Capítulo 49

3.7K 233 28
                                    

La luz verde me dió de lleno en el pecho, pero seguía en la misma postura.

—No puede ser—balbuceó Amelie—Lo ha usado, ¡lo ha usado!

—¿D-de que hablas?—pregunté confundidad—¿Por qué no estoy muerta?

—Tu madre utilizó el Sacrificio Protector antes de morir—explicó—No creí que lo hiciera pero, aquí sigues

—Eso es imposible—contradijo Antonin caminando hacia su mujer—Ese hechizo desaparece cuando al protegido se le pasa la mayoría de edad

—Cuando posees uno de los libros de las Tres Noches no—contó Amelie—Con uno solo tienes suficiente poder como para combatir contra cien gigantes

—En ese caso—les apunté con mi varita—¡Glacius!

Los dos se volvieron de hielo y dejaron de moverse.

—Siento que no vayais a poder ver como vuestro ejercito de mortifagos y carroñeros cae—me disculpé riendo—Pero mi querida familia, ahora conocereis el hechizo que me hizo famosa en Hogwarts

Me alejé un poco de ellos para que el hehizo no me afecte.

—Nos vemos—me despedí—Dar un saludo a Voldy de mi parte, y a la tía Bella también, ¡Bombarda!

Lo sonidos de cristales rompiendose consumieron el espacio de aquellos dos mortifagos, sonreí orgullosa. Envuelta en un himo blanco me deslicé hasta llegar a la destruida entrada del castillo, corrí hasta llegar a una escena que nunca imagine que fuera real tal y como me la describieron, Lupin y Tonks yacían inmoviles en el suelo.

—No pienso permitirlo—aseguré

Mi piel se volvió más pálida que nunca y caminé decida por los pasillos, a mi paso los mortífagos y carroñeros caían dejando oir sus gritos de dolor y llantos. En cada lado que cruzaba podía ver un estudiante tirado en el suelo, cada vez me temía lo peor. Corrí por todos los pasillos del castillo hasta que una gran puerta apareció enfrente de mi, entré en la habitación llena de espejos, pero lo que se reflejaba no era yo, se parecía a mi pero no era yo.

—Mamá...—balbuceé

Un hombre pelinegro apareció a su lado.

—Papá...—dije con lágrimas en los ojos

Estamos muy orgullosos de ti, Rebecca—aseguró mi madre

Aunque nos hubiera gusta estar allí contigo—prosiguió mi padre—Eres joven, todavía tienes que vivir tu vida

Pero necesito estar con él—expliqué

Lo sabemos—asintió mi madre

Tu y Fred teneis que estar con ellas—corrigió mi padre

Ahora solo te queda una cosa por hacer, Rebecca—comentó mi madre—Salvale

La puerta apareció en otro lado de la habitación y la atravesé, corrí hasta llegar a la torre de astromía, me subí al tejado y desde allí logré ver a Fred y a su hermano Percy. Antes de correr hacia ellos apunté a un grupo de dementores.

¡Expecto patronum!—una urraca salió de mi varita, la urraca de Fred

Bajé con cuidado del tejado y corrí como pude hasta llegar junto a los dos hermanos.

—¡Fred!—mi estado físico volvió a la normalidad

—¡Becca!—me abrazó con fuerza

Un carraspeó hizo que nos separaramos.

—Siento interrumpir este precioso momento—se disculpó Percy—Pero estamos en medio de una Guerra Mágica y necesito una ayudita

Los tres empezamos a lanzar hechizos contra los mortífagos.

—Percy—le llamó Fred entre hechizos—Cuando termine esto Becca y yo te presentaremos a tus sobrinas

—Estoy deseandolo Fred—aceptó Percy sonriendo

Les miré extrañada pero no dije nada y me concentré en salvar Hogwarts. Mientras Fred y yo combatiamos contra dos de los mortífagos más buscados, Percy mantenía una amigable charla.

—¡Hola señor Ministro!—le saludó sonriente—¿Le he comentado que he dimitido?

—¡Bromeeas, Perce!—comentó Fred divertido—¡Sí, Perce, estás bromeando!—ví un humo negro salir de detrás de Fred que crecía más y más—Creo que es la primera vez que te oigo explicar chistes desde que...

—¡Fred, aparta!—grité, me puse delante de él

Un mortífago salió del humo y nos apuntó con su varita.

¡Reducto!—gritamos el mortífago y yo a la vez

Una gran explosión nos consumió.

Las 3 noches [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora