En su último año escolar Michi encuentra la oportunidad de entrar a la universidad de sus sueños. Para ello necesita destacar como la mejor estudiante en Jackson, una tarea fácil si omite la existencia de su arrogante (pero muy guapo) compañero de c...
Capítulo dedicado a KarlyPalma por entregar tanto cariño al libro y a mí <3
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Con Bonnie fuera, pasar la noche junto a Pato es una de las sensaciones más placenteras que he sentido desde que llegué. Extrañaba tener un cuarto para mí sola y poder hacer cualquier cosa sin tener la mirada inquisidora encima.
Antes de ir a clases, me dedico a quitar los papeles de búsqueda de los murales y las paredes, y voy a la cafetería a pedirme algo para desayunar. Como no quiero dejar a Pato solo en caso de que Bonnie regrese, de camino a clases lo paso a dejar con Kash y Vea para que lo cuiden. Gracias a ellas voy a clases tranquila.
Pero mi alivio no dura mucho.
En la enorme pizarra de la sala de Astronomía el profesor Martínez escribe cuáles serán los futuros proyectos del primer año. El que se lleva el cincuenta por ciento —seguido de los suspiros de desánimos de mis compañeros— de la nota final es una presentación especial en el auditorio frente a muchas personas importantes.
Me hundo en mi asiento rendida a la idea de tener que enfrentarme a uno de mis peores miedos otra vez. Quizá sea buena idea ir buscando mi disfraz de estrella desde ya. O no. O tal vez con la charla deba enfrentar de una buena vez mis traumas y superarlos.
No debería preocuparme por cuál es mi miedo, sino cómo lo enfrento.
Con ese pensamiento me uno a dos compañeros con los que escogemos el tema principal de nuestra presentación y dividimos cada parte en la que trabajaremos.
Después de terminar la clase me dirijo a la residencia de Kash en busca de Pato.
—¿Cómo se portó? —les pregunto a ambas chicas al tomar a Pato entre mis brazos para saludarlo.
—Apenas te fuiste se echó a dormir en la caja con los libros de Vea —responde mientras cepilla a Pocky.
—Me alegra no ser la única a la que le gustan los libros con romances alienígenas —dice Vea y me doy cuenta de que en su velador tiene un libro que parece tratar sobre una chica enamorada de un lagarto humanoide.
—Tú y mi mejor amiga se llevarían muy bien —sonrío, pensando en las fantasías de Anne—. A ella le gustan mucho los romances apasionados.
Creo que he sonado como una vieja anticuada, pero ustedes ya saben a qué me refiero.
—¿Y tú qué esperas para unirte al equipo? —sugiere Vea.
—No soy de leer libros a menos que se trate de mi saga favorita.
—¿Qué saga? —pregunta Kash en un tono inocente que me causa ternura.
