Erick ayudame.

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Su pansa estaba llena después de que su madre le había dado de comer, Juliette esperaba a su hermano que todavía no llegaba, al parecer se había quedado mucho tiempo con su amigo, pasaron dos horas y llegó, estaba feliz, al llegar, nunca antes se había visto así de sonriente.

—¿Como te fue?— Juliette se puso de pie del sofá.

—¿Me estuviste esperando todo esté tiempo?

—Probablemente... Bueno ese no es el punto.

—¿Entonces?

—Podemos hablar en mi habitación— Dijo Juliette algo inquieta.

—¿Esta todo bien?— Erick la miro confundido.

—Si... Ahora ven— Lo tomo de la mano y lo llevo a su habitación. —¿Como tú le hablas a las personas?— Pregunto sentándose en su cama.

—¿Lo dices enserio?— Río sentándose el también en la cama. —¿Un chico?— Le pregunto.

—Si... Es un poco dificil.

—¿Cuál es su nombre?

—Thomas... Sepch o algo así.

—¿Thomas Speack?

—¡Si!— Dijo emocionada —¿Lo conoces?

—Dejame decirte que si quieres que te hable no lo lograras, ese chico me da miedo, el único a quien le habla es a su amigo, Jack.

—¿Como lo conoces?

—Estaba en Zech, dicen que su padre lo golpea.

—Si, el ahora está muy golpeado.

—Si, en la escuela siempre iba con un ojo morado... Pero bueno, si le quieres hablar inténtalo, nada pierdes.

—Lo se, pero ya lo eh intentado, me ignora ¿Te han ignorado? Se siente verdaderamente humillante.

—Jul, soy el menos apropiado en decirte esto, acabo de conocer a un chico, fuera de el a la única persona que le eh hablado es al micrófono de mi celular para pedirle algo y ni siquiera es una persona— los dos sonrieron. —Pero se que si te hace sentir humillada, no le debes hablar.

—No lo se... Creo que tienes razón.

(...)

Al día siguiente Juliette estaba muy emocionada, por qué estaba convencida de que hoy le iba a hablar, y que ahora sí el le contestaría, fue caminando por los pasillos hasta que lo vio detrás de un casillero, así que fue y se paro detrás del casillero.

—Hola— Dijo Juliette y hizo que Thomas cerrará el casillero.

—Hola— le dijo y camino hacia su salón.

—Soy la chica de la feria— Dijo con nerviosismo al ver qué Thomas se alejaba.

—Eso ya lo sé, siempre te me quedas mirando en el salón, eres rara.

—Ou... Solo te quería hablar, ya sabes para ser amigos, yo no los tengo.

—Pues por algo sera— Hablo mirándola de arriba abajo.

—Pues... Es que tú tampoco tienes amigos.

—¿Y? No me agradan las personas, y menos las personas como tú.

—¿Que? Pero si ni siquiera me conoces.

—La verdad no, pero tú voz es muy fastidiosa.

—O... Pues Thomas, tu eres un maldito idiota— Al decir eso Thomas quedo sorprendido al escuchar aquella chica que parecía que no conocía ninguna palabra prohibida.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora