нυevoѕ para el deѕayυno [ SasuSakuNaru]

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xSouh

Huevos para el desayuno

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La moralidad de los ninjas funcionaba de una forma extraña pero no tan alejada a la de los civiles de la aldea, Ino lo describía como un paralelismo laxo, y junto con ello venían todas esas cuestiones sociales.

Ella creció en una familia shinobi, con amigos shinobi, haciendo cosas shinobi.

Es decir, ella sabía que sería una Kunoichi desde pequeña, por su cabeza jamás pasó la idea de no serlo. Tenía opciones, podía seguir los pasos de su padre, su madre o hacer cualquier otra actividad que quisiera, lo mismo pasaba con Shikamaru y Chouji, había un abanico de posibilidades. Soñaba con su boda, la ceremonia tradicional y un bello kimono, pero ese no era un objetivo que se cumpliría al entrar a la academia ninja.

Había tenido ese tipo de pensamientos desde en la mañana, cuando vio pasar a Sakura, jalando de ambos brazos a Naruto y Sasuke rumbo a algún lugar del mercado, la pelirosa tenía una sonrisa amplia y sus compañeros también se veían de buen humor, quiso salir a saludarla, pero la escena le pareció muy intima como para romper la burbuja. Fue extraño.

Suspiró, regando las macetas que su madre tenía en el mostrador de la florería, un recuerdo de su niñez vino a su mente, ellas tenían unos seis años, no medían más de un metro, pero la madre de la pelirosa insistió en un detalle sobre su vestuario, algo que la haría ver más linda para los niños y en un futuro pudiera encontrar un buen esposo.

A Ino le pareció normal en aquel momento, después de todo el tema de los niños ya estaba en las pequeñas bocas que ni siquiera habían acabado de mudar por completo los dientes. Ahora no parecía tan normal si lo comparaba con las palabras que su propia madre le decía... enseñanzas sobre flores y plantas, concejos de feminidad, pero no para que consiguiera un buen esposo.

Las chicas civiles siempre le parecieron molestas, aglomerándose fuera de la salida de la academia ninja para seguir a los chicos, movimiento mucho las pestañas. Era peor si estaban tras Sasuke, ya había mucha competencia dentro del aula de clases como para que llegara más de afuera.

Pero la madre de Sakura no era la única que quería llevar a su hija a los brazos de un shinobi perteneciente a un clan importante, de todas las niñas de familias civiles que entraban a la academia, la mitad estaba por gusto, las que lograban graduarse eran menos. Además, esas mismas madres eran las que se alarmaban al dejar ir a sus hijas preadolescentes fuera de la aldea, al conocer detalles superficiales de misiones de infiltración, de seducción.

La campana sonó, anunciando un nuevo cliente, salió de entre los anaqueles llenos de flores, dispuesta a saludar con una sonrisa a la persona.

― ¿Sakura? ― preguntó, más por la sorpresa de verla ahí que porque dudara de su identidad.

―Hola, Ino. ―saludó, con una pequeña mueca incomoda, tenía años que no entraba a la tienda de los Yamanaka.

― ¿Pasa algo?

―Venía a hablar contigo. ―

―Entonces toma asiento, frente. A esta hora ya no hay muchos clientes. ― ofreció asiento, era extraño que la pelirosa fuera a buscarla cuando ella pensó en la Haruno todo el día.

―Estoy saliendo con Sasuke. ―soltó, temiendo que, si rebuscaba más, terminaría por perder el valor que juntó para ir ahí.

― ¿Tu...?

―Espera. ― pidió. ―Estoy saliendo con Sasuke y con Naruto.

― ¿Estas engañando a Sasuke con Naruto? ―su voz sonó más alta de lo que gustaría, la pelirosa se lanzó sobre ella, tapándole la boca para que no siguiera gritando. ―hmmmpsdj-hmngg

―¡Shhh! ― la silenció. ―No, guarda silencio y déjame explicarte.

―Un segundo más y hubiera muerto asfixiada.

―No seas dramática.

―Esta bien, esta bien. ―se concentró. ―Ahora explícame que quieres decir con que estas saliendo con Sasuke, y con Naruto.

―Pues eso, estoy saliendo con ambos, al mismo tiempo. ― dijo. ― Los tres, juntos.

― ¿Cómo un trio? ―preguntó, levantando las cejas en una forma muy sugerente que hizo que Sakura se sonrojara.

―Pues... ¿sí?

― ¡Por todos los dioses de los ninjas! ¡Eres una pervertida, Sakura! ―gritó, emocionada. ―te estas cenando a dos de los shinobis más sexys del continente. ¡Y al mismo tiempo!

―Te dije que bajaras la voz. ―pidió la Haruno. ―Nadie lo sabe aún.

― ¿Y no quieren que los demás lo sepan? ― preguntó, extrañada la rubia.

―No, sería... ¿raro? ― quiso saber, por esa razón había decidido ir con Ino, la voz de la rubia siempre parecía tener la experiencia que a ella le faltaba.

―Después de todos estos años sigues actuando como una pueblerina, Sakura. ―rio Ino, sus pensamientos de todo el día parecían tener cada vez más sentido. ― ¡Al diablo con lo que puedan pensar las personas! Acabamos de pelear una jodida guerra que casi nos deja en un genjutsu de por vida. Somos Kunoichis, arriesgamos nuestra vida cada segundo desde que salimos de la academia. Sasuke y Naruto son unos jodidos héroes, eso pesa en la moral de los ancianos de mente cerrada.

―Pero...

―Además, no serian los primeros ni últimos, hay varios casos así.

― ¿De verdad? ¿Quiénes?

―Se dice el pecado, pero no el pecador, bebé. ―se burló, sacando la lengua. ― Ahora, dime... ¿Cómo es estar con dos al mismo tiempo? ¿Vale la pena que lo intente?

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Este cap fluyó solo, no sé si di a entender el punto sobre las diferencias de pensamiento. Creo que Sakura, Sasuke y Naruto no crecieron con alguien que los guiara en la parte social del mundo ninja, y para Sakura, por su crianza un poco más.