Epílogo.

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6 AÑOS DESPUÉS…

Sus oídos ya escuchaban pequeñas pisadas en el apartamento, le alegraba escuchar eso, pero no demasiado temprano.

—¡Mamá, Papá!— Exclamó el pequeño Thomas, subiendo a la cama de sus padres. —Es hora de irnos con la abuela.

Thomas Waas, un pequeño he imperativo de cuatro años ya habitaba en ese apartamento.

Eran vacaciones de verano, un perfecto día para irse a Nimanpoly.

—Recuerda que mamá no debe de moverse tan rápido campeón— Le hablo Axel.

—Lo se, lo sé.

Axel en estos momentos era un poco demasiado protector ya que una pequeña niña venía en camino.

—Tengo que alistarme.

Juliette se puso de pie.

—Me iré a bañar ¿Podrías darle de desayunar a Thomas porfavor?— Axel asintió poniéndose de pie.

Tenía que ser una ducha rápida, ahora ya con sus 7 meses de embarazo estaba un poco más abrumada de lo normal.

Al terminar la ducha ella alistó sus lindos rizos y fue a la parte de abajo en donde el pequeño Thomas ya estaba comiendo en la mesa.

—Hice huevo con tocino.

—Gracias cariño— Juliette beso los labios de Axel.

—¿Mamá, la tía Glara irá a las vacaciones?— Juliette asintió

—Claro cariño, ella siempre nos acompaña, junto a tío Axel y tus primos.

Pareció que los habían llamado, ya que aparecieron en la puerta, con Stella, los gemelos y con su pansa de nuevo cargando a otro pequeño niño.

—¡Tía!— Exclamaron los gemelos, queriendo abrazar a Juliette pero Erick los detuvo.

—¡Evan, Elio! Saben que su tía no puede tener abrazos tan fuertes.

Evan y Elio Abstore, críos inquietos, que habitaban el apartamento de al lado, sus pisadas se escuchaban a dos apartamentos de distancia, eran gemelos, hijos de Glara y Erick, los cuales eran adorables pero a la vez temibles por los papás que de verdad no tenían una gota de serenidad, pero gracias a lo que fuera eran hijos de Glara y Erick que los amaban más que a nada.

—Hola niña— Juliette vio a Stella quitandose los audífonos, digamos que ella no tenía algo de paciencia, pero seguía jugando con sus muñecas y adoraba hacer fiestas de té con Axel y Juliette.

—Hola tía ¿Cómo va mi prima?— La pequeña tocó el vientre de Juliette sintiendo una pequeña patadita de la otra pequeña que estaba ahí adentro.

—Queriendo salir para conocerte cariño.

Digamos que Juliette no tenía preferencia por ningúno de sus sobrinos, pero todos sabemos que alguien siempre es el favorito y digamos que Juliette tenía esa pequeña, una muy mínima prioridad por Stella.

—Hola amiga— Le sonrió Glara llendo a abrazarla. —¿Cómo vas con tu embarazo?

—Bien, aún falta poco, pero falta.

Sanar Lo Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora