XVII

349 19 2
                                    

La perilla de la puerta de mi habitación está girando nuevamente y se lo que significa.

Me meto bajo la cama con mi pijama de pantalón y franela, tratando de ocultarme de lo que sé que está por venir, la puerta suena y suena otra vez, o creo que es mi corazón, no lo sé, todo lo que sé es que no quiero que la puerta se abra, pero mi poca esperanza muere al escuchar como la puerta finalmente se abre y todo queda es un oscuro y horrible silencio

Todo lo que puedo escuchar es su respiración, su fuerte y pausada respiración que me dan ganas   de llorar simplemente al oírla. Fuertes pisadas resuenan mientras se va acercando a la cama, y con la más terrorífica y baja voz susurra.

-¿Elizabeth?

Me quedo completamente quieta donde estoy y trato de respirar lo más pausado que puedo para que no me escuche.

-Sal, Elizabeth, sal de donde estés.

Su voz es un susurro sin emoción y siento mi corazón pararse.

-Contare hasta tres, pequeña, y si no sales iré por ti.

Por favor, no.

No.

-Uno…

Me meto más hacia el fondo debajo de mi cama.

-Dos…

Siento sus pasos acercarse.

-Tres.

Grito cuando soy jalada fuera de mi escondite, en menos de dos segundos estoy contra la cama mientras él me mira fijamente desde el borde de ella.

-Pequeña cobarde…

Instantáneamente comienzo a llorar, su obscura figura se entremezcla con mis lágrimas mientras me empujo lejos de él tratando de escapar, no puedo ver mucho porque mi habitación está a oscuras, pero sé que el esta allí.

-Oh, no te escapes, no durara mucho.

Antes de que pueda alejarme mas sus manos están sobre mí, forcejeo con todo lo que puedo, muerta del miedo y del asco sabiendo lo que viene a continuación, lloro incontroladamente del miedo, estoy tan asustada.

-Espero que no seas la misma perra que tu madre, pequeña.

Golpeo con más fuerzas y pataleo logrando golpearlo un poco en el estómago.

-Zorra – Lo escucho gruñir.

Escucho el sonido de la hebilla de su correa, y cuando caigo en lo que va a hacer ya es muy tarde para huir.

Un aterrador grito sale de mi garganta en el momento en que la correa azota contra mi costado. Calor y dolor se propaga por mi cuerpo y siento como la zona comienza a inflamarse.

-Quieta, perra.

Me quedo tiesa mientras baja mis pantalones y mis braguitas, y no hago más que llorar y llorar porque sé que no podre evitar esto, volteo mi rostro cuando baja su pantalón, inundado en lágrimas, trato de pensar en lo mucho que quiero morir.

-Te voy a joder, zorra – Y antes que pueda decir algo más, está dentro de mí.

Por favor, Dios, déjame morir.

Golpea dentro de mí con fuerza, rompiéndome en pedazos, enviándome a un lugar en mi mente donde todo lo que puedo pedir es clemencia, donde todo lo que quiero es dejar de respirar, de sentir, de ver.

Por favor, déjame morir.

Acelera sus movimientos y grito cuando golpea mi rostro, jadeando encima de mí, no puedo dejar de llorar, luego de un minuto, golpea nuevamente mi rostro, yendo incluso más rápido, y me deja aturdida suficientemente como para no poder enfocar mi mirada en nada

Déjame morir.

Cuando acaba, se quita de encima de mí, subiendo sus pantalones, mientras todo lo que puedo hacer es jadear y seguir llorando, con paso tranquilo sale de mi habitación, cerrando la puerta a su camino, y entonces estoy sola, semidesnuda y rota sobre mi cama.

Solo quiero morir.

-Disaster- (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora