Maratón 3/3
Quería sacar al teñido del cuarto.Todo el rato que llevábamos aquí no había hecho más que mirarme de mala forma, diciendo que no debería de estar aquí y que sólo empeoraría todo.
No sé cómo ni porqué, pero en cuestión de segundos Cynthia se había alejado y yo tenía a mi castaña en el regazo.
Ambos estábamos sentados en el suelo, ella queriendo disimular su llanto en mi hombro y yo con los nervios a flor de piel.
—¿Qué ocurrió?—le susurré cerca de la mejilla.
Lina en vez de mirarme a mi, miro a Cynthia, quien pareció entenderle sacando a James del cuarto, protestó, pero a punta de empujones ambos salieron de la habitación.
—Lo siento.
Fué lo primero que dijo una vez que estuvimos solos.
—¿Por qué?
No era su culpa.
Se apartó de mi hombro pero no sé levantó, desde donde estaba podía verle perfectamente las pestañas humedecidas, aquel brillo en los ojos de la otra vez ya no estaba. ¿Por qué no lo había notado antes? Ahora añoro verlo.
Lo quiero ver siempre.
Su mirada caía directamente en cómo jugaba con sus dedos. Mi mano caía de forma descuidada en la parte baja de su espalda, dándole leves caricias con el pulgar.
Desearía hacer más.
—Hero perdón,—su voz se cortó—: Se me había olvidado por completo, estaba tan frustrada porque ya se había acabado el día que no...
—Nena no entiendo—murmuré, sin querer dejar a la luz lo estresado que estaba—: ¿Qué pasó?
Giró su rostro hacia mi.
—Mamá tomó el bolso con el que había ido a "casa de Cynthia"—hizo pequeñas comillas con sus dedos—: iba a lavar la ropa, no lo se...—bajó la vista a sus manos de nuevo—: y encontró tu camiseta.
Mis dedos detuvieron sus caricias y quise reír. Pero no de una mal forma, sino de esos momentos dónde usas esa frase llena de ironía.
Reír para no llorar.
La rodee con ambos brazos para que dejara caer de nuevo su cabeza en mi pecho, cuando lo hizo inmediatamente sentí como sus lágrimas me humedecian el cuello. Me sentía la persona más inútil del mundo al no saber cómo hacer para que deje de llorar.
Hay cosas que uno no puede meter la mano, aunque quisiera. Y quiero, pero la última vez que lo hice se la llevó lejos, ¿Volvería a hacerlo?
—Traté mentir, decirle que no era tuya, que Cynthia me la había prestado,—murmuró en mi cuello—: Pero no me creyó.
Seguía sin soltar palabra, que la tuviera encima sólo me está sirviendo para calmarme. El último impulso que había seguido con respecto a ella no había salido bien, nada bien. Terminó siendo golpeada por primera vez, por mi culpa.
Y esta parecía que también me hacía responsable.
—No debí meterla—me escuché decir.
—Yo debí sacarla.
Ninguno volvió a decir nada después de eso, no hay mucho que pudieramos hacer tampoco. Si había, pero no terminaba bien ninguna de las opciones disponibles.
Seguíamos en el suelo, lo único que se lograba escuchar era el ruido producido por el árbol que había por fuera de la pequeña ventana de la habitación.
Verificando que atrás de nosotros no hubiera nada, me dejé caer lentamente con ella pegada a mi pecho. No puso objeción, sólo se dejó guiar por mi hasta quedar acostados sobre el piso alfombrado.
Una de sus manos descansaba en mi pecho, con su dedo índice trataba pequeños círculos en el.
Mi castaña aprovechó de enredar sus piernas con las mías, si cerraba los ojos y me concentraba; podría imaginar que estábamos en mi habitación.
En ese pequeño espacio donde yo sabía que nadie le podía hacer daño, que el único que estaba para ella era yo y más nadie.
Quiero pensar bien, de forma positiva y creer que no sólo le he traído problemas. Quiero pensar que ese brillo en sus ojos estará en un rato, que yo puedo hacer que esas lágrimas sean borradas como por arte de magia.
«¿Podría?»
Dirigí una de mis manos hacia mi frente, la que estaba de su lado le acariciaba los pequeños mechones que se enredaban entre mis dedos.
—¿Sabes que te amo?—pregunté mirando el techo.
Asintió con la cabeza—: Y yo te amo a ti,—murmuró sin levantar la mirada—: mucho.
Sonreí de costado, sintiendo cómo se me iba provocando poco a poco un nudo en el pecho.
«No más de lo que yo te amo a ti»
—También sabes que nada de lo malo que te he provocado es con esa intención, ¿Cierto?—murmuré sonando más dolido de lo que pretendía.
Se tensó y ahora sí levantó la mirada.
—Tu no me haz hecho nada.
Sonaba segura, pero ¿Por qué yo tenía dudas?
—Capaz y no directamente,—seguía sin mirarla—: Pero quiero convencerme a mí mismo de que todo lo que te he traído no ha sido sólo malo.
—Claro que no,—respodió enseguida—: No pienses así, por favor.
—¿Te he traído algo bueno?—la ignoré.
Levantó por completo su cabeza de mi pecho y se dedicó a mirarme directamente. No le respondí, el techo me parecía la única salida en estos momentos. Estar ambos vulnerables a cualquier cosa que se pudiera decir no era algo bueno.
Acercó su rostro a mi costado, cerré los ojos de inmediato.
—No hace mucho te dije me hacías feliz, y si hace falta que te lo repita todos los días lo voy a hacer—murmuró sobre mi mejilla antes de dejar un castro beso en ella.
Y casi al mismo segundo en el que sus labios se alejaron de mi mejilla, una lágrima se me escapó.
Me dolía volverme inseguro, más aún cuando nunca lo fuí.
La verdad no tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy, lo dije por Instagram pero como sé que no todos me llegan a leer por allá lo repetiré.
¡He Is My Hero llegó a los 200K!
No hubiera llegado hasta ahí, hasta donde está sin ustedes, a tí.
A ti que me estás leyendo en este momento, ¡Muchas gracias! De verdad, ¡Muchas gracias por todo el apoyo, por cada comentario!
Cada uno de ellos me los leo, les tomo capture y los vuelvo a leer. No estaría dónde estoy, ni con la felicidad que cargo sin ustedes.
Un beso, recuerden que son lo más bello de wattpad❤️
Instagram: heroscot_
Twitter: heroscotw
Tiktok: heroscot
ESTÁS LEYENDO
I'm Your Hero || Hero Fiennes Tiffin #2
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE HE IS MY HERO. -El orden que ella conocía ya no está, todo eso se perdió,-Gruño golpeando la mesa-: ¿Lo entiendes? Todo lo que ella intento curar en mi está saliendo a la luz. -Ella te destruyó-Negué inmediatamente. -No, sin ella...