Capítulo seis

738 92 8
                                    

Shouto preparo el desayuno, sopa de miso, pescado, arroz y rollo de huevo. Separó las dos porciones y las colocó en la mesa del comedor, solo faltaba que avisarle al pequeño. Avanzó por los extensos pasillos de la enorme casa, pensando en las actividades que se podían hacer aquel día, salto cuando escuchó una puerta abriéndose y de un momento a otro vio la corta cabellera azul.

— ¡Buenos días, Shouto-san! — el niño sonrió de oreja a oreja.

— Buenos días, pequeño elfo azul — sus labios se curvaron de manera levemente hacía arriba, dando misterio — ¿Preparado para lo de hoy?

— ¡Sí! 

— Bien, entonces vayamos a desayunar.

...

El infante pasó todo el desayuno con una gran sonrisa, aquello alegro mucho a Shouto, Satoshi ya no estaba tan asustado o apagado como antes, ahora era como un pequeño sol que alegraba todos los días del bicolor.

Con un tiempo récord, se cambiaron de ropa y salieron de la enorme casa. Caminaron por el bosque que estaba detrás de la morada, el peliazul tomó la mano de Todoroki, a petición de él — no quería perderlo en el bosque —.

— Es hermoso, ¿no lo crees, Satoshi? — dijo en un momento el heterocromático.

— Sí, es muy hermoso. — respondió el pequeño con la cabeza en alto.

...

Después de un rato caminando, llegaron a un hermoso lugar. En medio de todo había un lago, rodeado de piedras que le daban un toque especial, los árboles eran muy altos, como si quisieran alcanzar el cielo. El niño admiro maravillado el paisaje, realmente le encantaba ese sitio... La naturaleza era hermosa... Lastima que algunas personas no se daban cuenta.

— Bien... ¿Qué te parece hacer primero, Satoshi?

El niño no respondió en seguida, solo se camino hacía el adulto, este se agachó a su altura mirando con curiosidad al pequeño que tenía al frente, el infante sonrió y tocó el hombro del bicolor.

— ¡Usted la lleva, Shouto-san! — acto seguido salió corriendo.

— ¡Oye, eso no es justo! — se quejó Todoroki persiguiendo al menor (dejando el gran bolso en el suelo).

La risa infantil calmó los demonios que perseguían al bicolor, le alegraba que ese niño estaba feliz, a pesar de que algo lo atormentaba en las noches, estaba feliz por quitarle de a poco el enorme peso misterioso que llevaba en sus pequeños y frágiles hombros.

— ¡Ahora te toca a ti! — dijo después de haberle dado una gran ventaja.

Se dio la vuelta y corrió despacio hacía la otra dirección, en un momento se dejo atrapar. Estuvieron así un buen rato, correteando alrededor del lago, riendo y tirándose burlas infantiles. Shouto tocó la espalda del niño y con ello lo elevó al cielo, haciéndole cosquillas.

— ¿Te rindes?  — preguntó sin parar.

— ¡S-sí! ¡Me r-rindo! — dijo el peliazul entre risas.

— ¡Bien! — con eso lo bajo con cuidado — ¿Tienes hambre?

— No... — dijo de inmediato, pero su estomago gruño, provocando que el bicolor riera por la timidez del niño.

— Eso me sonó un sí, vamos a comer.

Los dos caminaron hasta el lugar en que el de la cicatriz dejó la bolsa. Colocaron en el suelo una manta y se sentaron en ella, el joven sacó del bolso dos cajas bento, al abrirlas pudieron sentir el aroma de la comida — la cual seguía caliente —. En los recipientes había Karaage*, Onigiri*, salchichas en forma de pulpos, Tamagoyaki* y Hiya-yako.

— ¿Te gusta el jugo de manzana? — preguntó el heterocromático al peliazul.

— ¡Me encanta!

"Se llevaría muy bien con Eri" pensó el bicolor mientras le entregaba la caja de jugo. Dividió la comida en dos porciones y comenzaron a comer. Satoshi nunca lo decía, pero le encantaba la comida de Shouto, nunca le habían preparado algo y por eso siempre comía su comida con una gran sonrisa.

...

— ¡Ten cuidado! ¡No te vayas a caer! — advirtió el joven con su típico tono monótono.

— ¡Sí!

Después de unas tres horas, las cuales se las pasaron jugando y contando chistes, el bicolor dejó al infante que se acercara al agua y jugará allí un rato. Comenzó a leer un libro que su hermana le había regalado y después de un buen rato escuchó un golpe.

— ¡Satoshi! — tiró el libro al suelo y se acercó rápidamente al niño que se encontraba sentado en la orilla del lago — ¿Estás bien?

— No... Me duele y tengo algo extraño en el cuello — una de sus pequeñas manos sujetó su rodilla, mientras que la otra tocaba su cuello, lágrimas de dolor comenzaron a formarse — Duele mucho.

— Tranquilo... — el bicolor cargó al pequeño sin importarle que sus ropas se mojaran.

Del bolso sacó una toalla, algodón, alcohol y unos parches, envolvió al niño y lo colocó en su regazo, calentando todo su cuerpo para otorgarle al más frío.

— Seré lo más suave posible para que no te duela demasiado — dijo tratando de tranquilizar al peliazul del ardor que provocaría el alcohol, con suaves toques limpió la herida — ¿Dolió mucho?

— No, fue un poco — respondió aún llorando por la caída — ¿Shouto-san, por qué tengo esto? 

El niño alzo su mano, la cual tenía unas membranas, con mucho cuidado giró la cabeza del infante para revelar en su cuello unas branquias. "Su kosei" pensó el bicolor, miró el rostro del menor que estaba empapado y lo secó.

— No es nada grave, es tu don.

— ¿Mi... don?

— Sí, gracias a tu don tu cuerpo puede adaptarse rápidamente para sobrevivir. Esto es para que puedas nadar y respirar bajo el agua, es algo increíble — como siempre acarició los mojados cabellos de Satoshi — Ten — de la mochila sacó una barra de chocolate, la cual partió y tendió un trozo al niño — Es chocolate, te ayudará a entrar en calor.

Acurrucado en el heterocromático, comió el chocolate con tranquilidad, sintiendo esa calidez que nunca había sentido en ese lugar de pesadillas, en un momento — cuando termino de comer — cayó profundamente dormido, esta vez no tuvo pesadillas, sino que tuvo un sueño agradable y todo ocurría con un hombre de cabellos bicolores que tenía un gran toque paternal.

...

Vio como el niño soltaba varios suspiros, sonrió levemente. Con tranquilidad caminó por el bosque para irse a su hogar mientras pensaba en las cosas que debía hacer a futuro, de las cuales muchas eran preocupantes...

...

Hola, ¿cómo están? Espero que bien ¡Volví! >:D Bueno este es el capítulo de hoy, ¿qué les pareció? ¿Le falta algo? Déjenlo en los comentarios.

Karaage*: El pollo frito al estilo japonés -llamado "kara-age"– está hecho con pedazos de pollo marinados en salsa de soja y jengibre y rebozados en fécula de patata antes de freírlos. Comúnmente se come con mayonesa japonesa y un toque fresco de limón.

Onigiri*: Las bolas de arroz

Tamagoyaki*: Una comida de picnic muy popular en Japón es el Tamagoyaki, una tortilla enrollada al estilo japonés, aderezada con dashi y un poco de azúcar para conseguir un sabor más rico y ligeramente más dulce que las tortillas de estilo occidental. El tamagoyaki nunca puede faltar en las cajas bento, ideales para ir de picnic.

Hiya-yako: Hiya-yakko es un plato de cremoso tofu de seda que se sirve frío con un aderezo ligero de salsa de soja. Por lo general, se adorna con jengibre recién rallado, cebolletas en rodajas y escamas de pescado bonito.

Eso es lo que comieron :v

Recuerden de comentar, votar y disfrutar.

Nos vemos en otra historia...

Kurenai-kun...

EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora