Porque Severus, igual me dijo que si hacía algo, para evitarlo, hablaría.

—¡Maldito Snape!

—Llevas diciéndole así, casi todo el camino.

—Es que es un maldito —contestó— ¿Como le hago, para actuar como que Snape, me gusta?

—Piensa que es el guapo de tu novio.

—Mi novio no es guapo —dijo mirándolo frente a frente, con una sonrisa maliciosa.

—¿Ah no? —dijo acercándose a su rostro y tomándola de la cintura.

Amely negó.

—Soy hermoso —dijo antes de unir sus labios.

Se besaban, con ternura y deseo, era un beso que ninguno se explicaba que sentían. Pero sabían que ese beso llevada más deseo que ternura, los dos se atraían mucho físicamente.

Regulus, pego más el cuerpo de Amely, contra el suyo, aumentado la intensidad del beso. Él, era el que más demostraba lo fascinado que estaba con su novia. Se volvía intenso, sus manos recorrían el cuerpo de Amely. No quería parar, siempre quería llegar a más.

Si, sabía que Amely, era mestiza, y estar con ella, no era lo correcto. Pero por ahora no pensaba en eso, solo se dejaba llevar y disfrutaba el momentos de andar con ella. Después vería que tendrá que hacer. Por ahora, solo tener una relación que los dos mantiene en secreto es lo mejor, bueno casi secreto, solo conoce su relación Severus Snape, ya que apareció de repente, en el momento que se estaban... Amely le limpiaba la camisa. Los demás solo piensan que solo son grandes amigos o que la profesora McGonagall, le ordeno a Amely darle clases de transformaciones en la biblioteca.

Se separaron lentamente y Regulus, unió su frente con la de Amely. Vio los hermosos y mojados labios de su novia.

—¿Todos los Black, se creen hermosos?  —preguntó Amely, burlesca.

—Yo soy el único hermoso.

—Lo que se, es que son muy presumidos —le dio un golpe en el pecho y se separó de él—. Me voy hacer mi trabajo.

—¿Nos vemos en la biblioteca antes de la cena?

La rubia asistió.

Se despidió de su novio, meneado la mano y se encaminó hacia los jardines. Como nadie en el colegio sabe que son novios, no podían salir casi juntos a lugares donde había muchos alumnos, y bueno tampoco ahorita podía darse el gusto que la acompañara, porque Lily, podría sospechar y lo único que debe de sospechar es que ella, está perdidamente enamorada de Snape.

Iba agarrando aire y practicando como actuar enamorada. No lo va a negar sera hermoso ver la cara de Evans, enojada, hay cuanto lo disfrutará, viéndolo bien, no está mal lo que hará.

Se dirigió al árbol, que según le pertenecía a Snape, deja soñar al pobre, diciéndole que si es dueño del árbol. Vio a la pelirroja que estaba junto con Severin, recargados en el tronco mirando hacia el lago negro.

𝚂𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚑𝚊𝚜 𝚜𝚒𝚍𝚘 𝚝úDonde viven las historias. Descúbrelo ahora