Capítulo 41

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Semanas más tarde me llegó una carta desde Hogwarts. Me senté en uno de los sillones de mi casa y la empecé a leer.

'Querida Becca,

He descubierto que tu tía está viviendo en la Malfoy Manor. Si vas a ir (que es obvio que vas a ir porque te conozco) ten cuidado, seguro que hay mortífagos por todas las esquinas, te recomiendo aunque me fastidie decirlo que hables con el huroncito.

Atentamente,
Hermione'

Guardé la carta en uno de los cajones de mi escritorio y cogí dos pergaminos nuevos.

'Querido rubito platinado,

Hace semanas que no se de ti ¿como estás? Se que tu eres muy reservado pero quería saber si ha pasado algo contigo y con tía Narcissa. Ojalá esté todo bien y que puedas responderme pronto.

Nos vemos primito,
La lobita'

'Querida Herms,

Gracias por la información, tengo un plan y estoy segura de que no tendré tu aprobación pero valdrá la pena intentarlo. Si sabes algo de Draco avisame, me tiene preocupada y siento que algo no va del todo bien. ¡Saludos a los chicos! Estar pendientes de la chimenea de la sala común.

Te echo de menos hermana,
Becca'

Até las cartas a Crith y se fué volando. Bajé corriendo a la cocina.

—Bryony te necesito—dije

—Claro ama Rebecca—accedió la elfina

Las dos fuimos fuera de la cocina y cogí algunas cosas.

—¿A donde quiere ir ama Rebecca?—preguntó Bryony

—A la Malfoy Manor—contesté

La elfina agarró mi mano y nos teletransportamos al cuarto de Draco.

—Bien, vamos—dije

Caminamos cuidadosamente pasando unas cuantas habitaciones. Me paré en frente de una en concreto.

—Es esta—aseguré

—¿Como está tan segura ama Rebecca?—preguntó Bryony

—Intuición—contesté—Solo eso

Entramos en la habitación y nos aseguramos de que no había nadie. Empecé a rebuscar por toda la habitación y encontré en un cajón un colgante verde esmeralda.

—Este collar es la llave—expliqué—Pero no veo el libro por ningún lado

Se oyeron unos pasos y nos escondimos bajo la cama.

—¿Encontraste la casa de mi hermana?—preguntó la voz de una mujer

—No—contestó la voz de un hombre—Parece que hay usado un hechizo para que no se encuentre

—Al parecer mi querida sobrina es más lista de lo que creía—hice una mueca al escuchar eso—Aunque si se le ocurre volver no podrá volver a salir

—¿A qué habíamos venido?—preguntó el hombre

—He venido a buscar mi colgante de esmeralda

En ese momento se me paró el corazón.
Las dos personas empezaron a buscar el collar por toda la habitación. Antes de que miraran bajo la cama hechicé la habitación logrando que llueva en ella. Huyeron despavoridos. Salimos de nuestro escondite y cogí la mano de Bryony. Volvieron a entrar las dos personas junto a otra más. Amelie y Antonin Dolohov, y Greyback.

—Sucia niñata—escupió Amelie

Desaparecimos antes de que nos pillaran. Aparecí sola en medio de un campo de trigo, empecé a caminar sin ningún rumbo fijo hasta encontrar una casa, la Madriguera. Vi a la señora Weasley fuera de la casa, al verme vino corriendo hacia mi.

—¡ARTHUR!—gritó Molly abrazándome

—¡Becca querida!—ahora gritó el señor Weasley al verme—¡Que agradable sorpresa!

—¿Como no nos dijiste que vendrías?—preguntó la señora Weasley con su típico tono maternal

—No lo sabía—contesté con una sonrisa—Bryony me trajo aquí

—Ven querida—la señora Weasley me llevó con ella al interior de la casa—Tendrás hambre

Me preparó una taza de té y me dijo que esperara en el sillón. Al rato aparecieron los gemelos. George fue el primero en verme, se acercó y me abrazó. Después Fred también me abrazó y me besó dulcemente.

—¿Como no nos has avisado de que vendrías?—preguntó George

—Será mejor que os senteis—respondí

Les expliqué lo que pasó detalladamente, al terminar Fred salió de la casa y se quedó dando vueltas por el jardín.

—Voy con él—dije

Salí y me senté en la hierba cerca de donde estaba Fred, al rato se sentó a mi lado y apoyé mi cabeza en su hombro.

—Estoy bien—aseguré

—Lo sé—contestó—Es solo que deberías tener cuidado y la próxima vez dejar que te ayudemos

—Tiene razón—dijo George sentandose a mi lado—No quiero quedarme sin cuñada

Solté una carcajada y los contagié.

—Voy a tener que volver a casa—solté—Si queréis podéis pasar la noche allí conmigo y con Ophe

Los gemelos se miraron y sonrieron. Se levantaron e imité su acción, nos despedimos de sus padres. Entrelazados nuestros brazos.

—¡A la Vanguardia!—gritaron a la vez

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Las 3 noches [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora