Capitulo 2. Desconocida

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El demonio había sido cazado, lo sabían porque Rengoku había regresado al día siguiente a informar aquel "logro", ninguna de las mujeres entendió aquel gesto, pero lo agradecieron. A ellas realmente no les interesaba salvar a nadie, pero si aquel cazador considero importante hacerlo y agradecerles está bien. Una vez el cazador había terminado de decir sus agradecimientos, se despidió de las tres mujeres, Kirari estaba más que feliz por aquello, no lo demostraba de otra manera que no fuera hinchando su pecho con orgullo, contrario a su hija, que se sentía triste porque una de las pocas personas que le había hablado y mirado con respeto se fuera tan rápido. Nadie se quedaba con ella por mucho tiempo.

En la tarde decidió ir al hogar de su única amiga, una chica que al contrario de ella hacía las cosas con tal gracia que parecía una diosa y portaba una belleza que opaca con facilidad a ______ y a cualquier señorita que viviera en el pueblo. En el camino fue acompañada de su gemelo y de Tsubaki quienes querían ir al mercado por nuevas semillas. Esa fue iniciativa de ellos dos, puesto que sus padres les habían dejado escoger nuevas flores para cultivar.

— ¡Rinka-chan! - grito animadamente la joven Hanahaki una vez logró entrar al hogar de su amiga.

— Siempre tan animada, ¿Por qué tienes un rasguño en tu cuello? - observó la castaña de ojos jade.

— ¡Me amenazaron con una katana! Lo de siempre, pero cuéntame cómo te fue yendo a Tokio.

El par de amigas comenzó a hablar animadamente de las travesías de Rinka, quien era hija de una familia prestigiosa y de mucho dinero. Ambas adolescentes se habían conocido cuando la familia Yuuma (familia de Rinka) le habían pedido a la familia Hanahaki decorar el templo y las casas de los novios cuando el hijo mayor se unió en nupcias con una hermosa dama de Tokio. Lo único para lo que "servía" la mayor de los Hanahaki era ayudar a vestir a todas las damas y colocar los tocados en sus cabezas sin deshacer el peinado previamente elaborado. Las cosas que más tardaban y requerían especial cuidado eran su especialidad. Aquello había servido para que la niña pudiera leer y oler la presencia de cada dama, al llegar con Rinka el color de la muerte era demasiado, así que solo sirvieron algunos consejos para cambiar dicho futuro. Lo que le logró la amistad de la menor de los Yuuma.

La tarde se pasó entre ambas adolescentes riendo y hablando de las cosas que habían vivido mientras no estaban juntas, ______ hablaba entusiasmada del cazador que conoció y Rinka mostraba con alegría sus nuevos vestidos mientras le regalaba algunos accesorios para el cabello. Pronto ambas deberían buscar un marido digno de cada una, así que Rinka estaba dispuesta a disfrazar a su mejor amiga de una dama de familia acaudalada para que estuviera con un buen hombre.

Pese a que la familia de Rinka apreciaba la amistad que ambas niñas tenían, no podrían hospedar esa noche a la Hanahaki por cuestiones de privadas, una visita que no podía ser mencionada a cualquiera. Asagao se había ido al mercado confiado de que le darían hospedaje a ______, por lo que no pasaría por ella, nuestra protagonista se comportó comprensiva por lo que agradeció la amabilidad, se despidió de su amiga y se retiró.

— No pasará nada. — Decía para sí misma, acababa de anochecer y realmente no le gustaba pasar la noche fuera de su hogar, sin compañía de su gemelo, pues ver tantos hilos y percibir tantos aromas era abrumador.

Su gemelo no podía ver ni sentir nada que su madre y ella sí, pero cuando él se encontraba presente las dos mujeres veían sus dones menguados, al punto de que si no prestaban suficiente atención era como si no los tuvieran. Esto era un alivio para ______, puesto que la niña tenía un don tan agudizado que salir era insoportable.

Con calma y caminando despacio por calles donde casi no pasaban personas, comenzó a ir hacia su hogar, pese a que fue soportable por al menos diez minutos, el aire se fue de sus pulmones lentamente, comenzó a marearse y decidió pausar un poco su camino regreso a su hogar. Sentía como si hubiera corrido por largas horas detrás de sus hermanos pequeños, colocó una mano sobre su pecho esperando que esto ayudará tan siquiera un poco a controlar su respiración que se volvía lenta y errática. Lentamente, su respiración se iba corrigiendo hasta que un hilo muy grueso apareció junto a un hedor similar a la sangre, haciendo que sus sentidos fueran abrumados.

— ¿Se encuentra bien, señorita? - La mirada de la menor se topó con unos ojos tan rojos como los rubíes, aquellas piedras preciosas que usaba para hacer tocados personalizados para las oiran o algunas geishas.

— Sí, muchas gracias, disculpe. — El aire se hacía cada vez más denso, aquel personaje no tenía intenciones de hacerle ningún daño, pero aun así la sensación de peligro era latente, el aire se volvía denso con su presencia, emanaba tanto poder que no creía que fuese humano.

— ¿Le gusta que le acompañe? U ¿Ocupa que le lleve con algún doctor? - la pálida piel del joven de no más de veinte años era similar a la de un bebé recién nacido o a la de un cadáver. Su voz, era tan profunda y gélida, pero una calmante que fue suficiente para cortar el poco aire que tenía.

— Me voy a desmayar.

La pobre niña terminó en los brazos del joven de mirada carmesí, este veía sorprendido a la desconocida, hace tiempo que no veía a alguien que tuviera una esencia tan potente y que terminará siendo tan débil. El pequeño cuerpo de la niña estaba perdiendo calor por el frío del ambiente, lentamente su respiración iba en descenso. El demonio miró la piel de la joven, el cómo las venas de esta relucían levemente en su piel de una manera casi enfermiza, la uña del demonio se volvía alargada y de un color negro similar a la noche, la punta de esta pasaba con cuidado sobre el cuello despejado de la joven con diversión. La idea de volverla un demonio y ver el caos que podría hacer en aquel pequeño pueblo era tentador.

— No lo hagas - susurró la menor, estaba claramente desmayada, el demonio podía sentirlo, pero tal parecía que portaba alguna maldición, tal como él hace algún tiempo.

La idea de volverla un demonio desapareció junto al aire, aquel ser sintió que el mundo le agradecía aquella decisión, pues la luna que se había ocultado tras las numerosas nubes volvió a parecer. Sin pensarlo demasiado, el demonio cargo a la humana con delicadeza, no sería educado de su parte dejar a una dama tirada en la calle, sería un desperdicio que los humanos la asesinaran y no sus propios demonios.

Camino hacia la casa Yuuma quienes le recibieron con los honores que un rey merece, el rey de los demonios, todos se sorprendieron de ver a ______ siendo cargada por un hombre que apenas y podía siquiera ver de frente. La familia Yuuma era humana, todos sus integrantes, pero tenían una peculiaridad que los Hanahaki había querido ignorar con todas sus fuerzas, no solo porque eran personas con una relevancia y poder político importante, sino también por qué gracias a esa familia podían comer durante el crudo invierno con el dinero que estos enviaban. La familia Yuuma estaba estrechamente relacionada con los demonios, pues al igual que estos amaban el sabor de la carne humana.

Rinka estaba aterrada, tenía miedo de que su amiga fuese a ser el platillo principal de esa noche, todos en su familia, eran expertos en conseguir personas de un buen sabor y hacerlas desaparecer sin que nadie sospechara nada. Rinka no quería que su mejor amiga se viera involucrada, pero si su señor Muzan le había encontrado no había nada que hacer, la persona que llevó a la familia Yuuma de ser unos muertos de hambre a ser una familia reconocida, no podía hacer nada en contra de su dios.

— Llévenla a recostar, en un momento revisaré que se encuentre bien.

Nadie dijo nada, pues lo que el rey de los demonios dijera se convertía en una verdad absoluta, una orden que debía ser atendida con el mayor de los cuidados si no querían ver sus cabezas rodar por el suelo y que sus cuerpos fueron los siguientes que los más ancianos y el demonio devoraran. Tres mujeres, incluida Rinka, tomaron a la mayor de los Hanahaki y se la llevaron a la habitación más cercana, colocando el futón más impecable que hubiese ahí mismo.

— Más tarde hablaré con ustedes, por el momento iré a verificar que la salud de esa niña este bien - todo el mundo se encontraba asustado - Necesito que me expliquen cómo es que dejaron que la única pista del lirio de araña azul se les fuera de las manos.

Una vez que el demonio salió de la habitación y se dirigió a la habitación donde habían llevado a la, hasta ahora para él, desconocida. Las mujeres restantes lloraron silenciosamente y los hombres sudaban frío, si no decían lo correcto morirían ahí mismo.

Muzan Kibutsuji, aquel ser que nunca había tocado a un humano si no fuera para devorar o para convertir en demonio, se había tomado el tiempo y delicadeza para examinar a la niña frente suyo. Era muy peculiar, puesto que tenía rasgos que no correspondían a los asiáticos, era un tanto más alto que la media, con un cuerpo más "rellenito" que muchachas de su edad, ejemplo claro Rinka, quien poseía un cuerpo que apenas y denotaba su femineidad. Era curioso, ahora quería saber más de aquella desconocida que suplico en la inconsciencia.

Flores en la sangre (KNY x Tu) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora