Capítulo 47

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Punto de vista Katherine.

Habían pasado dos días desde que todo lo que tenía con Dominique se detuvo gracias a la revelación que David hizo.

Demonios.

Se suponía que ese día sería fantástico. Me atreví a disfrutarlo antes de que pasara.

Era un duelo difícil el querer y no querer volver a su apartamento... sabía que no me querría ver y estaba en todo su derecho, pero, tampoco quería que esto no tuviese una explicación.

Y es que, joder... Sabía que pasaría.

Aunque, claro está que al principio no tenía una mínima idea de lo que sucedería.
Realmente no tenía idea de lo mágica que era esta chica hasta que fue demasiado tarde para hecharme atrás.

Es fantástico como no te imaginas que alguien puede cambiarte la perspectiva de tus ideas tan solo cuando la ves...

Cuando está en esos pantalones de mezclilla cortos, con sus preciosos ojos verdes y sonrisa coqueta, ¡Puede gustarte de inmediato! hasta el punto de no parpadear en lo absoluto porque estoy segura de que no quiseras perderte la oportunidad de aprovechar cada segundo para poder observar lo que hace, pero, te descuidas y de un momento a otro está riendo de un mal chiste, escondiendo sus ojos tras sus párpados, revelándote cada marca que su piel hace cuando sonríe. Tus ojos te obligan a que tu atención se quede en su sonrisa, que solo quieras escuchar el tono de su voz dulce; en sus lunares, en sus pecas, el verdadero color misterioso de sus ojos, el color de su cabello, el olor de su perfume... tu cuerpo entero y tus sentidos casi te suplican quedarte ahí para toda la vida.

Ahora entendía que ella no era un simple Río.

Ella era el verdadero y magestuoso mar profundo al que tanto le tenía miedo.

Ahora solo quiero volver a él...

Quería decírselo. Quería hacerlo yo con mis propias y sinceras palabras para evitar esto, maldita sea con David.

¿Cómo el mundo puede parecer tan pequeño?

No tenía idea de que el mismo socio de mi novio, era el amigo de la misma chica, que aparte de ser mi compañera de actuación, era la mujer de la que me estaba enamorando.

Solo me queda pensar en que tal vez sea un castigo del universo el que él se apareciese justo ese mismo día.

Aún con la ansiedad de querer salir corriendo y tocar su puerta, entendí que necesitaba tiempo para asumirlo y que pese a cuanto se tarde, intentaría explicarle todo cuando crea necesario el tiempo.

Desde ese día no le contesté ninguna llamada y mensaje a Ray. Sabía que él no insistiría en venir si yo no respondía así que lo hice con toda la intención.

Fuera de todo esto, intenté salir a despejar mi mente por al menos unos segundos pero, me era imposible no pensar en ella a cada momento. El sentimiento de culpa que tenía parecía querer ahogarme. Me sentía incómoda, molesta y avergonzada. 

Iba de regreso a mi apartamento sin poder controlar que mi vista se perdiera hacia más allá de unos metros, en donde Acappella se encontraba. Tardé unos minutos antes de voltear hacia otra dirección y seguir hasta doblar en la esquina para llegar a mi edificio.

La tarde comenzaba a llegar y yo evitaba -también- voltear hacia el cielo. Si lo hacía la vería a ella en las nubes y en cada precioso color que se pintase y mezclase en él.

Llegué después de un tiempo hacia mi piso. Mis pensamientos y cada uno de mis sentidos parecían estar  anesteciados. Todo parecía tener un sentido nulo en ese momento, parecía blanco y sin sentido... como insípido.

En ese momento no era feliz y todo lo que quería era saber si ella estaba bien.

O bueno, un poco mejor después de lo que pasó.

¿Eso no era suficiente señal?

¿Cómo no pude darme cuenta en ese momento, que me importaba más ella que cualquier otra cosa?

O cualquier otra persona...

Cuando eso nunca me sucedió con nadie.

Maldita sea.

Era tan claro todo.

Ni siquiera era como si ella se hubiese ido para siempre. Seguiría viendo su rostro en las grabaciones.

Dios, las grabaciones...

Volvería a besar sus labios... volvería a oler su perfume y a ver sus ojos de cerca aunque ella no quisiese, y saber eso me hacía sentir de nuevo miserable.

De solo pensarmelo los escalofríos cruzaban por cada centímetro de mi piel.

Seguí, y lo primero que hice fue ir directo hacia mi ducha, sabiendo que era tal vez lo único que podía relajarme. Ni siquiera preparé lo que vestiría ni nada, solo me quité la ropa, la lancé por algún lugar de la habitación hasta quedar solo en ropa interior y debajo del agua.

Tardé poco más de veinte minutos antes de salir y vestirme con lo primero que viese en mi closet. Me dirigí a la cocina, preparé algo de comer, me dirigí a cepillar mis dientes después y terminando todo, tumbé mi cuerpo sobre la cama abrazando a la vez la almohada que se encontraba al lado mío. 

Si perdía a Ray, ¿Estaría de esta manera?

Al parecer aún cuando mis propios pensamientos querían hacerlo aparecer, nada en mí se alteraba y eso me confundía (más de lo que ya estaba)

Si se supone que lo amaba, ¿No debería sentir el mismo temor por perderle?

Quizá no tenga miedo por saber que él sí está conmigo y que no es algo que a penas comienza.

Bueno, una actitud y pensamiento despreciable de mi parte al tratar de comparar los puestos de las dos personas con las que estuve, sin que ninguno se enterara de ello.

Él no tiene la culpa de nada, ella mucho menos.

Ella muchísimo menos...

Quiero asumir que me preocupo más por ella, por el hecho de haberle ocultado todo desde un principio y aún así, no haberle dicho nada tiempo después, cuando claramente sabía que la verdad la lastimaría.

Ella llegó después, pero parecía ser que todo cobró sentido cuando lo hizo.

Parecía que nada de lo que había hecho con alguien más anteriormente era tan bonito y maravilloso como lo era con ella.

Cada cosa que hacía o decía era diferente siempre, nunca me aburría de escuchar cada historia que me contaba, aún si la había escuchado unas veinte veces, siempre me relataba todo con gran sentimiento y emoción, que me hacía sentir incluso parte de la historia.

No exagero si digo que parece ser un ángel.

Algo tiene, algo es... ¡Algo hace! que me hace cuestionar si realmente merezco todo lo que ella me hizo pasar o lo que me hizo sentir.

Sin darme cuenta hasta ese momento, separé mi rostro de la almohada dandome cuenta que esta, casi goteaba las lagrimas que derramé sobre ella. Separé mi rostro y me hundí por completo en las sábanas, sin dejar de abrazarla.

-Abrazaré la almohada pensando en tí esta noche... y todas las que me faltes, si es necesario.-

Butterfly (DomKat) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora