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Advertencias de cap: Escena lemmon. O intento de lemmon.

...

xSouh

Huevos para el desayuno

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―Allis ―pidió un tipo de pinza, estirando la mano y sintiendo un jalón desde la piel de su muñeca hasta los codos, cruzando por su brazo y que terminaba en su cuello, la sensación era extraña, ajena a su cuerpo y limitante para alguien que tenía cada músculo entrenado para reacciones rápidas, pero sobre todo le recordaba lo que llevaba puesto.

Ni Naruto ni Sasuke estaban en la cama para la hora que se despertó, no indagó mucho en la situación hasta que entró al baño y se encontró con una caja negro mate con una nota; tomó el papel para leerlo, pero solo venía un par de palabras.

"Úsalo hoy"

Si tuviera que ser sincera, ella esperaba encontrar un elegante vestido, así que abrió el empaque con emoción, pero no había un vestido dentro. Al principio no supo qué era, las levantó, descubriendo un juego de muchas hebillas metálicas conectadas con cuerdas de cuero y malla negra, y se sonrojó.

Por supuesto que no lo iba a usar.

Pero mientras se preparaba el desayuno la curiosidad llegó, volvió al baño y abrió la caja de nuevo, sacándolo y viendo que también venía un juego de lencería.

― ¿Se siente bien, Sakura-san? ―le preguntó una de las enfermeras al notar las mejillas rojas en la doctora, quizá tenía fiebre o estaba enferma.

―¿Ehh? ― respondió Sakura, levantando la cabeza de forma brusca y sintiendo como la cuerda que se ataba a su cuello se jalaba, apretando más la que rodeaba su cintura y se conectaba con las bragas.

Ni siquiera su camisa de cuello cerrado y la bata quirúrgica evitaba que se sintiera desnuda ante sus compañeros, la sensación de ir por los pasillos solo con tiras de cuero por su cuerpo era vergonzosa, pero también candente y sexy.

Abrió el grifo del lavado y se agachó, llenando sus manos de agua para poder mojarse la cara, refrescándose después de varias horas de trabajo seguidas en las que su mente solo podía imaginar a sus dos chicos viéndola trabajar solo con aquel conjunto que llevaba debajo, dejó la toalla en un cesto y salió del baño privado que estaba en la oficina de la dirección.

La oscuridad de la habitación solo era interrumpida por la penumbra que entraba desde la ventana, ella no recordaba haber apagado las luces por lo que sus sentidos se dispararon en alerta, no había ninguna firma de chakra en la habitación, pero supo que ambos estaban ahí.

La silla principal se giró, el cabello negro se perdía entre la oscuridad, pero los ojos rojos brillaban revelando su identidad y siguiendo sus pasos como si pudieran ver a través de la tela.

―Veo que, si seguiste las instrucciones, Sakura-chan. ―susurraron en su oído, y la pelirosa dio un pequeño salto del susto, no se dio cuenta de la presencia del rubio hasta estuvo detrás de ella, hasta que sus manos recorrieron sus caderas. ―Hoy vamos a jugar...

―Naruto... ―soltó, sorprendida. Aunque algo en ella le decía que ese momento llegaría.

Los dedos bronceados del Uzumaki comenzaron a subir, desabrochando poco a poco los botones con los que se iba encontrando, sin preocuparse por tocar de más, rosando la piel que descubría y llevándose con él la camisa que ocultaban las tiras de encaje que formaba el bra, conectadas con hebillas metálicas al resto del traje.

―Veo que si las ajustaste bien. ― dijo con voz divertida, tirando de una de las cuerdas que se amarraban en la espalda, jalando las bragas y dejando la parte baja de sus glúteos al descubierto cuando el pantalón estaba tirado en el suelo.

нυevoѕ para el deѕayυno [ SasuSakuNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora