11|𓇬 Juegos previos 𓇬 (+18)

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¡Atención!

Este capítulo contiene referencias sexuales explícitas.

Capítulo 11

☽••|𓇬|••☾

Después de explicarles a los mellizos el motivo por el cual teníamos que mudarnos a otro lugar, preparé lo necesario para poder partir. Al principio no estaba segura de que fuera una buena idea, todavía lo creía; pero esta vez había una razón para hacerlo. Sí, no sólo estaba arriesgando mi seguridad, sino también la de mis hermanos pequeños. Lo último que quería era que salieran heridos en todo esto, más de lo que ya estaban.

—¿Está todo listo? —la voz de Stephen me sacó de mi lucha interna.

Y lo miré. Quería fingir que nada de lo que Jace había dicho me afectaba, pero no podía fingir ser amable cuando lo que sentía era un absoluto desprecio por él. Quería borrar la sensación de sentir sus labios acariciando los míos, porque cada vez que el recuerdo invadía mi mente, me sentía terriblemente culpable y asqueada.

Negué con la cabeza de un lado a otro, alejando ese recuerdo y enterrándolo profundamente en mi memoria.

—Sí —dije secamente.

Se acercó a mí y me tendió la mano. Lo miré con desconfianza.

—No voy a comerla —comentó con sarcasmo—. Solo quiero llevar la bolsa, parece pesada —supuso.

Estaba cargando mi bolso con libros y otros útiles escolares y, sinceramente, eran pesados, pero era algo que podía manejar.

—Gracias, pero no necesito tu ayuda —sonreí. Estaba segura de que se había dado cuenta de que algo me estaba molestando. Frunció el ceño y no me quitaba los ojos de encima. Empecé a sudar, se me daba muy mal mentir descaradamente.

—¿Qué pasa? ¿Por qué está siendo grosera otra vez?

‹‹Porque sé lo que es, porque conozco su verdadero rostro, maldito infeliz›› Quise decirle, sin embargo, me mordí la lengua e inventé una excusa.

—Jace no vendrá conmigo. Y tengo miedo de que le pase algo.

Mi hermano había dejado bastante claro que no volvería a caer en el juego sucio de Jefferson, que haría su parte para poder recuperar a Nathalie a sus propias expensas. No me gustaba la idea, pero pronto tendría dieciocho años en unos días y ya no podía detenerlo.

—Haré que uno de mis hombres lo siga, no se preocupe.

—No es necesario.

—Si trae algo de tranquilidad a su vida, creo que es necesario —dijo, cerrando la distancia entre nosotros.

Mi cuerpo se tensó ante la cercanía del suyo.

—Si vamos a llegar a un acuerdo, deje de querer controlarme. No necesito un caballero que haga todo por mí. No soy inútil —dejé en claro.

Obviamente no esperaba mi respuesta. Dejó un beso en mis labios antes de responder.

—Si va a ser mi mujer…—

El Precio De Una Obsesión © | Completa ✅  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora