I'm Your Hero || Hero Fiennes Tiffin #2

II

Suena por primera vez, lo silencio.

Suena por segunda vez, me volteo.

Suena por tercera vez, me cubro con la almohada.

Suena por cuarta vez, ¿Lo peor? No sé quién coño es.

En las historias que solía leer mi hermana, a alguno de los protagonistas los despertaba su despertador. Tanto fue su inmadurez que hizo que mamá le comprara uno solo para pensar que su vida podía ser un cuento.

«Gracias a Dios maduraste un poco Mercy»

Cuando el teléfono sonó por quinta vez, estaba decidido a mandar al demonio a cualquiera que se me cruzará.

—¡Maldición!—Tomé el aparato de la mesa de noche—: ¡¿Qué?!—Ladré al contestar.

—¡Hasta que respondes hijo de la grandísima-

—¿Que quieres, Andrew?—Me froté la sien cortándole sus quejas.

Andrew "Casanova" Marshell, cuerpo de atleta, mente de imbécil.

—¿No vas a venir hoy tampoco?

Para nadie es un secreto que deje de asistir al momento de la castaña irse. Todos sabían que si iba era por ella y para estar para ella. Las tareas no me preocupaban, los temas mucho menos pero si estaba consciente de que dentro de una semana empezaba los exámenes finales.

Sólo necesitaba los títulos de los temas dados, ya yo después me encargaría.

—No, ¿Que quieres?—«¿Podría volver a dormir?»

—Hay un friki aquí...

—¿Qué me interesa a mi eso?—Lo corté.

—¡Déjame hablar!—Juraba que se estaba tocando el puente de la nariz mientras contaba hasta diez—: Está preguntando por tu chica.

Quedé en blanco. Siempre estuve al tanto de lo que sea que ocurriera dentro y fuera de esas miserables paredes se murmuraba entre todas las bocas de ahí. Gente sin oficio que busca vivir a través de la vida de los demás.

Cómo si fuera tan fácil vivir todo.

Nunca fue de muchos amigos, desde su primer día se consideró no solo tímida, sino también de solitaria. De a poco, se fue juntando con una sola chica quien terminó abandonandola al final del año.

—¿Quién?

—No lo sé, nunca...—enmudece— Oye,—no parece hablarme a mi—: ¿No te he tirado algo, metido en algo, o dicho algo?

«¿Qué?»

—Andrew...

Mi paciencia es poca.

—No,—dice una voz al fondo—: Bueno una vez... pero Lina llegó y...

—¡Yo sabía que te había visto en algún lado!

—Voy para allá—cuelgo.

Tomando el último par de pantalones oscuros que usé junto con una americana blanca me encamino con bastante brusquedad por la sala en busca de las llaves. No puedo evitar estar tenso.

Tomando una botella de agua de la cocina me hago nota mental de que debo hacer la compra, o pasar por Mercy y que ella las haga por mi.

Sin reparar en nadie, ignoro el saludo del portero y me preparo para conducir. Mi vista cae inconscientemente en el asiento del copiloto mientras lo enciendo.