Butterfly (DomKat) [EDITANDO]

Capítulo 63

Punto de vista, Dominique.

Era la tarde del sábado. Katherine había estado en su apartamento desde ayer por la noche después de regresar del set de grabaciones, avisó con anticipación que estaría en mi apartamento después de atender una reunión con Cassie, su manager. Al parecer era sobre su nuevo proyecto de filmación como directora. Me tenía nerviosa todo aquello, y al mismo tiempo estaba orgullosa de lo que hacía. Me encantaba imaginarme el resultado final, y me encantaba pensar en apoyarla de cualquier manera, en cada proceso. 

Dios... tan solo el hecho de imaginarme su sonrisa hacía que mi corazón quisiese salir de mi pecho. 

Sonreí sin negarme estando sola en mi habitación. No diría que mi vida estuviese resuelta, o que fuese perfecta... pero vaya que estaba siendo muy feliz con lo que hacía, con lo que vivía, y por supuesto, con quien estaba. 

Observé el reloj en mi mesita de noche, eran las cinco en punto de la tarde. 

Aún tenía la toalla amoldada a mi cuerpo; decidí cambiarme y colocarme un vestido negro no muy extravagante, pero lindo de igual manera. Unos tacones porque, ¿por qué no? Y mi cabello resaltó las puntas onduladas en una coleta alta después de haberlo secado. Un retoque de maquillaje sencillo ayudó a mi presentación y por último coloqué cualquier canción que sonase de la playlist. 

Estaba yendo a la cocina en donde el aroma delicioso a pasta Alfredo conectaba con mis sentidos. Estaba asegurándome que todo estuviese en orden cuando mi teléfono anunció una llamada, era de Katherine. 

Sonreí.

-Hey, bubba-. Reí cuando dijo el apodo.

-Hey, bubba-. Respondí sonrojándome sin querer. Al parecer no solo su presencia me hacía sonrojar. 

-¿Puedes abrir la puerta para mí, por favor? -. Ella soltó una risita tierna al otro lado de la línea. 

- Voy en seguida -. Me apresuré a llegar a la puerta.

Abrí y lo primero que vi fue una caja enorme frente a mí.

- ¿Hola? - Pregunté riendo e intentando ayudarle, lo que le hizo gracia también. - ¿Qué es eso? - Pregunté.

- Una sorpresa para más tarde -. Habló suave mientras dejaba la caja en la isla.

Ella ya estaba vestida para la cena; llevaba puesta una camisa formal, algo holgada, blanca y de mangas largas que se veía de una tela suave. Pantalones negros y zapatos formales. Yo sonreí ante ella, se veía preciosa, como siempre.

Me fascinaba su faceta formal. 

Ella volteó a verme al fin; heló por completo sus movimientos y se quedó observándome por un buen rato, sonrojándome por la nula interacción de nuestras palabras, por el silencio, y sus ojos en mí. 

- ¿Es demasiado? - Jugueteé con mis dedos por el nerviosismo. 

Aún así pasasen años, días enteros conociéndonos al paso de los segundos, sintiendo que cada vez es más mi amor por ella, sintiéndo cada vez un poco más unida mi vida a la suya, aún así no dejaba de sentir eso dentro de mí; eso que me gritaba todo el tiempo que ella era la indicada. Eso tan inexplicable, tan profundo y sincero que siento cuando me ve, o cuando la veo, o que existe simplemente porque solo es con ella. 

Katherine tragó visiblemente y se sentó a tientas en el taburete detrás de ella. Extendió sus brazos en señal de que quería un abrazo y yo me acerqué sonriéndole. 

Parecía una niña pequeña viéndome; tenía los ojos cristalinos levemente, y una sonrisa en su rostro, preciosa. 

Me tomó de la cintura con ambas manos y elevó su mirada para verme gracias a que ahora estaba sentada y yo parada frente a ella.