Capítulo 4 🦊 Un tratado de paz y una fiesta para reforzar la enemistad

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Hoy es viernes de RTR 7u7 Se viene capítulo largo ya que la próxima semana tengo mucho qué hacer y estaré media desaparecida, así que denle mucho amorrrr~

Dedicado a SlendyDuran :)




Traigo el chisme atorado en la garganta desde anoche. Lo que vi me impactó tanto que di más vueltas que un trompo sobre la cama; uno, porque la escena se repetía en mi cabeza cada vez que intentaba dormir; dos, porque el cargo de conciencia es demasiado. Tuve que actuar como si no hubiera visto nada el resto del turno, lo que complicó más mi torpeza. No pude mirar a Heather a los ojos en ningún momento, cosa de la que ella se percató, sobre todo cuando decidí cambiar mi labor por la limpieza del local y no en la cocina.

Ahora tengo dos opciones: decirle a Chase lo que vi o pasar de ello. La primera opción es una tanto difícil, pues no tengo con qué demostrarle lo que vi, tampoco sé cómo soltarlo. Obvio que no puedo ir a su casa y decir: «vi a tu novia con Allek besándose detrás de la pizzería donde trabajo». No existe la confianza, pero hay otras formas, como ponerle una nota anónima en su casillero... aunque eso seguro que se lo tomará como un juego. Por otro lado, conservar la primicia para mí es una batalla constante de recordatorios. No podré vivir sabiendo que vi a esos dos acaramelados. Si ni siquiera pude pegar pestañas ¿qué será de mí las siguientes noches?

Pero tampoco puedo pasar por encima de mis reglas. «Mantenerse al margen de sus asuntos» fue una regla creada precisamente para evitar los problemas con ellos, en especial Chase.

Chase.

Pobrecito.

Ay, ya sé que es mi enemigo y lo odio con todo mi puerco ser, pero eso no quita que me dé lástima. Es el chico más popular de Jackson, el mejor estudiante, es guapo —algo que debo reconocer con el dolor de mi alma— y también un pobre cornudo.

¿Querías su punto débil? Pues ahí lo tienes.

Es cierto; esta infidelidad puede ser algo que use a mi favor y en su contra. Extorsión, chantaje, planes maléficos. Podría decírselo y que caiga en una tristeza tan terrible que descuide sus estudios y se olvide de Atkins. Podría incluso manipularlo a mi antojo. [Inserte risa malévola]

Nah. No puedo. Si voy a conseguir esa beca, será de manera honesta.

Voy a apegarme a mis reglas y pasaré de lo que vi.

Sep, eso haré.

O intentaré...

—Te noto algo tensa —señala Anne a la hora del almuerzo.

—Son imaginaciones tuyas...

—Eres la amante número uno de las hamburguesas y todavía no te la has terminado.

Miro la hamburguesa que tengo entre mis manos. He aplastado el pan y la mayonesa se ha escurrido, manchando fuera de la bandeja.

—Es que las hamburguesas se disfrutan poco a poco. —Le doy un mordisco y la saboreo con un largo «mmm» para que me crea.

—Ajá. Eso no era lo que decías esa vez que salimos a celebrar tu cumpleaños y te atragantaste con tanta hamburguesa que pediste, incluso te comiste la mía. Sabes que te conozco desde hace casi cuatro años, no puedes mentir sin que yo lo sepa.

—Ya hablas como mi mamá —me quejo—. Solo falta que me amenaces con tu pantufla.

—Traigo zapato de tacón —advierte en un tono juguetón.

Rompiendo tus reglas ✨Nueva versión✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora