Cristales.

2 0 0
                                    

Llegando a casa, la madre de Juliette decidió dejar a cada uno en su casa, pero Erick se quedó con Glara y Juliette se iba a quedar un rato en casa de Thomas, así que cuando llegaron y se fue la madre de Juliette, Thomas abrió la puerta de la casa.

—¡Papá! Ya he llegado— Cuando abrió la puerta por completo encontro vidrios tirados en el suelo, camino hacia adentro. —. Juliette sube a mi habitación, no bajes, hasta que yo esté arriba.

—¿Por qué?— Dijo con un poco de temor en sus ojos.

—Solo sube Juliette, no voy a discutir ahora.

Sin más que decir Juliette subió a el segundo piso, pero se encontró con el papá de Thomas.

—Oh… así que tú eres la queridísima Juliette— El olor de alcohol se podía oler hasta donde ella estaba. Aquel tipo la abrazo.

—Papá déjala en paz— Dijo ya arriba con ellos dos.

—Maldito idiota, estás aquí después de tanto tiempo ¿Dónde mierda estabas?— aventó a Juliette con poca fuerza y se fue contra Thomas.

—Papá, recuerda que te había dicho que iba a ir a la ciudad.

—Me importa una mierda— Dijo dándole un puñetazo en la cara haciendo de Thomas cayera por las escaleras, encagandose los pedazos de cristal haciendo que caiga adolorido en el suelo.

—¡Mierda!— Juliette empujó al padre de Thomas a un lado y bajo hasta donde estaba el.

El padre de Thomas no sabía que hacer, sabia que había hecho mal, en sus ojos ya se mostraba el arrepentimiento.

—Vamos Thomas— Juliette pudo sostenerlo hasta la habitación y lo recostó en la cama. —. Tenemos que ir al hospital.

—¡No! No quiero estar ahí de nuevo.

—¿Pero que hago?— Interrogo una Juliette desesperada.

—Estare bien— Le respondio Thomas.

—En ese caso déjame llamarle a Jack— Thomas solo asintió y le entrego su teléfono.

—Ey Jack, soy Juliette, podrías venir a casa de Thomas.

—¿Esta todo bien?— contesto desde la otra línea.

—Solo ven, no puedo explicarlo ahora, está la puerta abierta, pasa directo.

—Esta bien, estare haya en 10 minutos.

Al colgar Juliette fue inmediatamente a la cocina y vio un botiquín, solo había alcohol, algodones y vendas, los tomo y fue hacia arriba, los pequeños pedazos de cristal estaban incrustados en su cuerpo, eran pequeños, por lo tanto no habían hecho una herida muy profunda, tomo dos pequeños cristales de su rosotro, uno en su pómulo y otro cerca del ojo, las caras que hacía Thomas eran de dolor puro, pero tenía que quitárselas para que nada pasará, en sus brazos tenía seis en uno y nueve en otro, los saco con cuidado y por fin entro Jack por la puerta.

—Mierda ¿Thomas que te paso?— Le pregunto y Thomas tomo asiento en la cama.

—Ese puto loco, venía de aquel viaje, y al parecer se le había olvidado que había ido a la ciudad, me aventó por las escaleras y había pura mierda en el camino— Dijo levantándose de la cama.

—¿A dónde crees que vas?— Le pregunto Juliette con el bote de alcohol y los algodones en mano.

—Abstore, me a hecho cosas peores, necesito ir a recoger la mierda que me hace sentir como la mierda— Juliette río un poco.

—No, estás loco, llamaré a Glara y Erick y diré que ayuden, tu necesitas limpiarte la heridas y descansar que mañana tienes examen.

—Claro que no, no necesito ayuda.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora