-Disaster- (Justin Bieber)

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Cuando estoy en la gran y lujosa habitación de Bieber, recorro el lugar tratando de encontrar mi ropa, mientras ignoro el punzante dolor en todo mi torso, miro en todos los lugares que puedo y camino alrededor de todo para al menos saber si la tiro en el piso o algo, algo dentro de mí no me deja asustarme, no me deja tener miedo, aunque sé que debería tenerlo, es esa fuerza que te impulsa a seguir con lo que haces, cuando desconectas tu cerebro de tu cuerpo, haces las cosas por instinto, es así justamente como está funcionando mi cuerpo en este momento, cuando estoy a punto de darme por vencida, y salir de aquella casa vestida con estas ropas, noto el pitido de mi celular a lo lejos, lo persigo, respirando con dificultad,  hasta encontrarlo en uno de los muebles de la habitación dentro de mi pantalón y junto a mi camiseta, lo saco rápidamente observando la pantalla brillante, casi esperando a que sea papá.

"Tío John"

Oh, mierda.

- ¿Hola? - Contesto con inseguridad.

- ¡¡¿Dónde diablos te metiste Elizabeth Brown?!!,¡¡¿Por qué demonios no has llamado para siquiera avisar que sigues viva?!! - Los gruñidos fuertes y molestos de tío John impactan contra mi sentido auditivo haciendo que separara el aparato de mi oreja.

- Uh,  lo- lo siento tío John - Susurro tartamudeando ante su inesperada reacción, él nunca había llegado siquiera a levantarme la voz  - Es que conseguí un trabajo, en-en un restaurante familiar - Trato de hablar correctamente, me esfuerzo, enserio lo hago - Salí muy tarde, y-y una amiga me ofreció a quedarme a su casa, para que no tuviera que caminar sola tan tarde en la noche, y no-nosotras simplemente comenzamos a hablar y-y luego nos dormimos y yo-yo simplemente lo olvide - Suspiro y respiro profundamente - Lo siento mucho tío.

El respira.

- Esta bien Elizabeth – Suspira - Solo... - Toma aire - Solo avisa la próxima vez ¿Sí? - Me lo imagino pasando su mano por su cabello en señal de frustración - Nosotros... Nosotros realmente estábamos preocupados, y yo simplemente - Se detiene - No me perdonaría que nada te pasara - Finaliza. Su voz llena de dolor.

Sonrió, por primera vez, sintiendo el amor y la preocupación de alguien, entiendo el significado de importar, de importar de verdad.

- Esta bien tío - Digo, con la sonrisa en mi rostro - No volveré a hacerlo, lo prometo, saldré temprano del trabajo para ir a casa, ¿Está bien?

- Si, está bien - Vuelve a suspirar - Si... Yo, uhm, ¿Elizabeth? - Llama.

- ¿Si?

- Cuídate cariño – Gime - Por favor - Susurra.

Sonrió mucho más.

- Si tío, adiós - Cuelgo.

Esa extraña parte de mi corazón que solo mama lograba llenar, se abre, puedo ver como cierta luz lo alumbra, después de haber pasado tanto tiempo en la completa obscuridad, respiro, se siente bien, de verdad que sí, cuando alguien se preocupa por ti, simplemente hace que se te sientas bien.

Tomo mi ropa, con cuidado de no tocar mucho los vendajes de mis muñecas, aunque sea molesto y toda esa mierda, tengo que agradecerle a Bieber, me agacho para recoger mis zapatos junto al mueble, y de repente llega a mí, fuerte, duro, y me deja sin aliento, un escalofrió baja hasta mi columna cuando mi torso explota en un dolor agudo que me derrumba, siento como si todas mis costillas estuvieran rotas y lastimadas, jadeo incontrolablemente cuando las lágrimas explotan en mis ojos, y cuando estoy a punto de caer al piso y retorcerme como un gusano, siento unas grandes e increíblemente suaves manos sujetar mis hombros.

- No me toques - Gruño incontrolablemente.

- Sopórtame hoy, ódiame mañana - Antes de siquiera parpadear, me toma en sus fuertes brazos, causando aún más dolor en mi torso, grito con los dientes apretados, y trato de respirar por que el aire se me está escapando muy fácilmente, y es jodidamente difícil recuperarlo con el dolor.