Capítulo 21. Confesión

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— Solo somos amigos si se quiere decir así.

— A_niang es una pésima madre, aunque vivo gracias a su sangre y cuidados, es una madre terrible. — Mencionó Yamato mientras tomaba el té de Aoi le sirvió previamente.

— ¿A quién llamas "A-niang" Yamato_gege? - en un momento a otro habían comenzado a discutir en chino, Kanae se encontraba divertida por eso, era como ver a dos hermanos pelear, Shinobu no dejaba su ceño fruncido.

Era incómodo ciertamente hablar con demonios como si nada, al menos para Shinobu y Aoi, ciertamente su convivir no era extraño, era claro que ambos se apreciaban a pesar de decir cosas de manera agresiva en un idioma que no entendían en lo absoluto

— ¿Entonces fuiste a China? - la híbrida negó ante la pregunta de la sonriente Kanae.

—Yamato me enseño chino, me debía convertir en una mujer educada en cualquier arte, el chino daba muchas posibilidades en la poesía, así que Yamato me enseño eso y caligrafía. De hecho, Yamato, era profesor de sus amos, era un esclavo, pero era un genio.

— Una emboscada, solo diré eso, es un pasado que no quiero recordar.- Yamato se negaba a hablar de su vida como un humano con cualquier persona.

Nezuko seguía dormida, pero esta vez había sido revisada por Shinobu después de la vergonzosa escena que montaron. El pasado de Yamato era triste y difícil de recordar para él, aquel día el pobre humano quería seguir viviendo, quería conocer otra vida. Claro que conoció otra vida, completamente distinta a la anterior, sirviendo a una niña que debía convertirse en una mujer para el capricho de un rey al que no le importaban sus súbditos. Shinobu solo podía ver esa mirada grisácea y ver en esos ojos lo mismo que ella cuando perdió a sus padres, un odio que nunca se iría.

-—¿Quieres ver a tus hermanos? - pregunto Kanae con suavidad. Hanahaki apretó la taza y miró su reflejo, sus hermanos no estaban, pues habían ido con Asago a comprar dulces- Si quieres verlos me encargaría de llamar a Tsubaki y Nanami para verte.

— No - el dolor en ese monosílabo era palpable - ellos, no, ciertamente estoy avergonzada de mi propia situación. Siempre me dijeron que debía ser una señorita, que debía guardarse para cuando encontrará el amor de mi vida. Al final solo me entregué a un demonio para satisfacer mis deseos más impuros - la híbrida suspiro y volvió a tomar un sorbo del té, Yamato colocó una de sus manos en su hombro, si ella quería dejar de hablar él la apoyaría, si decidía seguir la respaldara - he tenido amantes de todo tipo, me doy bastante asco. No podría verlos sin terminar llorando. No soy digna de ser llamada su hermana.

— ¿Podemos salir a caminar?

Kanae quería hablar en privado, _____ solo asintió y se levantó dejando su sable en manos de Yamato, aquello como prueba de que no le haría daño a la Kochoū. Shinobu junto con Aoi se ofrecieron a mantener a los pequeños Hanahaki ocupados y lejos de su invitada una vez llegaran. Caminaron hasta el patio trasero, dónde se encontraba la niña que le había atacado.

Al verlas, con una mirada supo que no debía estar ahí, todavía eran las 2 p.m así que pronto sería la hora de comer para los humanos, sería de más ayuda en la cocina con las niñas.

Ambas se sentaron en el suelo, las mariposas en esa finca hacían ver a Kanae como alguna clase de santa, como una diosa de las flores, dicha imagen era ayudada por su haori estampado con una mariposa. Sonriente y siempre ocultando sus emociones. Por su parte, ver a Hanahaki era como ver a una princesa, su hanfu era precioso, incluso con el peinado tan sencillo que llevaba siendo adornado por una orquídea. Aunque claro, nunca sería más hermosa que ella, su hermana o sus discípulas. Ella nunca llegaría a ser realmente hermosa, lo sabía.

—¿Realmente te odias? - Kanae tenía una lengua más afilada de lo que podría parecer en un inicio.

— Sí, me odio por haber confiado en un demonio. No sé qué pensé en ese momento. - la cazadora dejó de mirar a su compañera y miró al frente sin ver nada realmente.

— Yo también me odio muchísimo, tal vez no he vendido mi honor como dices que lo hiciste. Aun así, bajo mi tutela han muerto muchas de mis discípulas y protegidas, porque estoy aquí Shinobu se prohibió vivir una vida tranquila. Soy solo un lastre, si ese día no me hubieras salvado, seguramente habría muerto, tal vez, debería estarlo.

Kanae se odiaba así misma de manera inimaginable, al igual que su hermana odiaba a los demonios, ambas estaban llenas de odio dirigido y manejads de maneras muy distintas.

—Tal vez por eso me llevo bien con Sanemi_san, porque ambos nos odiamos.

Ambos se prohíben ser felices, mientras el pilar del viento se prohibía ver a su hermano, convivir con él para alejar, se prohíba ser feliz con lo último que quedaba de su familia, el pilar de las flores decía no abandonar a los cazadores, aunque sus piernas temblaran y el recuerdo de sus padres siendo asesinados llenará su mente, no lo haría, no abonará nada.

—Si la señorita Kanae se ha disculpado, quiero dejar este tema por terminado. Salvarla fue mi propia manera de pagarle su amabilidad en ese entonces, ahora me temo que sigo debiendo favores por tratarme sin prejuicios.

— ¿No crees que es mucho por solo un poco de amabilidad?

— La amabilidad es algo de decencia humana básica, no debería ni siquiera agradecer. Imagina que no la he pasado muy bien si debo agradecer de tal manera un trato decente.

— En ese entonces - una mariposa se posó en la mano de Kanae y dejó que esta acariciara sus alas. — no bromeaba con querer traerte aquí, habría sido lindo verte crecer, verte seguir siendo humana. Se veía que necesitabas un lugar al cual llamar hogar, incluso ahora, si quisieras un hogar ¿Por qué no esté? ¿Por qué no dejas que me convierta también en parte de tu familia?

— ¿Por eso debería convertirme en tu esposa?

Aquello había salido de manera tan natural que _______ no se había dado cuenta del peso de esas palabras hasta que vio a Kanae sonrojada, también ella se sonrojó y la híbrida comenzó a pedir disculpas de manera tan torpe que solo habían de avergonzar aún más a la mayor.

—¡No digo que no porque no quiera ser tu esposa! Digo, ¡No quiero ser tu esposa! Bueno, si quiero, ¡Pero no! Lo que quiero decir es que-

— Eres tan tierna.

Las risas salieron, si bien, ni siquiera el templo que tenía a su cuidado le podía llamar hogar, tampoco era un lugar al que quería abandonar. Sería lindo llevar ahí a quienes algún día podría llamar familia. Algún día podría hacer de ese lugar un verdadero hogar y no solo un refugio de demonios que no querían consumir carne humana.

Rengoku que había entrado y escuchado las risas, se alivió, no había nadie que no cayera ante la amabilidad de Kanae. ¿Sería así de fácil poder entablar una conversación con su vieja amiga? La última vez hubo una espada en su cuello y la de sus protegidos. Aunque, así como llegó el pilar del fuego, Asagao, Kiku y Momo escucharon esa voz, incluso combinada con la voz de Kanae, era obvio de quién se trataba.

Sin embargo, Tanjiro aún es su forma de niño pequeño, se interpuso.

Flores en la sangre (KNY x Tu) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora