15| 𓇬 Conflictos 𓇬

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Capítulo 15

☽••|𓇬|••☾

Me sentía como si estuviera flotando y un olor a almizcle llenó mis fosas nasales. De repente, me di cuenta de que me estaban cargando y transportando a otro sitio. Poco a poco me volví más consciente y abrí los ojos, miré hacia arriba e inmediatamente envolví mis brazos alrededor del cuello de Stephen.

Soltó una risita burlona.

—Pensé que no te despertarías —dijo, dejándome en la cama—. Te quedaste dormida en ese sillón incómodo.

Me levanté y lo miré a los ojos. Había algo en ellos que me hacía querer descubrir sus secretos más oscuros, pero tenía la sensación de que no saldría ilesa si los descubría. Prueba de ello fue nuestra disputa anterior, las cosas con él eran mucho más complejas de lo que parecían.

Antes de dormirme pensé en los errores que cometí y lloré mucho. Lo peor de todo es que seguía cometiendo un error tras otro. Me sentía estúpida porque ni siquiera sabía lo que quería, estaba tan confundida y harta de todo. Seguía quejándome en lugar de hacer algo para solucionarlo.

Sonreí con nostalgia.

—Empecé a pensar mucho en los errores que cometemos a veces solo porque pensamos que eso es lo mejor —dije, llevándome las manos a la cara— Yo sabía que Nathalie estaba metida en las drogas, pero no hice nada para sacarla. Estaba tan enfrascada en sacar adelante a la familia que no le di importancia. Pensé que al darles todo lo que necesitaban tendrían suficiente, sin embargo no fue así.

Jefferson me miró con curiosidad, probablemente preguntándose por qué le estaba contando todo esto. Ni siquiera yo lo sabía, solo quería desahogarme, lo necesitaba.

—Es un error común que cometen los padres —comentó.

Asentí.

—Nunca me perdonaré por eso —negué con la cabeza. Mi visión se nubló debido a las lágrimas— Tengo la sensación de que no la está pasando bien. Y yo… no he hecho nada para…

No podía seguir. Todo iba de mal en peor.

Y tal vez este tipo frente a mí era el autor intelectual de todo esto que me estaba pasando.

—No te preocupes —me dijo— En esta vida no debemos culparnos por los errores de los demás. Cada uno es dueño de sus decisiones —se alejó y me dio la espalda— No trates de salvar a alguien que no quiere ser salvado sin importar cuánto los ames.

Hubo algo de sus palabras que me desconcertó un poco.

—¿Estás diciendo que no haga nada por mi hermana?

—No, lo que quise decir es que a veces por más que quieras o trates de ayudar a alguien si esa persona no quiere ser ayudada, en realidad no puedes hacer nada, por mucho que la ames y te duela ver cómo ellos destruyen su vida. ¿Entiendes?

Asentí, finalmente comprendiendo. Pero una nueva duda me asaltó.

—¿Alguna vez has perdido a alguien a quien amabas mucho? —inquirí.

Jefferson negó con la cabeza.

—No he perdido nada que realmente haya amado, pero conozco esa sensación de vacío y desolación.

El Precio De Una Obsesión © | Completa ✅  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora