Capítulos nueve

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Su mundo cayó en mil pedazos, aquel día había llegado de desgarradora noticia que Shouto y Shinso habían muerto en la misión.

Aizawa estaba más pálido que el papel, los hermanos del bicolor estaban destrozados, ¿cómo le dirían a Satoshi?

Lo que no sabían es que el pequeño estaba escuchando todo al otro lado de la puerta junto a Eri.
















¿Se la creyeron? XD perdón no me aguante de hacer esta broma... Ok ahora sí vayamos con el capítulo.
















Habían pasado cuatro días desde que el heterocromáticos se había ido a su misión fuera de Masutafu.

Satoshi miraba por la ventana de la casa de Natsuo, viendo el lindo jardín, al cual no podía salir por la lluvia — en realidad, él estaba acostumbrado a salir bajo ese tiempo, pero su "tío" tenía miedo a que le pasara algo —.

La familia del héroe había hecho un calendario para saber que días se quedaría el niño en qué casa, porque ¡Diablos! Se habían encariñado con el pequeño.

Aquel día, Fuyumi y Rumi irían a buscarlo, al principio la coneja pensó en irse dando grandes saltos, más lo rechazó debido a que el suelo estaba resbaloso, por lo que fueron en auto.

Sin darse cuenta, ambas mujeres se encontraban en la puerta de la pequeña y acogedora casa.

— Hola, Sa-chan, ¿listo para irnos?

— ¡Sí!

...

La profesora y la heroína al principio se preocuparon por la falta de habla del pequeño, pero luego recordaron con quien se quedaba, así que no se preocuparon mucho por ello. La pareja les había informado que normalmente era muy tranquilo y silencioso — aquello último descubierto por Natsuo, quien se llevó un susto de muerte al ver al niño observándolo fijamente por la puerta — y lo pudieron confirmar tras solo unas horas.

— Fuyumi-san... — llamó en infante — ¿P-podría enseñarme a hacer trenzas?

La femenina miró encantada al peliazul.

— Por supuesto, Sa-chan — lo miró curiosa — Pero... ¿por qué quieres aprender?

El niño se ruborizó hasta las orejas, jugueteo con el dobladillo de su suéter y finalmente respondió.

— E-es que... Shouto-san tien el cabello muy largo y bueno... Yo... — sus ojitos se movieron inquietos — Q-quisiera trenzarle el cabello para que no le moleste.

La albina chilló de emoción y abrazó al menor. Así pasó toda las tardes, con la dos albinas intentando hacer una buena trenza.

— Aprendes rápido, Sa-chan  — Dijo la.
coneja viendo su cabello — Es hermosa, me hace ver más diva — hizo una pose extraña provocando las risas de sus acompañantes.

— ¿Puedo aprender a hacer alguna más complejas?

— Por como vas, cariño, podrías ser el estilista de la persona más importante — Rió con cariño la profesora —Ahora te enseñaré la trenza francesa.

...

En un abrir y cerrar de ojos, paso una semana y dos días, el pequeño estaba triste y preocupado, ¿Por qué el bicolor no llegaba? ¿Y si le pasaba algo? No... No era posible... ¿cierto?

— Ellos volverán.

Eri y él estaban jugando en la plaza, bajo la antena mirada del maestro de la U.A y el héroe alado. Satoshi estaba tan sumergido en su preocupación que se sobresaltó cuando su acompañante le habló.

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