-Capítulo 1-

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¡Aviso!

Esta historia trata brevemente sobre una enfermedad. Investigué al respecto pero no fue mucho lo que encontré, así que algunas cosas las invente o pueden llegar a ser un poco incoherentes para personas que saben más sobre la Xerodermia Pigmentosa (es una lástima no encontrar mucho en internet). Por favor, no crean lo que pasa en esta historia inventada, si quieren saber más, pueden buscar ustedes mismos para informarse mejor.


PARTE 1 

OLIVIA

"El diario de Olivia"

La punta de mi lapicera traza letras y pequeños dibujos a medida que mi mano se desplazaba con unos movimientos pequeños y finos. Mi letra no es la mejor de todas, es horrible, ¿pero qué podía hacer yo?, intente mejorarla con esos estúpidos videos de caligrafía bonita en YouTube, o funcionó, así que resignada, me encuentro escribiendo en el diario que mi padrastro me ha regalado, sabía que no debería llamarlo "padrastro", pero lo hago con amor.

"Querido Diario, seguramente no me debes conocer, así que haré una breve presentación:

Mi nombre es Olivia y tengo 19 años. Vivo en Canadá, donde en verano dan ganas de arrancarse la piel y en invierno dan ganas de tomar treinta tazas de café hirviendo por día para mantenerte caliente.

Tengo dos hermanos, Luke y Eric, ambos son del primer matrimonio de mi madre, Eleonor, y su padre es Matthew, mi padrastro. No llegue a conocer a mi padre, él murió de cáncer de piel antes de que yo naciera. Hablando de mi madre, Elonor tiene muchos defectos pero ¿quién no los tiene?, nadie es perfecto. Mientras haga las cosas como ella quiere, no habrá ningún problema.

Matthew es diferente, siempre me comprende y me deja hacer cosas que mi madre no, como por ejemplo: mientras ella está en la oficina, Matt me deja salir cuando el sol ya se ocultó para ver los últimos rayos de sol que ya no llegan al patio trasero. Eso sí, siempre debo tener ropa larga y un estúpido casco como usan los astronautas por sí debo salir de urgencia en el día. Aunque eso nunca pasaba ya que era prisionera en mi propio hogar.

Luke y Eric hacían mis días más llevaderos. Los mellizos son lo mejor que me ha pasado, luego de que mamá los dejara para estar con mi padre verdadero, ellos siempre me trataron como si nada hubiera pasado.

Mis mañanas siempre eran las mismas, despertar, cambiarme, desayunar, cepillar mis dientes, quizás una ducha si ese día correspondía, acostarme, estudiar y caminar por una solitaria casa en medio de un vecindario donde casi nadie sabía de mi existencia. A veces solo quería desaparecer o salir de mi casa al mediodía cuando sol daba directo en las calles y gritarle al mundo que estaba aquí, sana y salva. Quería poder salir, poder sentir el sol en mi piel nuevamente, pero no podía. No recordaba lo que era poder salir de día o tener una vida dentro de todo "normal". Muchas veces solo quería desaparecer, hacerme bolita en mi cama y olvidar que todo esto estaba pasando, odiaba mi vida por momentos, de todas las personas del mundo tenía que tocarme a mi. El universo me odia, lo sé.

Y ustedes se preguntarán, ¿cómo una chica de 19 años puede pensar de esa manera?, ¿cómo una chica que está en su momento de mayor energía tiene ese punto de vista?.

Tengo una razón y es una muy buena en realidad.

Mi nombre es Olivia y tengo 19 años. Vivo en Canadá y tengo una enfermedad llamada Xerodermia Pigmentosa y hay demasiadas cosas que no recuerdo haber hecho o sentido desde mi segundo año de vida y existen muchas cosas las cuales me gustaría hacer, pero es una lista muy larga.

Las noches no eran tan tranquilas como los días. Cuando cerraba mis ojos, solo podía pensar en que muchas veces me sentía sola, sin nadie con quien hablar, había días donde la casa se encontraba vacía y no sabía qué hacer. La casa vacía, yo vacía, me hacía sentir sola, me hacía sentir que estaba en un mundo de solos, donde las personas viven en su propia burbuja y no saben de la existencia de los demás. Estaba harta de escuchar a mis vecinos preguntarles a mi familia :¿cómo se encuentra Olivia?, ¿está Olivia bien?, ¿cómo lleva los días Olivia?. Algún día les dedicaría el dedo del medio a todos por la ventana, pero no podía. Maldito sol que no me deja expresarme.

Así que, al final de todo, esta es mi vida, viviendo mis días con hermosos y bellos pensamientos y manteniendo mi mente ocupada hasta que la noche llegaba y arrasaba con ellos como un huracán. A veces me pregunto si ese huracán algún día me llevará con él como hace con todos mis bellos pensamientos...

Siento que usaré este diario para descargarme de cualquier cosa, no tengo ninguna razón para escribir hoy, solo quería estrenar el diario, quien sabe, ¡quizá los futuros hijos de Luke y Eric podrían leerlo!, que emocionante.

Me estoy cansando así que dejaré este pobre diario para otro momento.

Buzz Lightyear, fuera."

La chica que se escondió del sol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora