Capítulo 18. Amantes

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______ no solía hacer esto, su relación con la sexta luna no era precisamente la más amistosa, pero se podía decir que a veces era necesario ayudarse entre demonios, ayuda que no recibiría de otras lunas, sumado al hecho que la luna nunca dejaría que un humano la tocara. Así que sin mucho que perder, la Hanahaki dejo a sus compañeros ir por una ruta distinta mientras ella viajaba al distrito rojo disfrazada de hombre. No es como que dejara de ser parte de las líneas del rey de los demonios, no era una luna, pero se le podía definir como la agricultora de Muzan. Una posición notable y suficiente para que la sexta luna le sintiera como su igual. Claramente, no pensó que las cosas se desarrollan de manera diferente.

La chica de blancos cabellos besaba el cuello de ______ con paciencia que lograba sacarle varios suspiros, era algo que le encantaba, besos en el cuello que lograban relajarle.

— ¿Por qué estás haciendo esto? - pregunto su amante de esa noche, creer que sé simplemente había ocurrido para ayudar a Ume con su trabajo, disfrazándose de un hombre pata que la oiran pudiera afirmar su lugar como la prostituta más codiciada del distrito rojo. Gastando cientos de joyas y dinero solo por esa noche.

— ¿A qué te refieres?

Mientras las delicadas telas bajaban sus hombros para darle permiso a la oiran de tocar cada parte de su cuerpo, con delicadeza y suavidad, con tanta vehemencia que solo un amante empedernido podría tener. Definitivamente, la ropa occidental tenía ciertas ventajas sobre los yukatas o los kimonos.

— ¿Alejarte de Muzan_sama? ¿Dejar a tus protegidos rodeados de una maldición que no permite que ningún demonio se acerque? ¿Acompañar a una niña que quiere convertir a su hermano en humano? Estás haciendo cosas sin sentido. — Ume desató sus cabellos peinados con elegancia, quitando sus orquídeas, mientras besaba el lóbulo de la oreja izquierda de su amante.

______ podía sentir sus frías manos acariciando suavemente sus senos, creando una estimulación deliciosa que lograba sacarle más de un suspiro. Tal vez fue cuando comenzó a masajear su espalda tan cerca de su trasero de una manera tan lasciva que comenzó a gemir.

— ¿N...? ¿No es obvio? – sonriendo con obvia burla, a lo que su acompañante levanto una ceja indicando que no entendía, razón por la que mordió su cuello generando un pequeño hematoma, solo para pedir una respuesta clara. —solo quiero morir.

— ¿Por qué no te suicidas entonces? - esta vez Ume dio la vuelta para quedar frente a frente, ______ acostada y Ume encima de ella retirando el pantalón del traje formal que cubrían sus piernas.

— No puedo, he intentado cortar mi propio cuello, abrir mi estómago, sacar mi corazón. Cuando estoy a punto de encajar el filo de alguna espada o alguna niichirinto... No puedo, agh - sentir como sus delicadas y suaves manos comenzaban a acariciar la parte interna de sus muslos, solo le hacía querer callar y disfrutar. — es... es como una maldición, dejar que demonios o cazadores me maten es imposible, me muevo casi inconscientemente.

La Hanahaki tomo su rostro por las mejillas y comenzó un beso, un beso que hacía ver quién tenía el control de la situación, obviamente Ume, pues esa noche la hibrida no tenía ganas de ser la parte activa. Aquel beso húmedo, combinado con la estimulación que Ume hacía en el glande de su clítoris, solo lograba callar sus gemidos, rasgando la piel de su amante.

Una vez lo suficientemente lubricada, Ume procedió a meter uno a uno de sus dedos, acariciando sus paredes internas, ¿Quién diría que la niña a la que peinaba y de la que en ocasiones se burlaba por su encierro hoy estaría debajo de ella, cubierta por la lujuria? Una vez la menor sintió como llegaba al orgasmo por las "manos mágicas" de su amante, soltó un gran gemido que podría incluso parecer una queja, Ume sonreía satisfecha, verla sumergida en el placer a causa de ella le hacía sentir orgullosa. Así que tomo sus manos y depósito dos besos en cada muñeca.

Flores en la sangre (KNY x Tu) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora