Capítulo 27 🐰 Una dosis mágica que te hará olvidar

881K 62.2K 15.3K
                                    

#Presenteeeee

#ViernesDeRTR


Capítulo dedicado a RoryMiMujer por llenar de comentarios el capítulo anterior. ¡Gracias por ayudar dándole visibilidad a la historia! <3 

En mi vida he cometido muchísimos errores de los que me arrepiento, pero ninguno ha sido como el de tomar un libro de helado pasada la medianoche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En mi vida he cometido muchísimos errores de los que me arrepiento, pero ninguno ha sido como el de tomar un libro de helado pasada la medianoche. A mi lado hater le encanta no meditar antes de cometer un acto inhumano contra sí mismo. Por si fuera poco, lo he combinado con dos hamburguesas con doble carne que pedí por delivery. Bonnie no escondió la mueca de asco al ver toda la grasa que derramé sobre el cartón cuando di el primer mordisco. ¿La consecuencia? Idas y venidas del baño durante la noche y dolor de estómago en clase de Modelos Fisicomatemáticos.

He tenido que arrancar al baño en tres ocasiones, y lo haría una cuarta de no ser porque la clase termina y como si cuerpo funciona en automático, ha decidido que es mejor apaciguar el dolor y ordenar mis cosas para salir.

El edificio de Matemáticas es enorme, aunque no lo suficiente para que una melena castaña atraiga mi atención al abandonar el aula. El causante de mi desorden alimenticio está a unos metros de mi posición, hablando con un chico mucho más bajo que él.

Chase.

Chase.

Chase.

Tengo que acostumbrarme a llamarlo por su nombre otra vez para que no tenga poder sobre mí. No quiero pasar un minuto más huyendo de él y guardarme su nombre en los recovecos más profundos de mi mente. Si quiero superar lo que ocurrió entre ambos, lo mejor es hacerle frente y decir su nombre, como en esa película de exorcismo donde necesitaban saber el nombre del demonio para poder expulsarlo.

Chase.

En mi boca todavía queda rastro del sabor agridulce que dejaba su nombre cada vez que lo pronunciaba.

¿Por qué tuvo que volver a hablarme?

¿Por qué tuvo que aparecer en mi vida?

Si yo estoy estudiando gracias a la beca, ¿cómo es que él también está aquí?

Anoche, mientras estaba embriagada de grasa y helado, pensaba que lo más probable era que su padre lo metiera a la fuerza o, de alguna forma, hubiera sobornado a los altos mandos de la universidad. O tal vez tuvo demasiada suerte y la beca también se la dieron. No sé, es confuso. La duda se llevó una parte de mi alma.

Otra parte se la lleva sorprenderme que he estado mirándolo en medio del pasillo sin una clase de disimulo y ahora él mira en mi dirección.

Mierda.

¿Debería dar vuelta la cara, correr o retarlo a un duelo de miradas?

Esto es incómodo. Ayer le dije que no quería nada de él y hoy estoy mirándolo a los ojos. Sus ojos marrones que se ven mucho más claros frente a la luz, que brillaban cada vez que lo hacía reír con mi estupidez. Los mismos que al final rompen la conexión volviéndole a prestar atención al chico que le habla.

Rompiendo tus reglas ✨Nueva versión✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora