Esmeraldas En Tus Ojos //Maycon// (Terminada)

Unforgivable.

Para Roger, la situación le generaba un ansía indescriptible. Siempre se había jactado de ser un hombre frontal y sin términos medios... Quizá eso le generaba problemas a menudo con propios y extraños, pero era el mismo, sin más.

Decidió hacer el movimiento más loco e impulsivo de su vida. Richard estaba totalmente dormido y su mamá, estaba leyendo un poco... Entró con efusividad a la habitación y sin más ni menos, antes de que ella pudiera articular alguna palabra, le plantó un gran beso.

Un tremendo beso lleno de pasión y cuando se separó de ella, le dijo:

-Te amo... No puedo más. Te amo.- Le decía Roger de forma feroz.

-Roger, esto no...-

Poniendo el dedo índice en sus labios, la silenció:
- No digas más, por favor...-

El beso continuaba... El sabor de los labios color cereza del rubio era totalmente riquísimo, era cómo probar una ciruela en su punto... Fresca y dulce.

Recorría con la punta de su lengua cada centímetro de sus labios que parecían hechos para los suyos y ella lo sabía. En ese momento, se dio cuenta que Roger era para ella. No John... Los dos eran puro fuego vivo.

El rubio la cargó hacía el cuarto de huéspedes para continuar con la faena. Mientras besaba lentamente su cuello, sus dedos escurridizos, viajaban hacía su entrepierna y sin dificultad, encontró el punto del placer de la castaña... Empezó a masajearlo, lenta y profundamente. Consiguió generarle un orgasmo simplemente con sus dedos, ella no se detuvo para besarlo, sin pensarlo, el le arrancó la bata y le dijo que era mejor que lo que esperaba... Ella hizo caso omiso y llenó su torso de besos candentes. Sentir sus labios en su cuerpo, le llenaba la mente con una densa niebla de placer.

Con sus brazos, la puso debajo de él y comenzó a cubrir sus senos de besos , mordiscos y lenguetazos; se dió cuenta que estaba totalmente húmeda, sabía que era el momento de hacerla suya completamente. Se introdujo en esa delicada y suave cavidad, estaban frente a frente... Podían verse a los ojos el uno al otro. Se amaban con toda la pasión del mundo. Se movían rítmicamente para que Roger pudiera inducirse con libertad.

Él era bastante apasionado en realidad, era todo besos y poder amarla como nunca se ha sabido... Entrada y salida, entrada y salida, hasta que el segundo orgasmo ocurrió, el también sentía que en breve, estallaría, pero no lo hizo en su interior, se salió y se dejó venir en la cama... Los dos estaban sudados y al rojo vivo. Se abrazaban y llenaban de caricias puras.

Todo sentimiento que ella tenía hacía John, se había esfumado por completo.