XVIII

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—Nunca supe porqué pasó.

Mentira, si lo sabía. Yo se lo había contado pero agradecía que estaba relatando todo tal cual, menos las partes en las que yo me veía mal parado. Es como esas conversaciones donde tienes que ocultar ciertas verdades para que la situación no fuera peor de lo que ya es.

Tuve muchas de esas, donde la verdad concreta la sabia Mercy, la camuflajeada mamá.

Mis manos sudaba, mi pulso estaba disparado pero me las apañaba para mantenerme tranquilo, tratando de no llamar más la atención de lo que ya lo hacía aquí.

—Ma, te juro que no se que hubiera hecho si Hero no hubiese aparecido,—titubea—: Supongo que hubiera llegado peor de lo que llegué.

No hablábamos de ese dia, muy pocas veces he escuchado que lo menciona, y no quiero pensar que mi presencia de alguna u otra forma la lleva a esos recuerdos. A uno en particular.

La miraba sin ningún remordimiento, y puede que no sea el momento pero no podía evitarlo. ¿Por qué no puedo serenarme? ¿Por qué justo ahora que debo mantenerme concentrado, no puedo? Facil, porque así como esta, con lágrimas secas en sus mejillas, sus ojos hinchados por las veces que ha estado triste hoy, acompañando todo con su nerviosismo a flor de piel; me parece la más preciosa del mundo.

Porque no es lo arreglada o despeinada que este, tampoco el maquillaje que pueda o no tener encima, es el momento. Ella está aquí, conmigo, con su madre. Enfrentandola, hablándole lo más calmado que puede, ¡Haciéndome quedar bien, joder!

No me lo merezco, tampoco la merezco a ella. Pero ya lo he dicho desde que la conozco, y capaz lo haya repetido más de las veces necesarias en mi cabeza. Soy egoísta, muy egoísta con ella. Y me niego a compartir algo que me ha costado conseguir.

Su confianza, su fidelidad, su amor y puedo seguir.

—¿Hero?

«¿Por que no me di cuenta que me estaba mirando?»

—¿Si?

Ella me miraba nerviosa, mientras su madre se aclaraba la garganta.

—¿Por qué la miras tanto?

Mis ojos cayeron en ella, ¿Es en serio?

A estas alturas del partido muy poco me importa lo que lleguen o no pensar de mi, de mi relación o de mi forma de llevar las cosas. Me dan igual, todo el mundo va a criticar sobre todo, hagas lo que hagas. Pero, desde que comprobé que el brillo en los ojos existe, estoy seguro de que mi mirada hablaba por mí, que lo que llego a demostrar hacia los demás es lo más sincero.

Porque me delato yo sólo por como la miro, ¿No se da cuenta?

—¿Cómo no mirarla? Si es lo mejor que me ha pasado,—junté mis manos en mis rodillas —: Y la verdad no pretendo faltarle el respeto como la última vez que cruzamos palabras, pero por una parte debería comprenderme.

Sus ojos se iban a salir de su rostro, así que continúe.

—Me iba a quitar, ¿Cómo pretendía que reaccionara?

La mano de Lina fué a dar a una de mis rodillas, entendí la señal.

«Cálmate»

—Y no me refiero a que sea de mi propiedad,—si lo es —: Pero ella es la única que ha causado que me cuestione lo que alguna vez me hizo dudar.-alcé los hombros —: No pretendo hacerle un discurso, mucho menos quiero obligarla a entender algo que yo tampoco entiendo. —joder—: Pero me acabo de arrodillar frente a usted sólo para pedirle unos minutos para que le entre en la cabeza que amo a su hija, que no pretendo más que cuidarla y adorarla como se merece.

I'm Your Hero || Hero Fiennes Tiffin #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora