Capítulo 9 🐰 Una rubia amante de las hamburguesas

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Hoy es viernes de RTR y  nyamedes lo sabe, por eso este capítulo va con todo mi amorsh para ti :3


Chase alterna su mirada entre Heather y yo. Está tan confundido que lo demuestra en su expresión; ceño arrugado, hombros tensos. Y Heather también luce confusa, pero más que nada asombrada, sobre todo cuando se da cuenta de que estoy casi ocultándome detrás de su novio sin saber qué responder porque soy una maldita cobarde que nunca sabe qué decir.

—¿Ustedes se conocen? —se anima a decir mi vecino, en un tono que jamás creí escucharle y, por eso, no puedo describir.

—Es mi compañera de trabajo en la pizzería —aclara Heather sin aligerar las arrugas de su entrecejo—. Y quien me enseñó sobre la dinámica ahí. Yo... Yo no sabía que ustedes dos se conocían.

Primero mira a Chase y luego vuelve a mirarme a mí en busca de una explicación. Puedo hacerme una idea de lo que pasa por su cabeza. La chica no es nada tonta, tampoco ilusa.

—Es mi vecina y mi compañera de curso —responde Chase. Se hace a un lado y busca mi respuesta. Entiendo que desee que yo también le dé explicaciones a su novia, sobre todo cuando en Jackson circulan rumores sobre una «amante de cabello rubio», pero no me encuentro en condiciones de decir nada.

Es que, de verdad, tengo la mente en blanco. A lo único que atino es a formar una sonrisa plástica, igualita a las de las muñecas.

—Pero qué coincidencia más... casual —digo, y sé que ha sonado fatal. Y estúpido. Y sin sentido. Y estoy deseando que llegue mamá a regañarme con Betty para librarme de esta. Y empiezo a subir y... y... Por todos los cielos, son muchas «y».

—Hace mucho que dejé de creer en las coincidencias —opta por decir Heather, entonces le da una mirada mucho más certera a Chase. Una mirada tan extraña como el ambiente que se ha formado. ¿Regaño? ¿Capricho? ¿Enojo? Ni idea, lo único claro es que vuelve conmigo y la noto mucho más distante—. ¿Cómo es que nunca nos hemos visto antes?

Bueno, linda, eso es porque además de pasar desapercibida siempre, yo me encargué de que nunca nos topáramos en los pasillos.

—No lo sé, es un poco extraño todo —rio con nerviosismo.

—Extraño es decir poco. —Le doy una mirada rápida a Chase y él se encuentra serio. Es obvio que este encuentro no le causa ninguna gracia.

Tengo que salir de esta.

—Uhm... Me encantaría debatir sobre si es una coincidencia o un hecho peculiarmente extraño —ya sé que exagero, estoy nerviosa ¿sí?—, pero debo entrar a casa antes de que mi madre me castigue para toda la vida.

Ni siquiera espero a que alguno de los dos me responda, paso entre los dos y me meto a mi departamento tan rápido como puedo. Apenas cierro la puerta, me apoyo en esta y me desparramo con las manos en el pecho. Creo que me he salvado de una posible discusión por poco, y aunque sé que tarde o temprano tendré que dar explicaciones, me alegra tener unas horas extras de reflexión.

—Ahí estás —escucho decir a mamá. Está en la sala viendo un programa de detectives que le encanta. Eso es bueno, porque no parece de mal humor por llegar tarde a casa. Aun así, prefiero no meterme en problemas.

—Aquí estoy, je, je. ¿Cómo estás, mami?

—Mejor que tú, Michi, no lo creo.

Ay, no...

—¿Qué intentas decir?

—Tú y el hijo de Margareth...

Me sonrojo en un pestañear.

Rompiendo tus reglas ✨Nueva versión✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora