El Precio De Una Obsesión © | Completa ✅

8| 𓇬 Irremediable dolor 𓇬

Capítulo 8

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La idea de que algo le había sucedido a mi padre, me aterrorizaba. No sabía qué tan rápido había conducido, pero estaba cerca de casa. Cuando me estacioné y salí del automóvil pude vislumbrar a varios tipos, ninguno de ellos lucía amigable en absoluto. Tan pronto como me vieron, dos de ellos caminaron hacia mí, me sentí intimidada y me detuve.

—No se acerquen —les dije en tono de advertencia, señalándole con el índice.

Pero me ignoraron, me tomaron por los brazos y me llevaron hacia el interior de la casa. Escuché los gritos de Nathalie y el llanto de Liam y Lacey. Me rompía el corazón ver a mis hermanitos sometidos por esas bestias y a una corta distancia de ellos, se encontraba Jace, golpeado e inconsciente. No veía a papá por ningún lado y eso aumentaba mi ansiedad.

—Bueno, bueno, finalmente apareció la reina de la casa —escuché al hombre de la última vez. Estaba sentado en la silla de mi padre como si fuera el dueño y señor de nuestra casa.

—No cumplió su palabra —le reproché.

Se rió a carcajadas.

—¿Y crees que eso es lo que importa ahora? —la expresión divertida se desvaneció de su rostro y fue reemplazada por una de ira pura— No me gusta que jueguen conmigo.

Fruncí el ceño, confundida.

—¿De qué está hablando?

Se puso de pie y se paró frente a mí, tomando mi barbilla suavemente.

—Sé que tienes tratos con El griego —murmuró con ira reprimida.

Mi desconcierto incrementaba con cada segundo que pasaba.

—¡No sé de qué está hablando! —lloré viendo a Jace que comenzaba moverse— ¡Jace! —exclamé con alivio.

Mi hermano se quejó mientras se frotaba la cabeza, parecía confundido.

—¿Anne? —cuestionó y miró a su alrededor— ¡Hijos de puta! ¡Padre! ¡Padre! —sus gritos eran desgarradores. Sentí que mi corazón se encogió aún más.

—Haz que se calle —ordenó el viejo calvo sin apartar la vista de mí— Te dije que pagarían por esto.

Luchaba por liberarme, pero no obtenía resultados.

—¡Qué pasa con ustedes! ¡Aquí hay personas inocentes que no tienen que pagar por los errores de otros! —grité, mi voz amortiguada. Tenía un nudo en la garganta y sentía impotencia al vernos en esta terrible situación. Si pensaba que mi vida ya era complicada, estaba totalmente equivocada— Déjelos fuera de esto, por favor —murmuré entre lágrimas, ya sin poder seguir conteniéndome.

Me resultaba difícil decir esto, pero por mis hermanos y mi padre era capaz de cualquier cosa. Ellos lo eran todo para mí. No tenía idea de lo que habían hecho Jace y Nathalie, como para que estos tipos estuvieran aquí hoy, destruyendo la poca paz que comenzaba a reinar en nuestro hogar. Después de todo lo que habíamos estado tratando durante los últimos meses y ahora esto.

—¿Crees que las cosas son así de simples? — preguntó— Esa pequeña zorra que ves allí, no solo consumió mi droga gratis, sino que también le dio información a otra organización sobre nosotros. Ahora mi negocio está en juego —siseó.