Vestidos y trajes.

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Sábado por la mañana, Juliette estaba afuera en el patio trasero con una taza de café en sus manos, no había dormido en toda la noche pensando en lo que le había dicho Glara, miraba al amanecer cuando alguien se sentó al lado de ella, Erick, estaba con los ojos rojos, sabía que tampoco había podido dormir.

—Estoy enamorado Jul— Dijo encogiéndose todo, hacia frío para tener camisa de manga corta.

—Lo se Erick, lo se— Juliette se recargo en su hombro y Erick en su cabeza.

—Recuerdas cuando jugabamos en la alberca con el abuelo— Erick sonrió.

—Era mi parte favorita cuando veníamos en verano— El silencio de los dos era tan cálido, tan lindo, que era su momento, era en el que los dos podían pensar mejor siendo apoyado por un silencio acogedor.

Las próximas horas, el segundo en despertarse fue Thomas, su pijama lo hacía ver tierno, así pensaba Juliette, su pelo despeinado, hasta sus hombros, sus ojos tan pentrantes y únicos, Juliette nunca había visto unos ojos tan oscuros, sus labios tan delgados y con apenas un toque de color, lo hacian ver simplemente lindo, Juliette lo miro y le sonrió, el la miro al igual que ella lo hizo, quizá Erick tenía razón, quizá ellos no se ven con el simple amor de amigos, pero para que se dieran cuenta, tardaría mucho, se metieron  tanta la idea de ser amigos, que no les pasa la otra idea que ese amor no es de amigos.

La siguiente y la última en despertar fue Glara. Y sin más que hacer empezaron a comer, que mañana domingo se iban a primera hora, y no querían gastar tiempo hoy para ir al centro comercial, ya faltaban dos semanas para aquel dichoso baile.

Después de comer, todos se fueron a su habitación a ducharse. Juliette salio, y vio en su maleta, y comparo las cosas que tenía Glara, definitivamente Juliette no tenía sentido de la moda, su toalla arededor de su cuerpo hacían que Glara le diera un poco de pena.

—¿Quieres que te ayude?

—Solo traje ropa olgada, creí que se vería bien.

—Ay querida Juliette, tu bendito cuerpo no es para tener ropa olgada, vamos, traje algunas cosas.

Glara miro a su maleta llena de ropa, para ser solo un día, Juliette vio como sacaba cosas de su maleta y por fin vio algo.

Glara saco una blusa de tirantes corta, también saco unos legins y una chaqueta de mezclilla negra, vio aquellos tenis que siempre traía Juliette, se fue a su otro bolso y saco una botas toscas, y bueno el maquillaje lo hizo Juliette, ella sabía más que Glara, de eso de maquillaje, así que se hizo un delineado gráfico sencillo en color negro y unos labios rojos perfectos.

—¡Joder! Creo que hasta yo me enamoré de ti— Hablo Glara, después de que se había duchado.

—Chicas, ya estamos listos— Thomas se escuchó desde el otro lado de la puerta.

—Ahora bajamos— Después de como media hora después de que Glara se alistara, las dos bajaron.

—¿Quien eres?— Le pregunto Erick en forma de broma.

—Erick mío, yo ya no soy Juliette— Dijo dramatizando sus palabras. —Ahora soy Abstore.

—Entonces señorita Abstore y compañía, es hora de ir al centro comercial— Dijo su madre bajando de las escaleras.

Los chicos subieron al coche de Margaret, en si ella no iba con ellos, si no iba a rencontrarse con unas amigas del pasado, sabía que la decisión del vestido era de Juliette, ella no podía meterse en sus decisiones, pero iba un poco más tranquila que iba Glara a su lado, después de como 15 minutos en el tráfico estresante de la ciudad por fin llegaron, era una plaza comercial enorme, con tiendas de todo tipo. Juliette tenía dinero, había ahorrado por qué sabía que algún día asistiría a aquel baile de graduación, tenía el dinero suficiente para su vestido soñado.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora