нυevoѕ para el deѕayυno [ SasuSakuNaru]

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xSouh

Huevos para el Desayuno

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―Es hora de empezar esto. ―la voz de Ino no era un grito, per se.

Pero molestó como si lo hubiera sido.

Naruto, Sasuke y Sakura no entendían por qué su mesa estaba llena de revistas coloridas y con letras gigantes que siempre incluían la palabra Boda en distintos idiomas, la mayoría de ellos ni siquiera los reconocían, pero la pareja de la portada no dejaba lugar a dudas.

―¿Por qué todos creen que nos gusta que nos despierten apenas sale el sol en nuestros días libres? ―chilló Naruto, y el gruñido que soltó Sasuke después, dejó claro que el pelinegro estaba de acuerdo con el Uzumaki.

―¿Alguna razón por la que esto tenga que ser antes de una hora humanamente normal, Ino? ― preguntó Sakura, lanzándose en el sofá.

―¿Por qué? ¿Por qué? ― exclamó la rubia, poniendo los brazos en jarras para darle más dramatismo a su expresión. ―¿Sabes cuanto falta para que tu abdomen ya no parezca que fue simplemente porque comiste demasiado ramen? Las personas comienzan a hablar y lo sabes, así que esta boda debe ser cuanto antes.

―¡Oye! Comer ramen no engorda. ―defendió Naruto, sin estar despierto lo necesario para poder esquivar el cojín del sofá que Sakura le lanzó directo a la cabeza.

―¡Yo no estoy gorda, idiota! ―

―Hmnp... ― la palmada que Sasuke se dio en la frente seguro dolió un poco, pero no podía entender como Naruto era tan increíble para unas cosas, y un retrasado para otras. Hasta Sai sabía que no debía decirle gorda a una mujer embarazada. De hecho, no debía decírselo a ninguna. Menos a una kunoichi.

―No... Tu... Sakura-chan... no estas gorda... nuestro bebé...

―Naruto, cállate. ― pidió la Haruno.

―Como les decía... ― interrumpió Yamanaka, ganándose la atención de los tres, para suerte de Naruto. ― ¿Qué tipo de boda les gustaría? Podemos irnos a lo tradicional, kiminos y todo, seguro podemos acomodar algo lindo.

―Será una ceremonia privada, solo los más cercanos. ― dijo Sasuke, haciéndole ver a la rubia que eso no estaba en discusión, ninguno de los otros dos contradijo nada, así que Ino dio por sentado eso.

―¿Porqué no nos casamos mañana? ―preguntó Naruto, hojeando una de las revistas, todo parecía tan problemático.

―¿No tenias una misión mañana, Sasuke? ―

―La cancelaron.

―Yo estoy libre mañana, ¿Entonces mañana? ― buscó confirmación la pelirosa.

―¿Están locos? ―exclamó Ino, buscando en una agenda todas las cosas que tenía que conseguir y no había forma de que eso pasara mañana.

―Ino, solo consigue un par de bonitos arreglos de flores, lo demás no importa. ―

La Yamanaka quiso seguir discutiendo, pero la mirada llena de luz de la pelirosa le dijo que no le importaba todo lo que pudieran armar, esos tres estaban locos, locos de remate y no existía la lógica en su mundo.

―Al menos vayamos a buscar un vestido decente para ti. ―sonrió de vuelta. ― ¡Y a ustedes no los quiero vestidos con sus trajes ninjas! ¡Que si los creo capaces!