XII

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Al final, termine viendo televisión yo sólo.

Lo que habíamos comprado en el supermercado, Cynthia se había ofrecido a ayudarnos a llevarlo bajo la tensión que se había formado. Lo tomé como una distracción que nos quería dar, tal vez unos minutos más. Mis dientes terminaron doliendome después de tantas veces que los apreté.

Una vez los tres arriba, su amiga nos había dejado solos.

Y ahí, fué lo peor.

Me lamenté mil veces por la situación cuando se aferró a mí y empezó a llorar. La había acariciado por toda la espalda, dejándole más de mil besos en la coronilla, se me contraía el pecho cuando la escuchaba decir que no se quería ir, que me quería seguir abrazando.

Me prometí que las cosas no se iban a quedar así.

Que algo íbamos a hacer, lo que sea. Pero estaba seguro que nunca iba a estar preparado para otra despedida. Minutos más tarde la había ayudado a acomodar su bolsa, no protestó cuando me metí la camiseta que había usado de pijama.

Mi castaña no dijo mucho después de eso.

Una vez abajo, a través de la ventanilla del auto de Cynthia módulo un te amo que supe leer perfectamente antes que se aproximaran a la avenida.

Sin tener mucho más que hacer subí de nuevo y me encontré con lo que no extrañaba, el piso vacío.

Evitando querer destrozar lo que juntos habiamos acomodado me fui a la habitación y me dejé caer entre las sábanas sin arreglar, saqué el teléfono para marcarle a Mercy.

Al tercer pitido respondió.

-¿Hola?

-¿Estás ocupada?-pregunté llevando una de mis manos a mi frente. La cabeza me palpitaba.

-¿Que pasó, Hero?-preguntó con ese típico tono de Cuéntamelo todo.

-Se fué y...-jugué con un hilo que salía de la costura de la sábana-: Ya la quiero volver a ver.

-¿Cuánto tiempo estuvo?-le sentí suspirar en la pregunta.

-Un día, casi dos no lo sé.

-¿Hicieron cositas?-murmuró con picardía.

«¿Qué?»

-No voy a contarte eso-estaba loca.

-¡Osea que sí!-me acusó.

-¡No afirmé nada!

-¡Pero tampoco lo negaste!-me gritó al teléfono.

«Señor, ayúdame... O ayudala»

-Ya no sé ni para que te llamo-le dije tomando una almohada para aplastarla contra mi frente.

-Porque estás solito, y cómo estás solito quieres...

-Mercy.

La interrumpí sin mucho éxito.

-...Que alguien te escuché y como no está tu noviecita la única opción soy yo y...

-¡Mercy cállate!

Me sentía estúpido gritandole al teléfono.

-...Como yo soy yo quizás pueda ayudarte.

Quedé con la próxima interrupción en la punta de la lengua. Me callé esperando que continuara, no lo hizo.

-¿Y bien?-alcé la caja incorporandome en la cama.

-Pensé que querías que me callara-soltó una risita que me hizo suspirar, tratando de encontrar paciencia.

-¡Pues ahora no!

-Uy, te alteraste-sentia su sonrisa al otro lado del aparato y casi me hace lanzarlo contra el muro.

Era lo último que me faltaba.

-Quizas,-comenzó diciendo, ella sabía que en estos momentos no estaba en condiciones-: Tenga el número de el peliazul del otro día.

Por unos segundos, mi rostro se contrajo sin saber de quién estaba hablando. No fué hasta que recordé aquél día en la tienda que me topé con Cynthia. No estaba sola, estaba con el bromista.

El mismo que tonteaba con mi hermana al entrar.

-¿Y?

Mercy suspiró.

-Tal vez le pueda sacar información...

Estaba vacilando y ahora el que suspiró fuí yo.

-Mercy, al punto-me coloqué dos dedos en el puente de la nariz.

Gruñó al teléfono. Sonreí, su paciencia también estaba llegando al límite.

-¡Quizás pueda averiguar dónde vive!

Ahí, me puse tenso.

-¿Qué te hace pensar que te lo dirá?

Tenía que ser realista, podría ser que él supiera mucho como que también no supiera nada.

-Hero no lo sé,-sabía que había puesto los ojos en blanco-: Puedo hablar con él que se yo...

Iba a decir algo, hasta que otra cosa se me vino a la cabeza.

-¿Cómo tienes su número?

Enmudeció, y escuché como se aclaraba la garganta.

-Es lindo-me llevé los dedos otra vez al puente de mi nariz-: Tal vez le guste mucho y me lo suelte-murmuró y le sentí la sonrisa-: Me miraba mucho desde que llegó.

-No sé cómo sentirme con eso-me rasqué la nuca.

Resopló.

-¡¿Quieres la información o no?!

-¡Si!

-Entonces cállate y déjame hacer lo mío.

Y colgó.

«¿Debería preocuparme?»

Me levanté sin querer arreglar la cama, la dejé así. Tomé una de las almohadas y la olí, si me concentraba, su perfume seguía en ella. Sonreí.

La utilizaría para dormir más tarde.

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Un beso, recuerden que son lo más bello de wattpad❤️

I'm Your Hero || Hero Fiennes Tiffin #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora