El tiempo pasa tan rápido que con un abrir y cerrar de ojos el embarazo de ______ llevaba 25 semanas, sin embargo, aquello era un martirio mucho peor de lo que había vivido con anterioridad. Conforme avanzaba la gestación su hambre se hacía cada vez más grande, no podía satisfacerse con solo arroz y sangre, debía comer mucho más, más de lo que nunca había comido.
Aun así la carne humana seguía siendo un no rotundo, aquel aroma que alguna vez fue asqueroso, nauseabundo y putrefacto, hoy se presentaba como algo delicioso, dulce y hasta apetitoso. Poco a poco se convertiría en un demonio total.
— Debes comer - la doncella estaba en una esquina acomodada como una vieja muñeca de porcelana, la cual tenía una tez pálida como una hoja de papel y ojeras tan profundas que comenzaban a asustar a los demonios. Kokushibo no era la excepción, por lo que había cortado la carne de forma que fuese similar a la de los animales. — Tu embarazo ya está tan adelantado que es necesario que alguien más te acompañe, Yumeko no puede acompañarte todo el tiempo.
_______ solo acaricio su vientre hinchado tratando de calmarse, aquel producto en su vientre era su salvación hasta cierta parte. Kokushibo intentaba bajar su guardia para lograr que, al fin cediera, usaría todas sus armas. Incluso si estás armas eran muy "bajas". Al notar cierto nuevo, pero conocido aroma ______ comenzó a temblar, Rinka. Ella ya no la veía amablemente, ni alegre. Era obvio. Había asesinado a su familia, su preciada familia en una sola noche. Había exhibido sus cuerpos de manera denigrante ¿Quién podría perdonar algo así?
Kokushibo solo salió de la habitación.
— ¿Es verdad? - Hanahaki la miro sin entender nada - Que perdiste tu don.
Asentio. Volvía a acariciar su vientre, probablemente aquel niño sería el único que no le haría daño en mucho tiempo. No tenía la voluntad para acabar con su vida o siquiera intentarlo como su madre. Acariciar su vientre le regresaba cierta cordura para no dejarse llevar por el aroma.
— ¿No me odias? - fue lo primero que pudo preguntar el demonio.
— No - el demonio miró sorprendida a Rinka — De hecho, gracias. Mi familia cometió tantos pecados por tanto tiempo que es imposible que pudieran ir al cielo, al fin hemos pagado cada gota de sangre que consumimos. Mis queridos sobrinos jamás tendrán que ver cómo su familia abusa de otros por placer. Aún que no te odie, tampoco puedo perdonarte. Eran demonios. sí, pero eran mi familia, mi querida familia que siempre me amó, que siempre me permitió ser libre. Solo estoy un poco resentida, incluso tal vez si te odio, pero me niego a aceptarlo. Yo realmente te amo, te amo mucho.
______ no pudo contestar, estaba sorprendida. Su rostro mostraba tanta seriedad que sabía que no era una broma, siempre supo de los sentimientos de Rinka, sin embargo, nunca quiso decir nada. No había forma de agradecer sus sentimientos.
— Aunque tú no me ames, incluso si el sentimiento no es recíproco.
Honestamente, Rinka no entendía, su amor había sido menguado por las acciones de esta persona frente suyo, sin embargo, no dejaba de amarla. Aun así mantendría sus emociones al límite necesario, su trabajo sería cuidar del hijo de su rey, sería ayudar a criar a un hijo digno de Muzan Kibutsuji. No dejaría que sus sentimientos interfieran su deber, por supuesto Rinka no tenía idea del error de su padre o de la orden de Muzan, ella seguía siendo fiel gracias a la ignorancia.
—Deberías comer.
Rinka miro la carne que había sido depositada ahí, miro como las uñas de _______ se alargaban y tornaban negras apretando el yukata rosa. Rinka decidió levantar su manga y tomar con sus propias manos la carne para llevarla a su boca.
Ver como ella, una humana, disfrutaba de esa carne como una de las mayores delicias, ver cómo había un poco de sangre en las comisuras de sus labios, como pasaba esa carne como agua era.. Alentador. Era tentador poder dejarse llevar por su hambre, poder consumir aquella comida, sin embargo, no era un animal salvaje. Alguna vez cedió ante sus propios deseos carnales. No lo volvería a hacer, así que se levantó y pateó la comida, arruinándola y volvió a arrinconarse.
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Flores en la sangre (KNY x Tu) FINALIZADA
Fiksi PenggemarUna niña que solo sabia del mundo de las flores y de su familia termino envuelta en aquella extraña y silenciosa guerra de demonios y humanos. No encuentro casi ninguna historia con rayita, así que pensé en dar una. • Los personajes (al menos en s...