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Quitando esos devastadores y rídiculos pensamientos de mi cabeza, avance más rápido hasta que al llegar, tuve que ir por un callejón alternó que se veía algo lúgubre y de mala muerte, al final estaban dos figuras adolescentes, cuando las enfoque bien, me llevé una incómoda sorpresa. Estaban el pintor y la mentirosa ¿Qué hacían aquí? A menos que.... ¿Ellos también recibieran una caja cómo la mía? Al llegar a su posición, me observaron con sorpresa, parece que no se esperaban para nada mí presencia. Aunque a mí tampoco me hace mucha gracia su presencia, así que estamos a mano supongo.
La puerta de repente es abierta y por ella salió un chico castaño, tenía unas pintas de rebeldía, pero fue quien nos hizo entrar, para luego irse desapareciendo entre los oscuros callejones, al entrar la sorpresa me embargo. ¿Esto era una sala de entrenamiento? Al fondo había dos ancesores, una escalera y un tubo, del centro a los extremos. Al estar casi en el centro un reconocimiento facial nos sorprendió, luego de ello apareció un holograma frente a nosotros. Parecía ser alguna especie de general militar o esa sensación me dió, incluso recuerdo vagamente que cuando tenía 6, un militar me protegió y cuidó por un cortó período de tiempo a mí y a Félix, no se porque recuerdo eso ahora, debería olvidarlo y centrarme.
— Buenos días nuevos reclutas. — Dijo apenas terminó de analizarnos. — Ustedes fueron elegidos personalmente, por los aclamados y respetados espíritus del caos.
— ¿Espíritus del caos? — Repetimos con sorpresa.
— De ahora en adelante estarán bajó nuestra protección y vigilancia. — Volvió a hablar. — Serán debidamente entrenados para estar a la altura de su respectivo guardián, además de que tendrán a alguien de su edad guiandolos debidamente. — Término.
— ¿Qué es este lugar? — Pregunté.
— Es el centro de entrenamiento militar para jóvenes héroes. — Respondió con firmeza.
— ¿Quién creó esté lugar? — Indago el pintor.
— Todo esto es propiedad de la familia Kirigaya, originaría de Nueva Orleans. — Respondió solemnemente.
— ¿Por qué nosotros? — Pregunto la castaña.
— Eso deberían de preguntárselo a quienes los eligieron, señorita Rossi. — Eso nos alarmó.
— ¿Cómo sabe nuestros nombres? — Volví a preguntar.
— Información clasificada. — Denego la respuesta.
— ¿Entonces quién nos guiará? — Habló el pintor.
— La persona que os guiará, llegará en unos días a vuestra institución. — Mostro un mínimo de información.
— Pero aquí ni siquiera está su información básica. — Se quejó la morena.
— Será información clasificada hasta que sé presente frente a ustedes. — Explico.
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A sus órdenes Mi Reina
FanfictionSi lo quiero, lo consigo, solo que lo material no me llena y por ello quiero lo que otros anhelan para mí. No se amar de la forma correcta, pero eso a quien le importa, ya que se que nadie aguantará mí mala personalidad y les guste o no soy mala, m...