Primero de Enero.

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Esta historia comienza el primero de Enero del 2020. Año nuevo, era 2020, el pueblo estaba en absoluto silencio, la última noche del año anterior fue agotadora. Juliette se encontraba en su ventana viendo las hojas de los pinos llena de color blanco, ella estaba sentada en una silla, tapada con la colcha de su cama, sabía que no podría levantarse tarde, hoy iría a visitar a su abuela, ella vivía en la ciudad, sabía que iba a ser un viaje de dos horas, así que decidió levantarse, meditar un poco las palabras que iba a decir, ya que el año pasado no le fue muy bien... Ella el año anterior estaba en la cena familiar junto a sus padres, su abuela por de parte de su mamá, su tía, su esposo y sus dos hijos que eran un desastre o por cierto y su hermano mayor que en realidad pareciera que no estuviera ahí, la mayoría de tiempo estaba con su celular, Erick, así se llamaba su hermano, era dos años mayor que ella diecinueve años... Bueno ese año cada quien de la familia tenía que decir algo en aquella reunión, su abuela Margot estaba hablando, aquella anciana molesta nunca quiso a Margaret, la madre de Juliette. Ese día estaban al rededor de la mesa cuando la abuela Margot dijo "Este año le doy gracias a tan maravillosas hijas que tengo Margaret y Alondra, que yo cuide de ellas y las quise por igual" al momento de decir eso Juliette hecho una carcajada que retumbó en toda la casa, que hasta Erick despegó la vista de su celular y volteo a el a escasos segundos, ese día fue lo peor, no pudieron aguantar los tres días que se quedan, al día siguiente Martín el padre de Juliette, Margaret, Erick y ella se regresaron a su hogar.

Al recordar esa escena ella se rió por lo que había hecho, se puso de pie y se fue a duchar, cuando salió ella ya tenía su ropa lista, en su cama estaba un suéter morado fuerte y unos pantalones verde limón, para ella era la ropa más genial que había elegido, y ahora preparo sus tenis nuevos que sus padres le habían regalado para navidad, eran de un morado intenso más no fosforescente, ella camino hacia su tocador donde tenía su maquillaje, el cual todavía estaba aprendiendo, ella se hizo un gran delineado del color de sus tenis.

Juliette era una chica bajita, pelo extremadamente chino, era morena, de un subtono cálido, sus curvas estaban algo avanzadas, sus ojos eran de un color miel y sus labios eran algo delgados.

Al ponerse la ropa y maquillarse, ella bajo y ahí estaban sus padres desayunando, los padres de Juliette eran buenos, para ella eran los mejores padres del mundo.

-¿Que hay hoy para desayunar?- Pregunto acercándose a ella.

-He hecho waffles, están en el microondas, los dejé ahí para que no se te enfriaran.

-Gracias Mamá- Le contesto, estaba a punto de ponerse de pie, pero noto una extraña ausencia, no estaba nadie con celular y ahí es cuando inmediatamente se dio cuenta quien faltaba. -¿Y Erick?- Le pregunto a sus padres.

-No a bajado ¿Puedes ir a despertarlo?- Le contesto su padre.

-Si, claro- Juliette fue y dejo sus waffles en la mesa, luego subió a la habitación de Erick, ella toco dos veces su puerta, pero el no respondió, así que entró sin permiso, el estaba acostado boca arriba con su boca demasiado abierta, Juliette río al verlo así, y se sentó al lado de el. -. Erick- lo movió un poco -Erick, mamá dice que bajes a desayunar- Erick solo movió su cabeza al otro lado de la cama, Juliette suspiro, sus waffles se iban a enfriar. -. Erick te juro que si cuando baje mis Waffles estan fríos tiraré tu celular a la nieve.

-Eres una molesta- Erick se paro enojado y fue directo al baño. -Ahora bajo Juliette, déjame hacer del baño a gusto.

Ella bajo con una sonrisa de triunfo y se sentó en la mesa donde estaban sus padres.

-¿Y Erick?- Pregunto su padre.

-Esta en el baño, dijo que ahora baja- Su hermano tenía una estatura verdaderamente alta, su pelo negro chino, inmensamente flaco, pero Erick realmente comía demasiado, sus ojos café oscuro y unos labios casi inexistentes. Al pasar unos minutos el bajo con su celular en sus manos.

-Algun día te caerás de esas escaleras por venir en tu celular- El ignorando a Margaret se sentó en su silla sin ningún waffle. -Estas loco si crees que te lo serviré yo- Le dijo Margaret, el sin protestar y sin ni siquiera dejar de mirar su celular se fue por los últimos Waffles que estaban en el microondas. -Juliette, quiero que está vez en casa de tu abuela trates de no reírte por las mentiras que ella hecha- Ella dijo hablándole a su hija.

-Si, es lo que estaba pensando está mañana, siento causarte problemas la otra vez.

-Se lo tenían bien merecido- Habló Martín, comiendo una rebanada de Waffle con miel.

-¡Martin!- Margaret alzó la voz. -Aun que ella hubiera tenido razón, no tenía por qué contestarle así a su abuela- Cuando Erick volvió, el se sentó al lado de Juliette. -¿No te bañaras?- Erick siguió comiendo y viendo el celular, no se había dado cuenta que su madre le hablaba. -Erick ¿Me podrías poner un poco de atención?

-¿Que pasa?- Dijo sin dejar de ver el celular.

-¿No te bañaras?- Repitió Margaret.

-No, ya lo hice antier, además este pantalón todavía no huele mal.

-Eres asqueroso- Habló Juliette.

-Y tu una ridícula- Respondió Erick.

-No pelén en la mesa- Habló Martín llamándoles la atención.

-Bueno... Cambiando de tema, es quizá una noticia buena, no estaremos ahí los tres días, no estaremos tres días con mi madre, regresaremos mañana por la noche, así que Juliette, te lo pido, no lleves ropa para casi un mes, solo lleva lo que ocuparas mañana, tampoco lleves el Kit de maquillaje para maquillar a Kylie Jenner, solo será un día.

Afortunadamente Juliette no llevaba ropa para un mes, llevaba para 3 días y tampoco llevaba un kit de maquillaje para maquillar a Kylie Jenner, llevaba un kit de maquillaje normal y sencillo. Martín, Margaret, Erick y Juliette ya habían subido todo el equipaje en el carro e iban rumbo a con su abuela.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora