-¿Aun te duele mucho o ya se te ha quitado? – Suspire ante la octava vez que Dam preguntaba eso en menos de dos horas. Quise reírme internamente porque ni siquiera mis tíos llegaban a estar tan preocupados como lo estaba este chico que no me conocía hacía apenas más de un mes.
-Dam, hace unos veinte minutos preguntaste lo mismo y te dije que ya me estaba sintiendo bien – Conteste sonriéndole tiernamente al ver su carita de preocupación. La cosa con este chico Maddox es que era malditamente lindo y tierno y se sentía algunas veces como si fuera mi hermano mayor.
-¿De verdad? Por qué podemos ir a un hospital, ya sabes, para que te chequeen esas costillas, puedes tener una fractura seria o algo...- Me reí en voz baja al ver como Damián comenzaba a divagar.
-Dam...
-...Se de alguien que se perforo un pulmón con una costilla rota, no creo que te gustaría que pasara eso, Eli, sería muy doloroso...
-Damián...
-...Hablo enserio, tuvieron que llevarlo a cirugía y todo, casi se muere el tipo y puede pasarte lo mismo porque tu no quieres ir a un jodido hosp...
-¡Damián! – Le grite prácticamente en la cara sonriendo como una tonta mientras él me miraba con sus grandes ojos azules sorprendidos – Tienes que calmarte, estoy bien, me siento bien, te lo prometo – Le dije sonriéndole con seguridad.
El me observo con el ceño fruncido y una mirada extraña en sus brillantes ojos.
-Lo siento Eli, solo me siento culpable, nunca debí haberte dejado ir sola y sabía que tenía que ir contigo, fue mi culpa, Jesús, lo siento much... - Lo interrumpí rápidamente antes de que pudiera seguir con su absurdo discurso.
-Oye, oye, nada es tu culpa Dam, tu no sabías que eso pasaría y ciertamente yo tampoco, todo está bien, yo estoy bien, no tienes que sentirte culpable por nada – Le dije, tratando de darle una sonrisa tranquilizadora.
-Debí haberte acompañado... - Murmuro para sí mismo cerrando sus lindos ojos azules con pesar.
Oh, mi niño.
-Oye, tranquilo, puedes acompañarme de ahora en adelante – Lo pensé un momento antes de seguir hablando – Bueno, si es que aún tengo el trabajo – Hice una mueca esperando que pareciera una sonrisa.
Damián me miro sorprendido.
-Por supuesto que aún lo tienes, mama se asustó muchísimo cuando le dije lo que había pasado y me dio una paliza por haber sido idiota y haberte dejado ir sola, en realidad, parte de la culpa la metió ella en mi cabeza – Él se encogió ligeramente de hombro con una mueca en su rostro – Ya sabes, para el remordimiento de conciencia y esas cosas.
Asentí sin poder evitar una sonrisa.
-Típico de madres, siempre queriendo que la consciencia te carcoma vivo cuando haces algo mal – Por primera vez en el día, vi a Dam comenzar a sonreír.
-Eso es tan cierto, maldición – Esta vez los dos reímos.
Dam paso su brazo por mi hombro abrazándome contra el mientras estábamos en el sofá sentados viendo Punk'd en la tv de la sala de estar, lo más extraño de estar con Dam es que en realidad, no se sentía extraño.
Damián obviamente no me gustaba, no creo que nunca me pueda gustar el de alguna manera que no sea como mi mejor amigo, desde que comenzamos a hablar había cierta confianza secreta entre nosotros, yo sabía que podía abrirme con él, demostrarle como era en verdad, él no me juzgaría ni me reprocharía, así como yo nunca lo juzgaría a él, pero sin embargo habían cosas de las que sabía que aún no podía hablar con él, cosas que tampoco podría hablar con él nunca y a pesar de eso sabía que el comprendía. Damián sabía que guardaba muchos secretos, pero él me quería de tal manera que entendía que necesitaba que esos secretos quedaran guardados.
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-Disaster- (Justin Bieber)
Подростковая литератураElizabeth Brown tenía un pasado oscuro que nadie conocía, era la chica más callada de la clase, probablemente de todo el Instituto, nunca había conocido lo que era tener un amigo, o simplemente un poco de cariño que no hubiera llegado de su madre, t...