¿Alguna vez te has sentido tan cómodo en un lugar que quieres paralizar el tiempo y quedarte allí por siempre?¿En algún momento de la vida has sentido que puedes expresarte libremente con completos desconocidos, como si los conocieras de años?
¿Te has sentido a gusto, cómodo o feliz en un lugar donde horas antes se habría registrado escenas de dolor?Porque eso era lo que estaba sucediendo en ese pequeño departamento donde nos encontrábamos tres extraños, que habían compartido no más de un día.
Sabía qué Katherine no sonreía desde hacía mucho tiempo, según el comentario de kodi. Ella parecía estarlo pasando muy bien, se le veía relajada, se podía notar en su tono de voz que disfrutaba del momento.
Por otra parte kodi, él se envolvió en el lugar, se cubrió con la energía que brotaba de nosotros tres, parecía haber acabado con la idea que tan sólo horas antes, había puesto en marcha. Su dolor se había disipado.
Y yo, Jhosep Beránger, el gran piloto de avión, que pasaba por una perdida horrible, que sufría de constantes pesadillas, en las cuales trataba de recrear la muerte de mi hijo y su madre. Ese Jhosep no estaba en esa habitación, en su lugar había un Jhosep totalmente diferente, uno el cual no era seguido por el remordimiento, uno al que su mente no dejaba de preguntarle qué había pasado en ese accidente tan catastrófico, un jhosep que no era acechado por la culpa y la tristeza.Pero lastimosamente, esos momentos no duran para siempre, ni mucho menos son eternos. Había llegado la hora de romper tan maravillosa burbuja de felicidad.
- Kodi, necesito que me digas que sucedió el día de hoy - dije desde donde estaba sin apartar la mirada del trozo de pizza que quedaba en la mesa.
Mis palabras fueron lo único que necesito esa burbuja para estallar.
Alce mi rostro para mirar a Kodi, vi como esa hermosa sonrisa llena de felicidad y alegría se desvanecieron, dejando en su lugar una expresión vacía y plana.
Katherine estiró su brazo para tomar mi mano y decirme - no creo que sea buena idea presionarlo -
Ella tenía razón, pero tenía que asegurarme de que aquel chico no intentara hacerlo de nuevo, no podía simplemente dejar aquel lugar y saber que el chico estaba solo, deprimido, con dolor, recuerdos y memorias,
Recuerdos que podrían causar otro intento por acabar con ese dolor que sólo él sabía.- Kodi sólo quiero saber que vas a estar bien - dije sintiendo un poco de náuseas, náuseas que eran producto del temor que sentía por aquel chico.
- Señor Beránger, no quiero estar solo - respondió el llevando sus dos manos al rostro, quizás para tapar la vergüenza que sentía al hacer tal confesión.
Un nudo en mi garganta comenzaba a formarse, mi frente comenzó a crear gotas de sudor, mis manos temblaban y no podía controlarlas, sentí pánico al oír aquella frase, frase que tanto me repetía a mí mismo, todos los días desde que se fue Nathaniel.
Katherine debió ver cómo me descomponía, se levantó rápidamente de su silla, se colocó tras el chico y lo abrazó diciéndole - No te dejaré sólo, no podría perder a un gran amigo como tú -
El aire comenzaba a faltarme, necesitaba un poco de aire fresco.
Me levanté de la silla y di media vuelta, pero al ver aquel balcón sabía que no podía ni acercarme, era como un lugar prohibido para mí, un lugar donde me sentiría desnudo por mi dolor.
- ¿Se encuentra usted bien?, Se le ve fatal - hablo Katherine...
- Si, si estoy bien... Es que creo que la pizza no me sentó bien, necesito un poco de aire - dije mientras caminaba la puerta.
- No me deje solo aquí por favor - me rogo aquel chico, - No quiero estar solo, con ustedes me siento mejor, no quiero que me dejen -
Katherine me veía con un poco de lástima, y en sus ojos se podía ver que estaba rogando lo mismo que aquel niño desde su interior.
- Pues ¿qué están esperando?, vamos todos a caminar - dije haciéndole un gesto de invitación a la puerta.
Caminábamos sin rumbo por las calles de aquella ciudad...
Tres desconocidos que podían sentir lo mismo.
Tres personas unidas por el dolor y la pérdida.
Tres personas que se harían indispensable la una para las otras.
Pero eso no lo sabía en ese momento, no sabía lo feliz que podíamos ser juntos.
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Ángel Caído
RomanceÁngel caído, es la secuela de Los ángeles duermen. Será una historia narrada por Jhosep Beránger, un piloto de avión que se cruzará sin quererlo con Susan Hoffman, en un grupo de ayuda dirigido por la psicoterapeuta Melany Fisher . Ambos pasan por e...