Resfriado.

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Al día siguiente Juliette se despertó con un fuerte dolor de cabeza, no sabía a qué se debía eso, pero de verdad le dolía mucho.

—¡Mamá!— Llamo Juliette a su madre.

—¿¡Que pasa!?— Le contesto desde la planta de abajo.

—¡Puedes subir porfavor!

—¡Vamos Juliette, estoy haciendo de comer!

—¡Es que… Me siento mal!

—¡Ahora subo!— Juliette se quedó viendo hacia su ventana con la manta hasta arriba y su nariz roja. Unos cuantos minutos después su madre entro a su habitación.

—¿Nariz Roja?— Se pregunto así misma. Se acercó a Juliette y tocó su cabeza. —Fiebre… cariño, estás resfriada, tendras que quedarte esta vez en casa.

—Bueno mamá, gracias.

—Si te sientes mal, me gritas, estaré al pendiente, tu padre ya se irá a trabajar, yo estaré en mi habitación.

—Si mamá, gracias— Margaret salió de la habitación dejando a Juliette sola.

Juliette de nuevo se colocó de lado viendo a su ventana, luego recordó en lo que había quedado con Thomas.

(…)

Thomas estaba en su habitación vistiéndose cuando escucho su teléfono, no sabía quien era, probablemente era Jack, aún que no creía, el se acercó a su teléfono, y era Juliette, miro raro a su celular, ella nunca le llamaba, y tampoco era de las personas que mandaban mensaje, tomo su celular y contesto.

—¿Hola?

—Thomas… soy Juliette.

—Eso ya lo sé.

—Oh… bueno, solo te quería decir que no podré ir a la escuela, me entró un resfriado, no creo poder ir… bueno, no iré.

—Bueno, entonces, nos vemos mañana.

—Si, hasta mañana— Thomas sin dejar que Juliette dijera otra palabra le colgó.

¿¡Cómo iba a estar sin ella!? Se pregunto una y diez veces más, Glara y el no tenían una amistad sin que las conversaciones tuvieran un silencio incomodo, no quería ir sin Juliette, antes dependía de Jack y ahora de Juliette, así que se puso ropa cómoda, tomó todas las películas de Harry Potter que le faltaban por ver a Juliette, subió a su motocicleta, pero sin antes pasar a una tienda a comprar papas fritas y una pizza y se fue directo a la casa de Juliette.

—¡Hola!— Saludo Margaret cuando Thomas ya estaba ahí. —¿No deberías estar en la escuela?

—Nop, yo también me enferme— Margaret lo vio con cara de que sabía que estaba mintiendo. —Anda… está en su habitación.

—¿Quiere una rebanada de pizza, señora?

—Oh no, disfrútenla ustedes.

—Bueno, gracias, nos vemos luego.

Thomas subió a la habitación de Juliette, ella estaba volteada de lado a la ventana, veía el sombrio aspecto del pueblo, solo se veía su gran melena, una melena descontrolada, sus rizos apenas se veían de lo enredado que estaba su pelo, la colcha estaba a mitad de su cara.

—¿Juliette?— Al escuchar la vos de Thomas se dio la vuelta rápidamente y lo vio en su puerta con la pizza en mano. —Te ves como la mierda.

—Gracias por tus ánimos, me hacen bien.

—De nada, sabía que te sentirías mejor— Camino hacia el tocador de Juliette y dejo la pizza ahí y se sentó a lado de ella.

—No fuiste a la escuela.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora