Capítulo 36

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Día 3


Desperté muy temprano, antes de que saliera el sol y lo primero que hice fue pensar en Susan, toda la noche soñé con ella y con todo lo que había sucedido.
Quería obligarme a no pensar en ello, a pensar en el día que estaba empezando y que se decidiría si Kodi se quedaría bajo mi custodia.
Entre a la ducha y me prepare para despertar a todos.

Al llamar a las puertas vi que nadie contestaba, así que decidí entrar a sus habitaciones.
Valla sorpresa la que me lleve al percatarme de que ninguno de los tres estaban en sus habitaciones. Comencé a preocuparme porque quizás habían escapado.

Corrí hasta la cochera y allí estaba mi auto, pero no había señales de ellos. El celular comenzó a sonar y pensé que quizás eran ellos quienes llamaban para decirme lo que mi mente ya creí.


— Hola… ¿Susan? — respondí rápidamente.

— No… Buen día señor Beránger, le estoy llamando del hangar 4-B — hablo un hombre.


— SI… Con el habla. ¿En qué le puedo ayudar? — dije mientras caminaba al balcón.

— Queremos disculparnos, debimos llamarle ayer por la tarde para avisarle que el Piloto Francis no podrá continuar con el vuelo programado para hoy —


— VAMOS!!!! ¿Y hasta ahora es que lo dicen? — protesté


— Lo lamentamos mucho, pero en su puesto dejo al Piloto Gregorius d’vicinn. El será quien lo acompañe a su destino con su familia —


— Pues muchas gracias por avisar, estaré llegando dentro de una hora, u hora y media — colgué.

Estaba preocupado por lo que pudiesen hacer ese trío que a mí pensar estaban escapando.

Cuando me di vuelta y mire hacia la playa, allí estaba esos tres sentados con Susan, Kodi estaba a su derecha y Katherine a la izquierda… contemplaban el mar y las nubes que se podían ver gracias a los primeros rayos de luz.

Al acercarme ellos estaban en silencio, Susan abrazaba a los chicos y con su mano acariciaba Susan cabezas, jugando con sus cabellos.

— Hola, buen día… — saludé.

Susan giro su cabeza y me hizo seña de que me sentara a su lado!!!

Yo no quería llenar de arena mi traje, así que solo me baje y observé el horizonte con ellos.


— Sería genial poder ser como una gaviota — hablo Kodi.

Susan extrañada pregunto — ¿Por qué como una gaviota? —


— Las gaviotas son libres, están cerca del mar y vuelan muy alto… me gustaría poder volar y sentirme libre — respondió.

Veía a Susan cada vez que podía. Se veía tan hermosa con los chicos que me daban ganas de robarle un beso.
Ella que de vez en cuando me veía se sonrojaba y desviaba la mirada al horizonte.


Luego de un tiempo dije — Deben ir a prepararse, debemos partir ya, les tengo una sorpresa y nos queda menos de un hora para llegar al lugar —

Katherine se levantó de la arena y se fue a la casa sin decir nada.

Kodi y Susan comenzaron a caminar a la casa en silencio, se veían que todos estaban triste, sabía que tenían miedo de lo que pudiese pasar. Pero trataría de alegrarlos como me fuese posible.

Yo ya tenía preparado el regreso a casa, había hablado con un viejo amigo para que me prestará su jet para regresar, quería que Susan, Katherine y Kodi disfrutarán el regreso a casa, quería crear un recuerdo en ellos.


Una vez que estuvieron todos listos subieron al vehículo y encendí el vehículo.


— Extrañaré está casa —
— Yo igualmente — hablaron los chicos

— Todo saldrá bien, recuerden lo que hablamos — ánimo un poco Susan.

— Su padre sabrá solucionar todo — dijo tomando mi mano, que estaba en la palanca de cambios.

Solo sonreí y dije — Claro que sí, todo saldrá bien, porque los… ummm… — Susan me sorprendió dándome un beso, un beso suave y delicado al cual no me tocó más remedio que corresponder.

— ¿Qué ha sido eso? — pregunto Kodi y Katherine sincronizados.

Susan retiro su rostro del mío y observe como se sonrojaba respondiendo — pues, un beso… hoy es un día importante y debemos estar todos unidos —

Solo sonreí lleno de una victoria merecida y comencé a conducir.

— Chicos debo desviarme al aeropuerto por unas cosas, pero les prometo que será rápido — les dije, mientras tomaba la salida hacia el aeropuerto.

Cuando llegue a la entrada a los hangares del aeropuerto me recibieron muy bien, personal de seguridad que me conocían de hace mucho tiempo se alegraban de verme.

Luego que inspeccionaron el vehículo, me dejaron continuar, al entrar vi que el jet estaba fuera del hangar, esperando por nosotros.
Aparque aun lado y les dije — Buenos hemos llegado, necesito que bajen y suban a ese avión, regresamos a casa por todo lo alto —

— No es posible!!!! Al fin voy a volar — dijo emocionada Katherine.

Los chicos bajaron y subieron al avión, Susan quien aún estaba al lado del vehículo me veo llena de orgullo, era como si me felicitara con solo mirarme.

— VAMOS…. SUBE AL AVIÓN — grite porque los motores del avión generaban un poco de ruido.

— LO HARÉ, PERO ANTES NECESITO QUE SEPAS LO FELIZ QUE ME HACE TODO ESTO —

Ángel CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora