¿Quieres ir al baile conmigo?

5 1 0
                                    

Después de hablar un poco sobre aquella salida, los tres siguieron con sus clases y al finalizar sus clases Juliette fue a casa de Thomas.

—Esta también muy cerca de la escuela tu casa— Dijo Juliette en la entrada de aquella casa mientras Thomas abría la puerta.

Al entrar la casa de Thomas era casi igual que la de ella, solo que un poco descuidada, pero no estaba nada mal a como la tenía en su mente.

—Vamos arriba, ahí está mi habitación— Los dos chicos fueron a la planta de arriba y ahí tenía el balcón que Thomas tanto hablaba, era un balcón realmente lindo, la vista era casi igual de linda que como su ventana. —. ¿Quieres pedir algo de comer?— Juliette lo volteo a ver con una gran sonrisa.

—Si, tengo un poco de hambre— Al final aquellos chicos estaban en la habitación de Thomas comiendo una pizza con un refresco. —. Si seguimos así la ropa para el baile se nos verá muy mal— Opino Juliette.

—Puede que tengas un poco de razón… hablando del baile— Thomas se puso de pie de la cama y fue a uno de sus cajones del tocador, sacando tres pulseras. —. Se que no te lo pedí de la manera, y que está tamopoco lo es, pero no quería ser de los idiotas que regalaban la flor enorme como pulsera. Así que— Aclaro su garganta. —… Juliette ¿Quieres ir al baile conmigo?

Juliette simplemente no podía creer lo que estaba viendo, el cariño que le tenía a Thomas iba creciendo cada vez más, era tan lindo con ella, cuando lo vio en la feria no se le pasó en la mente que iba tener un mejor amigo tan genial, quería llora, lo quería hacer, nunca tuvo un amigo tan Thomas, ella sabía que no lo iba a tener, se sentía tan lindo tener una amistad así.

—Si— Es lo único que pudo salir de su boca, si decía más seguro que iba a llorar, sus ojos ya estaban llorosos.

—¿Vas a llorar?— Le pregunto Thomas. —No quería que lloraras, eso es realmente cursi, no quiero ser cursi.

—¡No!— Elevó la voz Juliette. —Es solo que nunca había tenido un amigo tan genial.

—Eres verdaderamente sentimental— Thomas le pego levemente en el hombro. —. Anda, ponte esas malditas mierdas, que no compre las mierdas piedras y batalle con esas mierdas para nada.

—Es genial cuántas mierdas dijiste en solo una frase— Dijo Juliette sorbiendo su nariz y poniendo las dos pulseras en su muñeca, junto a la que tenía con Glara y Thomas, con Thomas solo y una que también tenía con Erick, en su muñeca estaban 5 pulseras, eran muy importante para ella.

Después de comer juntos, Thomas saco un pequeño sillón para dos y se sentaron en su balcón, Juliette con una cobija que Thomas le había prestado leyendo un libro y Thomas viendo a lo lejos con un cigarro.

—Creo que vendré a tu casa cada que pueda— Dijo de repente Juliette dejando su libro al lado.

—Te avisaré cuando esté trabajando mi papá.

—Thomas— Juliette lo miro —… ¿A qué sabe eso?— Pregunto refiriéndose al cigarro.

—A mierda— Contesto apagandolo para que a Juliette no se le ocurriera pedirle a probar. —¿Que quieres hacer?

—No lo sé… hablar.

—¿De que quieres hablar?

—¿Si quieres ir con nosotros a la ciudad?

—Si, espero que mi papá me deje, ya sabes cómo es.

—¿Cuál color de vestido crees que me quedé?

—mhe— Exclamó. —… Juliette, cualquier color de vestido que te pongas estará bien, cada que te veo en la escuela andas de unos colores que ni van, pero es genial.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora