Cómo se debe...

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Thomas, Glara y Juliette estaban en la banca disfrutando su lonche mientras Juliette les decía lo de el Cáncer terminal de su abuela.

—Y— Hablo Thomas —… ¿Cómo te sientes?

—No lo sé Thomas, es extraño, no digo que no me duela, por qué en verdad me duele mucho, es solo que no me pego tanto, por qué ya sabes cómo nos trató a mi, a mi mamá y bueno, a toda mi familia.

—Si, tiene sentido, yo tampoco sabría que pensar, o como actuar— Opino Glara. Juliette suspiro.

—Cambiando de tema— Dijo Juliette —¿Han visto los anuncios del baile de bienvenida? Se atraso por la helada, siempre se atraza… ¿Iremos?

—No lo sé, es de parejas, no creo poder invitar a alguien de aquí pronto, ya sabes, somos los raritos… bueno menos Thomas, por el todas mueren, y tendrá pareja rápido. Muy tontas las mujeres que gustan de el, da mucho miedo.

—Pero al menos gustan de mi Glara— Respondió Thomas y Glara le hizo la seña del dedo del medio y Thomas sonrió. —Ademas he escuchado que puedes traer tu pareja de fueras, trae a Erick, yo iré con Juliette.

—¡Thomas! No me has preguntado cómo se debe— Juliette lo miro ofendida con una pizca de sarcasmo en sus ojos, Thomas solo río.

—Si quieres que te dé una pulsera con una flor o esa mierda, no lo haré Juliette, eso es muy cursi, y digamos que lo cursi no va conmigo.

—Estaba bromeando tonto… pero Thomas tiene razón, nunca he ido a bailes pasados por qué no tengo pareja y Erick en ese tiempo prefería más a su celular que a nada en el mundo.

—Eso es muy triste… ¿Cuando será? No he puesto mucha atención— Pregunto Glara.

—Creo que en tres semanas, es muy poco tiempo, tenemos que comprar nuestro vestido y Thomas su traje— Contesto Juliette.

Después de clase Thomas fue a su casa, hoy no iría a casa de Juliette ya que estaba su abuela y su tía, no queria incomodar o esas cosas, camino hasta su casa, se recostó en su cama y miro hacia el techo pensando en las palabras que dijo Juliette "No me has preguntado como se debe" así que pensó en la primera idea que se le vino a la mente, Juliette hace tantas pulseras para todos y nadie le hace a ella. Bájo las escaleras y ahí estaba su padre en la mesa de la cocina con apenas la primera cerveza del día.

—Hola papá— Lo saludo Thomas.

—Hola… ¿Cómo te fue en la escuela?

—Bien, muy bien… papá ¿Tienes dinero?

—¿Para que?— Lo miro serio

—Por que voy hacer un regalo a una amiga.

—Oh… a esa tal Juliette— Dijo sacando dinero de su cartera —Aqui tienes— saco billetes, era más de lo que quería, pero preferia gastarlos el a qué su padre en más alcohol.

Spencer, padre de Thomas tenía un buen trabajo, uno que le pagaban bien, por solo algunos días a la semana, pero lastima que la mayoría del dinero se iba en alcohol, no sabía cómo aprovecharlo y Thomas podria sacarle dinero, si mucho, pero no era nada comparado a lo que gastaba en alcohol. Thomas tomo su motocicleta y fue al centro del pueblo en una mercería y veía todo tipo de piedras para pulseras, no sabía cuáles escojer así que agarro un paquete de piedras de color azul, rosa, morada, verde, amarillas y rojas, pago con el dinero de su padre y volvió a su casa, entro y su padre ya estaba dormido en el sillón, fue a su cuarto y saco todo lo que había comprado, también compro el elástico, y puso manos a la obra. En total hizo tres pulseras, una para Juliette sola, y otra que hacía juego con la de el, una era de un color azul y rosa, y las otras dos amarilla y morada, se pasó la tarde haciendo aquellas benditas pulseras, era algo estresante estar poniendo cada una de las bolitas en el pequeño elástico. Al acabarlas se puso hacer la tarea con el celular a lado escuchando la música de Harry Styles. Término ya tarde y cuando termino salió a su balcón a fumar un cigarro, el cigarro era algo que Thomas a su corta edad lo necesitaba, al principio solo fue un juego para el y Jack, pero ahora se volvió algo serio ante los ojos de Jack, cada vez que venía a verlo Thomas estaba afuera en su balcón fumando, era algo que Jack no se esperaba de Thomas. Después de tres cigarros el se adentro a la casa para dormir, cuando se despertó su padre estaba en el comedor con una copa de vino y leyendo el periódico, hoy trabajaba toda la tarde, llegaba a las doce de la mañana, tenía pensado en invitar a Juliette ese día, para pedirle como se debe.

—Hay cereal en la alacena— Le dijo Spencer.

—No, gracias, quiero solo una manzana, se me hace tarde— Thomas fue hacia el frutero y tomo una manzana y salió de su casa, digamos que Thomas hace lo posible para no estar a solas con su padre, camino hacia la escuela y vio a Juliette en su casillero, el camino hacia ella. —Hola— Le sonrió.

—Hola— Juliette lo abrazo —Te extrañe.

—Eso es muy tonto Juliette, nos vimos apenas ayer.

—No has ido a mi casa, y es extraño.

—Hablando de eso… hoy mi padre no estará… ¿Puedes ir a mi casa?

——Oh… Si claro, sería bueno.

—Le he dicho a Erick— Hablo Glara detrás de ellos. —Iremos al baile de bienvenida juntos.

—No me dijo nada sobre eso— Dijo Juliette.

—Yo le he dicho que no te dijera, quería decírselo a los dos ahora.

—¿Te gusta Erick?— Thomas le pregunto a Glara y Glara se quedó confundida.

—¿Por qué lo preguntas?

—Yo también lo quería preguntar, solo que me daba pena— Juliette contesto por Thomas.

—Pues… no lo sé, se me hace un chico lindo, solo que no lo había pensado más a fondo, ya sabes, tengo más miedo, por qué a el también le gustan los hombres, creo que tengo más probabilidades de que me sea infiel.

—Bueno, creo que tienes razón, la verdad es que dudo que mi hermano sea infiel a alguien, ya sabes cuándo gusta de alguien, el de verdad se clava, pero en cierto punto tienes razón, yo no he conocido a mi hermano en un buen tiempo, y no puedo decir lo que va hacer o no.

El transcurso de las clases entregaron tareas y se preparaban para el primer examen, los maestros les daban todo lo que tenían que estudiar y cosas así, en el receso también se juntaron para hablar un poco más de la abuela de Juliette, ya se había ido de la casa, pero muy pronto la irían a visitar.

—Yo ire la próxima semana a la ciudad— Dijo Glara. —Tienes que ir conmigo para escoger nuestros vestidos, tenemos que ir los tres.

—Yo ya tengo mi traje, lo tengo desde hace mucho tiempo y nunca lo he usado.

—De todas formas puedes venir con nosotras— Le dijo Juliette.

—Le podemos decir a Erick también.

—Estan planeando todo, pero… ¿En donde nos iremos?

—Thomas, es obvio ¿Sabes cuáles son los autobuses del pueblo para ir a la ciudad?

—Se me olvidó esa opción.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora