34. Amor

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-----Zed-----

Luego de subir las escaleras, encontrarme a mí mismo y meterme en mis recuerdos. Obtuve un repaso por mi vida, viendo de inicio a fin todo lo que viví.

Me llevó al primer momento en que abrí mi corazón.

A mi primer nombre.

-Govos…-

En el patio del templo, pero como en antaño, ocupado por Kinkou, me encontraba en una pelea de practica con Shen, en la cual, el embistiéndome, lo tomé de su brazo y camisa, levantándolo y dejándolo en el piso.

Estábamos ambos cansados, sudados y con magulladuras por todos lados, entrenábamos más que cualquiera en ese lugar, ya que se supone uno de nosotros sería el ojo del crepúsculo.

-Fin del entrenamiento.-
Anunció nuestro maestro.

Yo giré a mirarle, haciendo una reverencia, esperando un reconocimiento, una felicitación, palmada, elogio o lo que sea.

Pero nunca llegó.

Él tomó la mano de Shen, su hijo, que estaba en el piso sin poder levantarse y lo ayudó a encaminarse de nuevo al interior del templo.

No me miró siquiera.

Solo aconsejó a Shen para la próxima vencerme.

Esto se repitió muchas veces, Shen mejoró por sus consejos, y yo mejoré con noches sin dormir en las que entrenaba hasta el agotamiento tota, para el día siguiente, adolorido y molido, enfrentarlo otra vez y vencerlo.

Busqué sobresalir, busqué su mirada.

Pasaron los años y ahora seguíamos el rastro del demonio dorado, allí, el me confesó que yo podría ser el siguiente ojo del crepúsculo, y cambió mi nombre.

Me llamó Usan y me entregó un collar, que definiría que soy el sucesor de su puesto.

Tiempos duros vinieron, y Shen maduró y aprendió a poner el equilibrio por encima de sus sentimientos, ya que al capturar a Jhin, Kusho vio en él lo que buscaba en mí.

Nuevamente, fui desplazado, me quitó el collar y volvió el apoyo a su hijo nuevamente.

Lo intenté, entrené aún más y traté de obtener más logros.

Ahri fue testigo de eso.

Pero nada bastaba, no era suficiente para él.

Planeaba mostrarle una victoria aplastante sobre Shen, para que viese que definitivamente yo era mejor que él, que yo tenía que ser el ojo del crepúsculo.

En un momento de debilidad, fui al área prohibida y robé los escritos prohibidos.

Las sombras se tatuaron en mi piel, tomaron la mitad de mi alma, el poco corazón que me quedaba y trataron de hacerme suyo, sin embargo, no me dejé dominar.

Mi soberbia fue mas grande que el deseo de domar mi alma en las sombras, yo viviría, yo volví mías las sombras.

En nuestro siguiente entrenamiento, Shen no tuvo la mas mínima oportunidad, no alcanzó a atacarme siquiera.

La fortaleza oscura. [Zed x Syndra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora