Última semana.

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Era ya las seis de la tarde, Juliette estaba junto a su hermano en un puesto de algodón de azúcar.

—Todavía no me lo puedo creer, primero Thomas y ahora la maravillosa de Glara.

—Erick, creí que eras gay.

—Yo nunca dije que lo era... ¡Sabes cuánto tiempo me a gustado esa chica!

—No hace falta que me lo digas, estás actuando muy extraño.

Juliette y Erick se fueron a sentar en una de las entradas de la feria y a lo lejos venía Thomas.

—Crei que llegarías tarde.

—No quería estar más tiempo con mi padre.

—Ohh... Bueno está bien.

—¿No a llegado Glara?— Pregunto

—No aún no— Juliette miro y sintió la tención que había por no conocerse. —... Bueno creo que ya se conocen... Pero de todas formas. Thomas el es mi hermano Erick, Erick el es mi amigo Thomas.

—Hola Thomas... ¿Puño?— Dijo mostrándole su puño, Thomas lo miro raro y chocó su puño.

—Hola Erick— dijo volviendo al lado de Juliette. —. ¿Crees que tarde mucho Glara?

—Mmm... No, no creo, ahí viene— A lo lejos se vio una coleta alta, unos jeans azules apretados y una chaqueta blanca.

—Es hermosa— Susurro Erick.

—¿Que no era gay?— Thomas le Susurro en la oreja a Juliette.

—Eso también pensaba yo.— Le contesto a Thomas.

—Hola... ¿Tu eres Erick no?

—Hola.a.a— Dijo tartamudeando y Juliette solo se rió, Glara solo se pego a Juliette y le dijo.

—¿El está bien?

—El, el es un poco extraño a veces.

Los cuatro caminamos a nuestra primera atracción y para Juliette su favorita, se acomodaron en aquella silla los cuatro, un poco apretados pero los cuatro estaban ahí, Thomas, Erick, Glara y Juliette, de esa forma estaban acomodados, Glara y Erick estaban platicando mientras Thomas y Juliette se fijaban en la vista que la rueda les daba al bosque.

—¿¡Es muy lindo no!?— Juliette alzó la voz para que Thomas pudiera escucharla y el solo asintió.

Los quince minutos que estuvieron ahí, fueron magia, para Juliette y Thomas, por qué podrían apreciar todo el bosque, para Glara, por qué sentía que tenía amigos verdaderos y Erick, por qué estaba hablando con Glara, la siguiente atracción fue la montaña rusa, Erick le pidió a Juliette casi de rodillas que lo dejara estar con Glara, y así fue, Thomas y Juliette iban en un vagón, y Glara y Erick en otro.

—Recuerdo el día que nos subimos a la montaña, me aguantaba la risa al verte con los ojos cerrados y muy bien agarrado— Río Juliette. —. Ese fue un buen día.

—¿Por qué?— Pregunto Thomas preparándose para el despegue.

—Por que te conocí.— Al terminar la oración la montaña rusa despego.

—¡Eso es horrible!— dijo Thomas después de la montaña rusa, agachado tomando sus rodillas.

—¿¡Que dices!? ¡Pero si fue genial!— Le contesto Glara.

—Necesito subirme otra vez— Confesó Juliette, con el corazón al mil.

—Ustedes están locas— Hablo Erick sentado en una banca.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora