Los seres humanos solemos ser ¿incomprendidos o insatisfechos? yo no lo sé, pero prefiero decir que suelo ser una persona que no necesita de otra para poder seguir adelante.
No me interesa estar lamentándome por las calles o bares de lo injusta que se vuelve la vida, prefiero seguir con ella e irme burlando de los incomprendidos. Me gusta toparme con personas así y hacerles entender que la vida es una, que por mas problema que pueda creer que tiene, se puede seguir, se puede vivir.
Desdé que era muy joven logré conquistar lo que yo creía que era un sueño, me convertí en piloto de una prestigiosa compañía de transporte aéreo. Solía llevar personas de un lugar a otro, me encantaba sentirme en las nubes, pasar por tormentas y salir sin ningún inconveniente, disfrutaba ver como las personas colocaban su confianza en mi.
Me casé joven con Gloria, una azafata de la cual me enamoré perdidamente, tuvimos un hijo, salió con la belleza de su madre, pero con mi carácter autoritario, Nathaniel, el empezó a sentirse solo porque su madre y yo siempre estábamos trabajando.
Cuando Nathaniel tenía seis años, Gloria nos dejo, se fue, nos abandono. Yo sabia que eso sucedería tarde o temprano, y no porqué se acabará nuestro amor, no que va, era porque ella no solía quedarse en un solo lugar, ella pertenecía al mundo entero, un mes vivía en Francia, el próximo en Tokio y el próximo en Serbia, así era ella.
Nathaniel se convirtió en el nuevo centro de mi vida, con solo verlo comprendía la verdadera definición del amor, cada vez que pienso en el, en su voz, en su olor, en sus preguntas, sus ocurrencias, en su loca manía de limpiar las migajas de la mesa cuando terminaba de comer, hace que mi cuerpo entre en un extraño transe, mi corazón se hace gigante y pequeño con cada bombeo de forma exagerada. Nathaniel es mi orgullo y fue mi vida
Pero ¿Por que hablo en pasado?, la respuesta es fácil...
Ya no se encuentra conmigo, su madre me lo quitó físicamente para siempre y solo me quedan sus fotos, sus ropas y juguetes, para sentirme que estoy a su lado. Debido a esto estoy en una extraña depresión, como lo dice mi psicoterapeuta Melany Fisher. Tengo una licencia en mi trabajo y si no hago mínimo trescientas horas de terapia, perderé mi empleo.
Mi corazón fue partido en pedazos y jamás creí que alguien podría ir acomodándole de forma progresiva. Ella es especial aunque no lo sepa, o quizás se olvidara.
Susan Hoffman es una persona que me hace sentir vivo de nuevo, ella es especial.
ESTÁS LEYENDO
Ángel Caído
RomanceÁngel caído, es la secuela de Los ángeles duermen. Será una historia narrada por Jhosep Beránger, un piloto de avión que se cruzará sin quererlo con Susan Hoffman, en un grupo de ayuda dirigido por la psicoterapeuta Melany Fisher . Ambos pasan por e...