Capítulo 37

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Preparé mis cosas y a Ophelia. Aparecieron Nilo y Cadie en un momento.

—Hola ama Rebecca—saludó Nilo

—Hola chicos—saludé de vuelta—Necesito que os lleveis a Ophelia a La Vanguardia y la cuideis por mi

Puse en los brazos de Cadie a la bebé.

—¿Cuando volverás?—preguntó Cadie

—Volveré cuando pueda, maximo tardaré unos días—respondí—Intentaré traer a la Orden del Fenix entera, ahora marcharos antes de que os pillen

Los elfos se fueron. Aparecí en medio de un campo, cambié a mi forma animaga. Una loba. Y corrí hacia la Madriguera. Tenía que darme prisa o llegaría tarde. Al llegar allí estaban fuera estaba Ginny junto a Hermione.

—¿Desde cuando hay lobos aquí?—preguntó Ginny

—¡Chicos igual necesitamos una ayuda!—gritó Hermione desconfiada

Todos salieron y me miraron fijamente. Remus se acercó a mi.

—¿Becca?—preguntó

Aullé. Todos me miraban atonitos menos Molly y Tonks quienes se acercaron a mi y me abrazaron.

—¡¿Mamá que haces?!—gritó George

Se oyó una risa acercandose. La Madriguera estaba rodeada un circulo de fuego. Apareció Bellatrix.

—Has sido una mala bruja Rebecca—dijo apuntandome

Volví a mi forma original.

—¡Meteros todos en la casa!—ordené

¡Crucio!—gritó Bellatrix hechizandome

Caí al suelo y en vez de gritar de dolor me reía.

—¡¿Por qué no sufres?!—preguntó Bellatrix

Me levanté del suelo.

—Han utilizado tantas veces ese conjuro conmigo que ha llegado a agradarme—contesté

Aparecieron más mortífagos.

—¡Eres una mocosa insolente!—gritó Bellatrix

—¿A si?¡Pues está mocosa ha dejado de temer a la gran Bellatrix Lestrange!—me burl

—Seguirás temiendome cuando me lleve a la niña—dijo Bellatrix—No sentiría ninguna lástima por acabar con su corta vida

En ese momento sentí como se me apretaba el corazón y me hervía la sangre. Aparecieron más mortífagos y Bellatrix salió corriendo fuera del circulo. La seguí y Fred, Lupin y Tonks a mí. Por otro lado también salieron corriendo Harry, Ginny y el señor Weasley. Me quedé sola en medio de un pantano. Me agarraron del cuello y me apuntaron con una varita.

¡Desmaius!—gritaron apartando al mortífago

Fred se acercó a mi y nos pusimos espalda con espalda. Vino un mortífago. Le apunté con mi varita bajo el agua.

¡Reducto!—el agua del pantano desapareció llevandose por el medio al mortífago

Se oian los gritos. Miramos hacia la casa. La Madriguera se estaba quemando.

—¡Vamos hay que ayudar a los demás!—gritó Fred mientras corría

Me quede quieta. Una figura enorme se acercó a mi.

—¿Por qué tan sola?—preguntó Greyback

Utilicé el hechizo aurorium y salí volando de allí en vuelta de una luz blanca. Me perseguían tres mortífagos utilizando el mismo conjuro pero la luz que desprendía de ellos era negra. Cada vez me perseguían más mortífagos. Choque con uno y caí al suelo lejos de la Madriguera.

¡Expelliarmus!—grito Greyback quitandome la varita—Parece que ya no eres tan fuerte niñita ¡Crucio!

Al principio no me dolía pero estuvo tanto tiempo torturandome que el dolor mortal había vuelto. Grité de dolor. Apareció Bellatrix y me apuntó al cuello con un puñal.

—¡Donde está la niña!—me gritaba

—Tendrás que matarme antes—contesté entre lágrimas

—Eso haré—respondió con una sonrisa—Pero antes ¡Crucio!

Volví a gritar de dolor. Mi llanto se volvía más fuerte y se reflejaba el dolor en mis ojos. No podía más, por una vez en toda mi vida me había rendido.

—Por favor—pedí con mis últimas fuerzas—Matame...

—Pobrecilla ¡crucio!—dijo Bellatrix y me volvió a maldecir—Pero te haré un favor ¡Avada Kedav...

—¡Desmaius!—gritó George

Bellatrix salió volando. Se acercaron los gemelos a mi. Fred apoyó mi cabeza en su regazo.

—Te vas a poner bien—aseguró—Solo no cierres los ojos

Las lágrimas salían de mis ojos y empezaba a ver borroso. No pude evitarlo, simplemente los cerré. No sabía si había muerto, o si me había desmayado. Fred me llevó en brazos hasta donde estaban los demás. Todos parecian tristes. Aparecieron el director y el profesor Snape.

—Severus, haz los honores—pidió Dumbledore—Posarla en el suelo

Me tumbaron en el suelo y todos se alejaron de mi. El profesor Snape me apuntó con su varita y susurró varias veces.

Vulnera sanentur

Mis heridas causadas por los mortífagos desaparecieron.

—Solo está desmayada—dijo Snape—¡Rennervate!

Abrí los ojos al instante. Me incorporé y observé a todos. Hermione y Ginny se tiraron encima mió abrazandome mientras lloraban. Las abracé más fuerte. Cuando me soltaron se acercó George y también me abrazó. Me levanté del suelo y caminé hacia Fred.

—Lo siento...—susurré—Simplemente no pude

Fred me abrazó. Caí en llanto en su pecho. Al rato ya estaba recompuesta y los profesores ya se habían ido.

—¿Y ahora donde vamos?—preguntó Bill—La Madriguera está quemada y destrozada.

—Tengo una idea—contesté sonriendo—Los menores darle la mano a un adulto, os espero en La Vanguardia

Aparecí en medio del bosque y esperé a que vinieran todos.

—¿Dondé está La Vanguardia?—preguntó Ron—Aquí no hay nada más que árboles

Sonreí y me giré mirando hacia otro lado. Alcé mis brazos.

¡Zafiro!—grité

Apareció ante nuestros ojos una mansión enorme. Me giré hacia ellos con una sonrisa victoriosa.

—¡Bienvenidos a La Vanguardia!

Las 3 noches [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora