26| 𓇬 Fortaleza y confrontación 𓇬

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Capítulo 26

☽••|𓇬|••☾

El tiempo transcurría y me sentía cada vez más ansiosa, estaba a la expectativa de lo que pudiera pasar a continuación.

El miedo y la angustia me quemaban por dentro, quería salir corriendo de esta pequeña habitación, pero no era tan estúpida. Necesitaba salir, sin embargo, no iba a dejar que la impulsividad estropeara lo poco que había logrado.

Pasó una hora exactamente después de que hice la llamada. El enfermero me había traído algo de comer, no pude evitar devorar todo lo que había en el plato, hacía mucho tiempo que no comía tan bien. En mi cautiverio lo único que se me permitía comer era un trozo de pan, acompañado de queso y un plátan, con un poco de agua.

Mierda, había pasado tanto tiempo...

Mi vida se había ido a la mierda desde esa noche.

La noche que di ese show privado, la noche que conocí a Stephen Jefferson. O más bien, a Eryx Dorsey, también conocido como "El griego". Si tan solo no se hubiera interpuesto en mi camino... si tan solo...

—¡Ya basta, Anneliese! —me dije en un grito reprimido.

No tenía que estar pensando en el hubiera. Ya no tenía caso, mi vida se había convertido en un infierno gracias a Jefferson, pero no toda la culpa era de él. El protagonista de esta historia era Killian, él era mi verdugo. Él era mi peor pesadilla, mi secuestrador. Me arrebató todo, a mi padre, a Nathalie, mi vida, mis sueños. Todo.

No podía describir el profundo odio que sentía hacia él.

El deseo de terminar con el sufrimiento que me causó en muchas ocasiones a veces quería apoderarse de mi mente, la idea de terminar con todo me tentaba, pero trataba de ser fuerte por lo poco que me quedaba en la vida, mis hermanitos. Porque si no existieran hace mucho hubiera acabado con mi vida, son mi ancla en este mar de abusos y sufrimiento, lo único que me mantenía cuerda.

Tenía muchas ganas de llorar y gritar, destrozar todo lo que me rodeaba, pero me contuve y me clavé las uñas en las palmas de las manos. Me dolió, pero nada podía compararse con lo que Killian me hizo todo este tiempo.

«Todo terminará pronto.»

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el fuerte sonido que provenía de afuera de la habitación, se escuchaban voces de algunas personas discutiendo, casi entré en pánico cuando comencé a imaginar que esas personas podrían ser Emma y Jefferson, pero estaba segura de que no era así. Ellos no eran.

Mis dudas se despejaron cuando la puerta se abrió y era Killian quien estaba allí, sus ojos estaban rojos y me miraba fijamente. Parecía fuera de sí, su mano agarraba la manija de la puerta con fuerza.

—¿Qué carajos hiciste, Anneliese? Te advertí que no hicieras nada estúpido y ahí vas, y lo haces.

Entré en pánico y comencé a temblar, aterrorizada.

—N-No sé...

—¡Cállate la boca!

—Te lo juro—

—¡No te atrevas a mentirme en la cara, puta de mierda!

Caminó hacia mí y me agarró del cuello con tanta fuerza que en dos segundos estaba suplicando por un poco de aire.

El Precio De Una Obsesión © | Completa ✅  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora